2011/05/01

Crean la empresa más global de América Latina

Brightstar es una pieza clave en distribución de la tecnología más popular de la historia: los celulares.

Tegucigalpa, Honduras
En una calle de Lagos, Nigeria, un hombre coloca una mesa, un mantel y ocho celulares en venta. A los pocos minutos los vende todos, por lo que el hombre desarma la mesa y va al mayorista por nuevos celulares que vuelve a vender al poco rato. La acción se repite varias veces al día al igual que en varias ciudades de África.

En el nordeste de Brasil, los celulares del operador TIM viajan en avión o caballo por caminos de tierra para llegar a poblados en medio de la selva amazónica, mientras que en Chicago, miles de celulares son manipulados por robots que escogen y empaquetan el aparato específico para cada punto de venta.

Estas tres formas de logística tienen un factor en común: forman parte de la plataforma de servicios que ofrece BrightStar, una empresa creada en 1997 con el objetivo de distribuir celulares en el atomizado y empobrecido mercado boliviano. Su creador, el paceño Marcelo Claure, desarrolló un eficiente mecanismo de gestión para distribuir los teléfonos de Telcel, la subsidiaria andina de la mexicana América Móvil. 

Luego lo replicó en distinos mercados latinoamericanos para después pasar a los principales mercados emergentes. Hoy, Brightstar tiene presencia en 61 países del mundo en los seis continentes, ofreciendo desde la fabricación de teléfonos, la distribución, la operación de puntos de ventas, la reparación de los celulares o la capacitación de vendedores de las operadoras. “Hoy tenemos más de 60 diferentes servicios que ofrecemos a nuestros cuatro clientes que son los fabricantes, las operadoras, los retailers y las empresas”, dice Marcel Claure, camino de las oficinas centrales de la compañía en Miami. “Brightstar es la única empresa que tiene relación con todos los fabricantes del mundo desde Apple y RIM, hasta Motorola y Samsung”.

La más popular de la historia
No es un tema menor. Con casi un dispositivo por habitante en el planeta, la telefonía celular se ha convertido en la tecnología más popular en la historia. Los consumidores conocen bien las marcas de los celulares como Motorola, Nokia o Apple que diseñan los teléfonos de última tecnología que llega a sus manos, así como también conocen bien a las operadoras que les cobran las cuentas por los minutos hablados mes a mes. Pero en gran parte del proceso logístico que permitió esta masividad, hay un grupo de empresas de servicios especializados entre las que Brightstar es la más grande. 

“Los operadores trabajan con integradores, con mayoristas de valor agregado, para hacer justamente toda la logística, la reposición de los cables y la importación de dispositivos, la puesta de estos dispositivos en los canales de distribución como el retail o en sus propios puntos de venta”, dice Patricio Soto, analista de telecomunicaciones de IDC.

Los números de la empresa número uno del ranking de multilatinas de AméricaEconomía hablan por sí solos. Facturó 6,200 millones de dólares en 2010, pese a que en 2009 tuvo un año para olvidar: durante la crisis las ventas cayeron en los mercados desarrollados, obligándola a cerrar operaciones en India y el Medio Oriente, reduciendo su plantilla en casi un 25% para reducir costos. Pero el estallido de la demanda por Smartphones, especialmente en los mercados emergentes, operó como catalizador de un crecimiento cuyo fin no se vislumbra en el corto plazo. 

“Principalmente porque tenemos un modelo de negocio altamente replicable en cada geografía”, dice Claure, “y tenemos economías de escala: Brightstar es el mayor comprador de teléfonos celulares en todo el mundo”.

Un posicionamiento que tiene mucho que ver con la creciente concentración del negocio. “Existe una clara tendencia a consolidar operadores” dice Andrés Marchant, de la firma Ernst & Young. “Algunos analistas piensan que sólo sobrevivirán unos seis ó siete operadores globales”.
Bolivia global
A muchos debe sorprender que la empresa más global de América Latina no haya sido obra de un brasileño, de un mexicano, de un argentino o de un chileno. De hecho el proceso económico que vive Bolivia ofrece pocas condiciones para la internacionalización de sus empresas. Es por ello que, a los pocos años de iniciar sus servicios, Claure decidió mudarse a Miami desde donde empezó a atacar el mercado de EUA y sus primeros mercados en Asia.
El crecimiento ha permitido también atraer capital y recurrir al apalancamiento. 

Inversionistas de tecnología de EUA aportaron 450 millones de dólares en distintas rondas de financiamiento y 12 bancos de inversión participaron en la emisión de bonos por 250 millones de dólares. 

Según algunos observadores, el paso lógico de Claure sería realizar una oferta pública de acciones en EUA. “Nunca he dejado de sentirme boliviano, siempre supe que este negocio debía ser global, pero no me hace perder el afecto por la tierra”, dice Claure. 

http://www.laprensa.hn/

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