Una historia de manipulación
Bill Bonner |
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La
manipulación de los precios y del valor de las monedas ha sido algo común
durante siglos. Sin embargo, en la actualidad la actuación de los principales
bancos centrales del mundo nos está llevando al desastre de la inflación como
no se había visto antes.
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En la actualidad, en Estados Unidos el trabajador medio tiene menos poder adquisitivo que en los años 50. Espere, ¿es eso posible? Sí, en la actualidad tiene que trabajar más horas para poder pagar un coche y una casa que hace 50 años. En 1950, un trabajador podía mantener a toda una familia. Hoy, apenas puede mantenerse a sí mismo.
Casi nadie lo entiende. La mayoría piensa que la desregulación permitió a los capitalistas apropiarse del dinero de los trabajadores. O que, de repente, los ricos se volvieron más avaros. Lo cierto es que los ricos siempre han sido igual de avaros, igual que los pobres. Y además, resulta que la regulación es mayor en la actualidad. Sólo fíjese en las normas fiscales; hay muchas más leyes hoy que hace 50 años.
De hecho, algo más ha ocurrido. Algo más sutil y malicioso.
Aquí tenemos una cita de Bloomberg:
La tasa de hogares en propiedad en Estados Unidos, que tuvo su máximo histórico en 2004 con un 69,2 por ciento, ha descendido a niveles no vistos en 20 años, antes de que la burbuja inmobiliaria empezara, reventara y se llevara a 7 millones de familias de sus casas.
Y aún hay más:
Con la tasa de propiedad de hogares en un 65 por ciento, y el precio de las casas al alza, la industria inmobiliaria y los consumidores están presionando para que se aprueben leyes que permitan el acceso a una vivienda. Para ello se está pidiendo que los requisitos para acceder a una hipoteca ayuden a prevenir una nueva burbuja, pero que a la vez sean más flexibles, para que las familias de Estados Unidos puedan beneficiarse de la recuperación. Los legisladores están a punto de aprobar nuevas leyes más permisivas que permitan a los bancos comerciar con otros bancos con las hipotecas que conceden, de acuerdo a varias fuentes del sector.
Vamos a ver. ¿Cómo funciona esto? ¿Créditos más asequibles pero no más arriesgados? ¡Buena suerte con eso! El "sueño americano" no se destruyó porque los legisladores y los bancos no eran lo suficientemente listos; se destruyó porque eran demasiado listos. Barack Obama está dejando al país perplejo con sus promesas de salvar a la clase media. Pero él, y el resto del Gobierno, son los responsables del sufrimiento de la clase media. Ellos han creado un sistema monetario que roba a toda la sociedad sus ahorros y que lleva años robando billones de dólares en ingresos a los obreros.
Pero veamos qué ha hecho el mercado esta semana, luego volveremos a este asunto.
¿Qué? No hay mucho que ver. Éstos son los mercados en verano: mercados en hamacas y en la playa. Mercados sin movimiento. Nada que merezca ser mencionado. Por supuesto, el mercado pocas veces importa de verdad. Los precios suben, los precios bajan. No importa demasiado.
Lo que sí importa es el valor, no el precio. Precio sólo es lo que usted paga. Valor es lo que obtiene por su dinero. Precio es lo que ve, valor es lo que no ve. Esta paradoja es lo que socava sus inversiones. El valor es invisible, difícil de detectar. Sobre todo es difícil de medir. Es como la auténtica personalidad, la auténtica gracia, el auténtico encanto o la auténtica verdad detrás de todos nosotros. Cuesta mucho percibir incluso un destello de esto. Por eso, la mayoría de la gente ni se molesta.
Aquí, querido lector, entramos en un territorio profundo y filosófico y damos un rodeo con tal de evitarlo, hasta enterrarlo en nuestras mentes. ¡Preferimos mantenerlo superficial! Pero no demasiado superficial.
Los economistas cuantifican todo, pero no todo es cuantificable. Lo que de verdad importa es la calidad, no la cantidad. Ahora mismo, la Reserva Federal intenta controlar los precios, pero los precios son sólo una parte del problema.
Cuando se trata de arte, arquitectura, música, mascotas o relaciones, lo que nos impacta es lo que sentimos: lo que ve, oye o siente.
Pero cuando se trata de su dinero, lo que ve no es exactamente lo que recibe. El precio le dice algo, pero no le dice todo lo que necesita saber.
¿Por qué? Me alegro de que haga esa pregunta...
Cuando el dinero basado en metales preciosos se inventó, los Gobiernos rápidamente vieron el potencial que tenía: controla el dinero y controlarás a la gente. Controlarás sus posesiones, el costo de su vida, su tiempo, etc.
En la antigüedad, controlar el dinero significaba que podías comprar a la gente directamente. Podías comprar prisioneros de guerra, esclavos, etc. Aquéllos que no podían pagar sus deudas a menudo vendían a sus hijos o se veían reducidos a la servidumbre para poder pagarlas.
En el código legal más antiguo del mundo, las leyes de Hammurabi, redactado hace 4.000 años, se decía que los hijos de los deudores podían mantenerse en esclavitud durante tres años. Al cuarto año deberían ser liberados.
Los lectores más inteligentes ya estarán saltando de sus sillas indignados. Los jóvenes estadounidenses (y también en el resto de Occidente), herederos de US$ 16,7 billones de deuda, están condenados a la servidumbre de la deuda muchos más años, tal vez durante el resto de sus vidas.
El dinero basado en los metales preciosos tiene una nueva evolución. Hacer trampas es ahora más difícil. Antes no tenías que endeudarte, no tenías que preguntarte si la familia era honorable o solvente, no tenías que esperar para ver si recibías algo a cambio de tu dinero. En lugar de eso, podías tomar un trocito de oro o plata y terminar con ello.
Pero aun así la gente que controlaba el dinero aún podía engañarte. Y la historia de los bancos centrales es una historia de engaños.
Aquí les adelanto un extracto de mi nuevo libro que aún no ha sido publicado:
El dinero basado en metales preciosos limitaba la cantidad total de dinero disponible a la cantidad de metales preciosos disponibles. También restringía la cantidad de crédito, dado que los préstamos tenían que ser determinados en una cantidad de oro o plata.
Como la cantidad de metales preciosos no podía aumentarse a voluntad, el poder de adquisición de estos metales solía ser estable durante largos periodos. Los precios en 1910 no eran muy diferentes a los precios en 1810. Y como Roy Jastrow demostró en "La Constante de Oro", uno podía comprar con una onza de oro en 1560 tanto como 300 años después.
Antes de esto, los Gobiernos se hacían con el control del nuevo dinero basado en metales preciosos. Imprimían en él las caras de los emperadores, y entonces lo utilizaban para hacer trampa. En Inglaterra era una práctica muy común intentar aumentar o disminuir el valor del dinero manipulando la cantidad de metales preciosos en una moneda. Más comúnmente, los Gobiernos fabricaban las monedas un poco más pequeñas o reemplazaban los metales preciosos por metales ordinarios. Naturalmente, el valor de estas monedas descendía.
El Áureo de oro, por ejemplo, acuñado durante la época de Julio César, tenía ocho gramos de oro auténtico. Tres siglos más adelante fue reemplazado por el Sólido de 4,5 gramos de oro. El denario, la moneda de plata de Roma, disminuyó aún más rápido. En la Roma de Augusto, un denario equivalía a un día de trabajo de un trabajador normal.
Durante siglos, el denario equivalió a 4,5 gramos de plata. Para finales del siglo II DC, la cantidad de plata en un denario se había reducido en un 70 por ciento. En torno al año 350, casi no quedaba nada de plata en los denarios; era una moneda inservible.
Sir Isaac Newton, que también fue el guardián de la Casa de la Moneda de Inglaterra, tenía la determinación de hacerlo mejor que los romanos:
"El uso y el fin del sello real en las monedas es conservar la calidad de la plata y recompensar a los hombres que no adulteran las monedas; y castigara aquellos que las adulteran. Por ello, aquellos que falsean las monedas del Reino cometen los delitos de robo y traición".
El dinero fiduciario, hecho de papel, fue un invento posterior. Funcionaba bien, siempre que el papel estuviera respaldado por una cantidad determinada de oro. Pero ofrecía más oportunidades para hacer trampa.
Y como vemos en la actualidad, los Gobiernos aún están en ello... liderados por Estados Unidos.
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