2010/07/26

Tests de esfuerzo no fueron demasiado exigentes para los bancos europeos

Por fin terminó la incertidumbre. O casi. Tras semanas de pugnas políticas, cabildeo bancario e intercambios entre reguladores nacionales y paneuropeos, se conocieron los resultados de los test de esfuerzo a los que se sometieron los bancos de Europa.

Queda por ver cómo reaccionarán los inversionistas este lunes, una vez que hayan revisado la masa de datos revelada tras el cierre de los mercados europeos.

Sólo el Comité de Supervisores Bancarios Europeos, que agrupa a los reguladores bancarios de la UE, entregó más de 200 páginas, que se suman a las miles de los reguladores nacionales, asociaciones bancarias y los 91 bancos sujetos de los tests.

La mecánica de las pruebas es muy complicada, pero en esencia se reducen a un estrés macroeconómico sobre los préstamos e inversiones de los bancos (a través de proyecciones de caídas en el PIB y alzas en el desempleo y las tasas de interés). Esto, aparejado con un "estrés soberano", que involucra una pérdida de confianza del mercado, aunque no un incumplimiento. Los reguladores europeos dijeron que no modelaron un incumplimiento soberano porque tal escenario era "muy improbable".

Tras un extendido escepticismo acerca de las pruebas, y comentarios cada vez más insistentes de un blanqueamiento, la rigurosidad real de las pruebas probablemente sea más sutil: parte fue dura, parte sorprendentemente blanda.

Al final, siete bancos no alcanzaron el ratio de capital Tier-1 de 6% necesario para aprobar, con una falta combinada de capital de 3.500 millones de euros (US$ 4.500 millones).

Es probable que el mercado se muestre escéptico de los términos del esfuerzo impuesto sobre la deuda del gobierno europeo, que incluyó descuentos o "recortes" de 23% para la deuda soberana europea, 14% para la portuguesa, 12% para la española y 10% para la británica. Los inversionistas consideran demasiado benignos esos recortes, en especial a la luz de la dramática caída en el valor de la deuda griega a comienzos de este año.

La difusión planeada por bancos individuales de la totalidad de sus posiciones soberanas debería hacer algo para compensar el escepticismo, ya que la transparencia permitirá a los analistas construir sus propios escenarios, más duros.

Pero en otras áreas, los reguladores insisten en que fueron estrictos. Las carteras de acciones fueron golpeadas con un descuento de 36% a dos años. Las declinaciones proyectadas en el PIB también lucen relativamente ásperas.

Aunque las cajas españolas fueron, como se esperaba, las más golpeadas por las pruebas de esfuerzo, los grandes bancos del país salieron bien. Santander, el mayor banco de la eurozona en valor de mercado, también surgió como una de las instituciones financieras españolas cotizadas en bolsa más solvente, con un ratio de capital de 10% a través de todo el ejercicio.

En general, los analistas vieron la iniciativa como una oportunidad en general perdida para la mayor parte de la eurozona.

"Esto se recordará como una prueba decepcionante para el corazón de Europa - en particular Francia y Alemania", dijo un analista. 

"La calidad del capital en los bancos no fue sometida a prueba".


DiarioFinanciero.com

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