El empresario
anuncia que "estamos evaluando opciones en Europa", aprovechando que
"hay empresas de primer nivel que están muy castigadas por el entorno
económico".
por:
José Tomás Santa María Desde Londres
Para Nicolás Ibáñez, Inglaterra es como su segunda casa. Aquí, junto a
su hermano mayor Felipe, vivió sus últimos cuatro años de colegio y
parte de la universidad antes de regresar a Chile, ingresar a la Escuela
de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez y mucho antes de entrar a
las filas de la cadena de supermercados fundada por su padre, Lider -en
ese entonces, Almac-, hoy parte del gigante Walmart.
Por eso, aquí -en el lobby del elegante hotel Dorchester, donde se
hospeda estos días mientras participa de las actividades del Chile Day-
habla con confianza. Analiza la situación económica chilena y mundial,
cuenta del foco que están tomando sus inversiones, y sobre todo, de uno
de sus últimos emprendimientos que lo apasiona: la Fundación para el
Progreso o también llamada Jean Gustave Courcelle - Seneuil, en honor al
profesor francés que en la década de 1850 hizo clases en la Universidad
de Chile y en el Instituto Nacional. "Quizás el primer economista
liberal que tuvo Chile", dice Ibáñez. Cuenta que se trata de un think ta
nk o empresa intelectual, recién formada, y en la que participan Axel
Kaiser y otros colaboradores. Ya tiene una sede en Huechuraba, un grupo
de gente trabajando y están en la etapa de "reclutamiento".
"Es un proyecto que se une a otras empresas intelectuales que
existen en Chile y que han sido tremendamente necesarias, como el CEP,
LyD, Fundación Jaime Guzmán y otras, pero con un foco en la formación de
la juventud universitaria, en el ámbito de la verdadera apreciación de
una sociedad de libertades, donde se estimulan la libertad personal y la
responsabilidad", explica. Añade que están recién comenzando, pero que
ya han empezado a generar sus primeros vínculos con sociedades
extranjeras. El mismo viene llegando de la reunión anual de la Sociedad
Mont Pelerin.
Pero la agenda de Ibáñez no para aquí. Hoy -aparte de sus negocios
personales, como la lechería- dedica buena parte de su tiempo a liderar
las operaciones de Drake, su "holding de inversiones" como lo llama, que
creó luego de vender buena parte de su participación en D&S (Lider)
a Walmart, cadena en la que aún mantiene el 25% junto a su hermano.
-En este Chile Day, ¿ha visto interés de inversionistas ingleses por ir a Chile?
-Hay mucho interés por ir a Chile, por lo que significa como
entrada a Sudamérica. También, porque Chile es un país emergente, que
muestra tasas de crecimiento atractivas. Chile es más que el mercado
chileno, es un laboratorio de prueba para alguien que no tiene presencia
en Latinoamérica y quiere iniciar una estrategia de cobertura regional.
La iniciativa del Chile Day es casi una obligación, un país como el
nuestro no puede operar al margen del mundo si esperamos llegar a un
ingreso per cápita de US$22 mil, equivalente a la puerta de entrada a
los países desarrollados.
" España es un país donde se ve que hay oportunidades atractivas"
-¿Cómo ve la crisis europea?
-Con preocupación, pero con ojos inquisitivos, porque tras las
tribulaciones de Europa, producto de muchas décadas de excesos, se
produce el lamentable, necesario y doloroso ajuste que conlleva
oportunidades. Hay muchas empresas chilenas evaluando esas oportunidades
de inversión, y nosotros estamos estudiando opciones seriamente.
-¿Porque está todo más barato?
-Hay un proceso de ajuste y las compañías han sido en general muy
castigadas en los mercados financieros. Probablemente, el ajuste no ha
concluido, pero basta observar el precio y la evolución de las acciones
en el mercado español, francés, incluso alemán y en Gran Bretaña, y se
ve que hay oportunidades atractivas de empresas de primer nivel y que
están muy castigadas por el entorno económico tan incierto.
-¿Es ahí donde tiene puestos los ojos hoy?, ¿tomar participación en empresas, o quizás el control?
-Estamos evaluando opciones de hacer algo en Europa, que contemplan
participar en la propiedad de empresas y, eventualmente, llegar a una
posición de control. Pero son todas cosas en estudio.
-¿En qué mercados o industrias?
-Sin duda, España es un país donde se ve que hay oportunidades atractivas, pero no voy a entrar al detalle de las industrias.
-Si invierte en Europa hoy, me imagino que cree que se recuperará, ¿cuándo?
-La situación europea, una posible desaceleración de China y un
proceso de recuperación lento y prolongado en Estados Unidos es un
escenario absolutamente realista, y eso puede afectar a nuestro país.
Soy muy optimista del concepto de Europa, del hecho de que estos
países hayan hecho el esfuerzo de integrarse y de generar un mercado
común. Pero la unión monetaria y la poca prolijidad en el manejo de las
finanzas de los países por todos conocidos, significará un período largo
de ajustes. Es un mercado absolutamente válido, pero no será fácil
capitalizar bien esas oportunidades en los próximos años. Hay que mirar
Europa con cuidado, pero eso no la invalida. Es un gran proveedor de
tecnología, sobre todo para el mundo emergente.
El riesgo de "la conocida trampa de los ingresos medios"
-Ante un escenario de desaceleración de China, ¿considera que el
país está tomando las decisiones correctas para estar preparado?
-La excesiva dependencia del cobre es un factor de riesgo. Si el
precio cae, el país se verá afectado. Ahora, desde el punto de vista
macroeconómico, las finanzas públicas están en un muy buen pie, las
reservas del país le permiten enfrentar períodos de ajuste, y los fondos
soberanos también dan una holgura. Chile está preparado para enfrentar
una situación más compleja. El desafío es la productividad. Todo lo que
se haga en investigación, educación, apunta a mejorar la productividad.
-¿Cuál es el riesgo, entonces?
-Chile está bien encaminado, ha hecho las tareas, pero no hay nada
garantizado. Hay que tener mucho cuidado para que el país no caiga en la
conocida trampa de los ingresos medios. Si uno mira la historia de los
países en el mundo, lo más probable es que un país como Chile no logre
llegar a ser un país desarrollado, porque se cae en una exacerbación de
expectativas y malos manejos públicos. Eso es quizás natural y
consustancial a un proceso de desarrollo. Superar ese escollo implica
generar el liderazgo y los consensos en torno a un proyecto país de
largo plazo, donde se requiere trabajar aún más arduamente para llegar a
los US$22 mil o US$30 mil per cápita.
Felizmente, el gobierno del Presidente Piñera ha reunido equipos de
trabajo que están muy conscientes de este desafío. Pero si analizamos
la historia de los países, lo más probable es que en 30 años más la
historia de Chile sea un tanto penosa, que teniendo la oportunidad de
llegar a ser un país desarrollado, de eliminar todo vestigio de pobreza,
no lo haya logrado.
-¿Lo dice porque así ocurre en la mayoría de los países o porque Chile está tomando decisiones erradas?
-Simplemente, por la evidencia histórica de países en situaciones
similares. El gobierno, las autoridades, el mundo empresarial, el
académico reconocen el desafío que tenemos por delante, de liderazgo, y
por eso, todo lo que sea desacreditar a los partidos políticos va en la
dirección opuesta.
"Ha habido más decisiones acertadas que equivocadas"
-Hay señales que molestan en el empresariado: el rechazo a la Central Castilla, la reforma tributaria, el 19 irrenunciable...
-Ha habido señales que podrían conducir a pensar que el Gobierno ha
perdido el rumbo, pero en el contexto de desarrollo de largo plazo del
país, tanto en los gobiernos de la Concertación como en este gobierno ha
habido más decisiones acertadas que equivocadas. Eso es lo que importa.
-Pero el rechazo a la Central Castilla no ayuda al desafío de la productividad.
-El solo hecho de que haya llegado a la Corte Suprema es un reflejo
de que las tareas previas en materia del marco regulatorio generan
espacios para que haya conflictos. Ese es un reflejo de que la
institucionalidad medioambiental es algo que está todavía en un terreno
de perfeccionamiento.
-¿Qué le parece el proyecto de feriado irrenunciable para el 19 de septiembre?
-Es un lujo que el país no se puede dar, son señales de un corte
populista. El comercio no va sucumbir por eso, no se trata de defender
el comercio, se trata de hacer lo más apropiado para el país, y no me
cabe la menor duda de que a la gran mayoría le gustaría tener la opción
de comprar ese día, y otros necesitan trabajar.
-¿Afecta tanto a la economía?
-Lo que no se produjo o no se consumió ese día no se recupera tan
fácilmente, y claramente en un año con más feriados el producto crece
menos que en un año con menos feriados. Pero en el largo plazo son
anécdotas. El país tiene un desafío en productividad que pasa por tener
una energía más barata, un abastecimiento de mano de obra más
calificada, una mayor movilidad social, facilidad de mayor integración
en el mercado laboral integrando gente de otros países, y pasa por
atraer inversionistas extranjeros.

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