2012/09/13

Sean Parker, el magnate nerd


Justin Timberlake lo interpretó en la película sobre Facebook. Pasó de ser un antisocial emprendedor a un antisocial millonario, alguien que viaja por el mundo enriqueciéndose y que sigue apostando por nuevas inversiones en la red. Con ustedes, Sean Parker. Por Federico Willoughby Olivos.
The Social Network, la película de David Fincher con guión del creador de The Newsroom (Aaron Sorkin), entregó varias postales sobre lo que significa ser joven, nerd y tratar de emprender. La más obvia era sobre Zuckerberg y su frialdad para los negocios, digna de un villano de historieta. La siguiente era la de Eduardo Saverin, el chico correcto y víctima número uno del CEO de Facebook. La tercera, y más importante para los efectos de esta historia, era la de Sean Parker, el ejecutivo interpretado por Justin Timberlake, quien queda como un tipo cool que debe sus triunfos en los negocios a la manera como se viste, pide sushi en perfecto japonés y, sobre todo, hace sentir menos nerds a los nerds.
Entre los premios Óscar que ganó Fincher por la película y la salida a la bolsa de Facebook mucho se ha hablado de Zuckerberg, quizás demasiado poco de Saverin (un tipo que, por sus movimientos dentro y fuera de EEUU, tiene al Congreso estudiando cambiar la ley de migración para millonarios) y no lo necesario sobre Parker.
Y cuando digo “no lo necesario” tiene que ver con que Sean Parker no parte ni termina con Facebook ni menos con la película. Todo lo contrario: este billonario es uno de los habitantes más interesantes del universo punto.com que se instaló hace más de una década en Silicon Valley.
De partida, y pese a que en su perfil de Facebook (que tiene medio millón de suscriptores) se vean fotos en las que aparece vistiendo trajes italianos, viajando en un Gulfstream 450 o en un Meet & Greet con Snoop Doggy Dog, igual el tipo es un nerd. Y no es un juicio de valor ni envidia periodística, sino un hecho de la causa: a los 17 años terminó en el juzgado tras ser descubierto hackeando una de las compañías Forbes 500 (y se sabe que en los 80, saber computación era una cosa exclusiva de nerds).
En fin, si bien aprendió la lección (fue condenado a servicio comunitario) eso no le impidió seguir programando. Es más, convenció al director de su colegio que le contara las horas que él pasaba programando frente al computador como créditos de idiomas extranjeros. Su habilidad con los códigos era tal que siendo un adolescente empezó a codificar para distintas empresas (incluida una de Mark Pincus, el actual CEO de Zynga) e incluso para la CIA, que lo contrató después de ganar una feria científica regional con un indexador de internet. Así, antes de los 18 ganaba al año cerca de 80 mil dólares, suma que fue suficiente para convencer a sus padres que su camino no era la universidad, sino que el emprendimiento.
Así  fue como en junio de 1999, con una inversión inicial de 50.000 dólares y de la mano de Shawn Fanning lanzó Napster, el servicio que marcó el principio del fin de la industria de la música y la masificación del MP3 como estándar para guardar canciones. La historia de Napster terminó mal (agobiada por demandas), pero hasta el día de hoy Parker la considera una influencia seminal en sus posteriores emprendimientos.
El 2002 lanzó Plaxo, una red social antes que el término existiera y que fue la inspiración para servicios como LinkedIn, Zynga y Facebook. Eso sí, dos años después un par de financistas de Plaxo (Sequoia Capital y Ram Shriram) echaron a Parker en un traumático proceso que incluyó detectives privados contratados para monitorear las actividades de Parker.
Parker no se dio por vencido. Su nexo con Napster y Plaxo le dio la notoriedad necesaria para convertirse en “asesor” de proyectos o start ups. En 2003 lo contactó el fundador de Friendster, Jonathan Abrams, para que lo ayudara a levantar esa apuesta. A cambio, Parker recibió una pequeña cantidad de stock options pero más importante, entendió el potencial que tenían las redes sociales y de la web 2.0.
Fue así como un día, mientras visitaba a su novia (alumna de Stanford) vio por primera vez la página TheFaceBook.com. Lo que sucedió después es conocido: Parker se enamora del proyecto, convence a sus fundadores para que lo inviten a participar, le saca el The a la página, se transforma en presidente y traza el camino que Mark Zuckerberg sigue al pie de la letra: a) nunca ceder el control de su empresa; b) lograr el financiamiento necesario para poder seguir años sin ser rentable y así lograr que ambos sean billonarios cuando la compañía salga a la bolsa. Pese a que efectivamente fue obligado a renunciar a la empresa luego de que encontraran cocaína en su departamento, él sigue viendo y asesorando a Zuckerberg.
Sobre la película aseguró que él era todo lo contrario a lo que mostró la pantalla y que de hecho hasta el día de hoy eran amigos con Eduardo Saverin pero que claro “tampoco se podía quejar tanto de ser interpretado por un símbolo sexual como Justin Timberlake”.
Actualmente Parker está en el directorio de Spotify (empresa de la cual es el principal responsable de su ingreso a Estados Unidos) al que llegó después de invertir US$15 millones; maneja además el fondo de inversiones The Founders Fund, donde goza de absoluta libertad para invertir los US$ 500 millones que lo componen. Hace poco  se volvió a reunir con su socio de Napster, Shawn Fanning, para lanzar una aplicación llamada Airtime, similar a Chatroulette, pero enfocada a videos de música, que tiene como inversionista a Ashton Kutcher, entre otros.
Y bueno, cuando no está buscando empresas donde invertir, vuelve a su mansión en Manhattan donde se baña en su piscina interior, juega en su bosque de bambús gigantes o simplemente mira los trenes que instaló en el hall de entrada. Como ven, todo un nerd.•••
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