El sustituto de Bernanke
Bill Bonner |
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Dentro
de las apuestas para el que será el sustituto del actual presidente de la
Reserva Federal de Estados Unidos, nosotros proponemos nuestro propio
candidato. Es un candidato del que no ha oído hablar, pero es el único que
puede salvar a América y al resto de Occidente.
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¿Son estas preguntas demasiado abstractas para usted, querido lector? ¿Sólo quiere saber si las acciones van a subir o van a bajar? Bueno, en ese caso quédese con nosotros, llegaremos a ese punto y además tenemos una importante noticia que darle.
Ben Bernanke abandona la Reserva Federal a finales de este año. Los candidatos favoritos para sustituirle están totalmente comprometidos para seguir con sus políticas, que consisten en proporcionar tanto crédito como la economía necesite para ahogarse en la deuda.
La gente suele pensar lo que necesita pensar cuando necesita pensarlo. Cuando llegan a la fase terminal de una catástrofe financiera, necesitan creer que no tienen más remedio que seguir con el guión establecido un poquito más. Las dudas dan lugar a una fe desesperada. Reflexionar se abandona por la acción. Todos los candidatos anunciados para el cargo de Bernanke -Yellen, Summers y Kohn- son ciegos seguidores de las políticas de Bernanke. Por supuesto, nunca hubieran llegado tan lejos si hubieran dudado de que las políticas monetarias de control de precios funcionaban. Después de todo, están compitiendo por el trabajo de planificar la economía de Estados Unidos controlando el precio más importante de todos, el del crédito.
El peor de todos los candidatos es Larry Summers. Por eso parte como favorito para llevarse el cargo. De los tres, parece ser el que menos dudas alberga.
A Summers se le describe tan a menudo como "brillante" que empezamos a preguntarnos sobre el verdadero significado de la palabra "brillante". Quizás empiece a significar una cosa diferente. Quizás "brillante" este empezando a significar "no tan brillante". Summers, siempre tan seguro, siempre con una respuesta para cualquier problema y siempre ligeramente retrasado.
El verdadero problema de Summers es que no tiene humildad. Tiene tanta seguridad de que sabe lo que está pasando que non deja margen de error. Cada problema tiene una solución piensa. ¡Y él la tiene!
Brad DeLong, según ha escrito recientemente en el Financial Times, juzga a todos los candidatos favoritos para sustituir a Bernanke como "excelentes". Pero él describe a Summers como "ligeramente más excelente". El criterio de DeLong para calificar a alguien como "ligeramente más excelente" parece estar basado en el hecho de que Summers es el "pensador más creativo de todos", lo que demuestra lo fuera de control que los bancos centrales están. Durante la mayor parte de nuestra historia, lo que la gente quería de un banquero central era precisamente la falta de imaginación. Al banquero se le pedía que tomara el dinero y lo devolviera luego de un tiempo. En la época del Rey Eduardo II de Inglaterra, por ejemplo, si el banquero central del Tesoro Real tenía un alarde de creatividad le cortaban la cabeza.
¿Por qué defiende DeLong a Summers? No lo explica del todo. Tenemos que imaginárnoslo. Seguramente, DeLong piensa que Summers es el hombre adecuado para el trabajo porque, primero, se pone en el lugar de los desempleados que sufren la crisis mejor que los demás y, segundo, porque tiene la creatividad para ayudar a los desempleados a encontrar un trabajo.
Bernanke tuvo poco éxito con esto. Incluso después de destruir 9 millones de puestos de trabajo, el número de desempleados apenas se ha recuperado. Entonces, puede que un presidente de la Reserva Federal aún más "brillante" será capaz de hacer algo más. ¿Pero puede hacerlo? ¿Cómo? ¿Más crédito? ¿Tasas de interés más bajos, por debajo de cero quizás? ¿Más creatividad en la política monetaria?
¿No era Bernanke lo suficientemente creativo? Con sus políticas de tasas de interés del cero por ciento o su relajamiento cuantitativo (por el que inyectaba miles de millones de dólares al sistema a diario) Bernanke se olvidó de lo fundamental. El dólar de 2006, cuando tomó el mando de la Reserva Federal, apenas vale 88 centavos (dependiendo de qué número crea usted). Quizás si se hubiera ceñido a lo fundamental, más gente hubiera conservado sus trabajos. Después de todo, eso es lo que la Fed hizo después del Pánico de 1907 y de la depresión de 1902-1921. En ambas ocasiones, la Bolsa se hundió casi un 50 por ciento, y en ambas situaciones el pleno empleo volvió en dos años.
Lo que nos lleva a una sugerencia. Primero, aprendamos del siglo XIV. Cuando Ben Bernanke deje su puesto, deberíamos cortarle la cabeza. Ése será su regalo de despedida. Después de todo, fracasó en su cometido más importante: proteger el valor del dinero de la nación. Esto también serviría como recordatorio para sus sucesores: no utilicen la imaginación; cíñanse a las políticas que funcionan.
Segundo, cuando se trata de servicio público, este redactor está en contra de ello. Pero quizás una vez en la vida, él oiga el lamento de la patria... "por favor, ayúdenme". Y así, ofrezca sus servicios al país.
Así es, mi querido lector, si nos lo piden serviremos como próximos jefes de la Reserva Federal. Nosotros somos los únicos de entre todos los candidatos que tienen las cualidades necesarias para evitar el desastre financiero al que nos dirigimos. Nosotros entendemos el humilde papel del banco central. Y tenemos un plan que de hecho ya ha funcionado.
- Renunciar al sistema monetario de Richard Nixon. Implementado en 1971, está sustentándose en tiempo y dinero prestado.- Ajustar el dólar al oro al precio actual del oro.
- Parar el relajamiento cuantitativo, las políticas de tasas de interés del cero por ciento y todos los intentos de manipular los precios, tasas de interés y mercados.
-Y no nos alejaremos de nuestro objetivo por presiones políticas. No es que estemos intelectualmente por encima de ellas, es que nos importan un bledo.
Así es, querido lector. Ayúdenos a alcanzar la presidencia de la Fed. No le podemos garantizar mejores resultados, pero al menos será más divertido.
Saludos,
Bill Bonner.
Bill Bonner es fundador y presidente de Agora Inc., con sede en Baltimore, Estados Unidos. Es el autor de los libros "Financial Reckoning Day" y "Empire of Debt" que estuvieron en la lista del New York Times de libros más vendidos. Sus columnas hacen parte de la Revista Inversor Global. Puede suscribirse haciendo click aquí.
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