La caída del dólar, que ha retrocedido más de 9% frente al euro en el tercer trimestre, está generando desequilibrios en la economía global. Y a medida que los gobiernos intervienen para detener la caída aumentan las tensiones entre los socios comerciales. Los líderes del G20, el grupo de países desarrollados y emergentes más importantes para el comercio global, intentarán buscar un compromiso para alinear las políticas cambiarias, aseguró ayer el gobierno de Corea del Sur, que será el anfitrión de la cumbre del grupo que se desarrollará en noviembre.
La iniciativa se conoce un día después de que el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantenga, declarara el lunes que el mundo ya está embarcado en una guerra cambiaria para favorecer la competitividad de sus exportadores y salir por esta vía del estancamiento. El secretario de Estado adelantó además que el gobierno sudamericano va a comprar todo el exceso de dólares en el mercado para frenar la apreciación del real.
El 20 de septiembre, Brasil ya había anunciado que usará un fondo soberano de US$ 10.500 millones destinado originalmente a financiar la reactivación de la economía para comprar dólares.
Y ayer fue el presidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, el que informó que el gobierno podría subir los impuestos a los flujos de capital, en respuesta a la política de intervención cambiaria de sus socios comerciales. "No podemos tener a los países debilitando sus monedas. Evidentemente vamos a tener a unos pocos países pagando el precio", señaló el banquero central ayer en Londres.
El gobierno japonés fue el que abrió el fuego el 15 de septiembre interviniendo por primera vez desde 2004 luego de que el yen se apreciara a su mayor nivel frente al dólar en quince años.
China está preocupada
El tipo de cambio también está enfrentando a Washington y Beijing. Ayer, una fuente cercana al Banco Popular de China advirtió que el dólar está un paso más cerca de la crisis a medida que aumenta el déficit fiscal de la economía norteamericana. La devaluación de la divisa estadounidense es inevitable y Beijing está preocupado por sus reservas en esta moneda, dijo Yu Yongding, ex asesor del banco central chino, durante una presentación en Singapur.
Las declaraciones son una velada amenaza contra Washington, que acusa a sus socios asiáticos de mantener la moneda artificialmente devaluada para favorecer a sus exportadores y que hoy debe votar sanciones contra ese país.
China es el mayor inversionista extranjero en bonos del gobierno de EE.UU., con reservas en moneda extranjera por US$ 2,5 billones (millones de millones) y si rebaja sus posiciones en la moneda estadounidense podría derrumbar al dólar.
DiarioFinanciero.com
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