2010/07/26

El derrame de crudo de BP en el Golfo de México también afecta al sector petrolero en Brasil

La semana pasada, cuando Luiz Inácio Lula da Silva inauguró la primera producción comercial de petróleo en aguas profundas del país, hubo poco de la habitual fanfarria que generalmente acompaña al presidente brasileño. La plataforma flotante se encuentra a 85 kilómetros de la costa.

Pero luego el derrame de crudo en el Golfo de México redujo parte de la temprana exuberancia que llegó a Brasil y a la industria petrolera tres años atrás, cuando el país descubrió reservas en aguas profundas estimadas en 50.000 barriles de petróleo y casi de la noche a la mañana se convirtió en una "potencia petrolera" en ciernes.

"La gente sabe que existe el riesgo inherente a las operaciones en aguas profundas, pero uno nunca quiere ver un derrame, o un accidente relacionado con el riesgo que implica un proyecto de perforación, como sucedió en el Golfo," dijo Raphael Moura, coordinador de seguridad del regulador nacional del sector petrolero de Brasil, ANP.

Si bien Brasil sigue con los planes de desarrollar sus reservas submarinas, encabezados por la petrolera estatal Petrobras, el accidente de BP encarecerá los seguros de perforación en aguas profundas. Los cambios regulatorios, mientras tanto, provocarán demoras y subirán los costos.

La revisión de seguridad que impulsa el ANP, conforme a la cual los operadores deben decir qué harían en el caso de que enfrentaran una situación similar a la de BP, podría llevar un año. "Es muy importante completar una investigación técnica profunda antes de decidir cambios regulatorios," comentó Magda Chambriard, director del ANP. El problema es que, mientras tanto, deja a la industria en el limbo, tal como sucede con la incertidumbre regulatoria en torno a la discutida operación mediante la cual BP compró a Devon Energy diez bloques submarinos. BP espera que para fin de año se apruebe la adquisición, si bien ANP dijo que está estudiando el acuerdo "teniendo en mente el Golfo de México".

"La ANP sabe que tiene que considerar temas ambientales con mayor cuidado", aseguró Jose Virgilio Lopes Enei, abogado brasileño especializado en petróleo y gas.



Desafíos técnicos

Un problema es que los desafíos técnicos para aguas profundas que enfrenta Brasil son aún mayores que en el Golfo. Su cuenca "pre-sal", así llamada porque los depósitos de petróleo y gas se ubican varios kilómetros por debajo del lecho oceánico bajo una capa de sal, es mucho más profunda que el pozo Deepwater Horizon de BP. Los yacimientos, ubicados a 450 kilómetros de la costa sudeste de Brasil, también están más lejos de tierra firme.

Además, las altas temperaturas y las grandes cantidades de dióxido de carbono en el pre-sal pueden dañar partes de la perforación. Las formaciones de sal pueden también actuar como una esponja y la perforación a través de ellas puede crear fisuras, lo que dificultaría el control del agujero perforado. 

Brasil está mejor preparado que Estados Unidos para desarrollar un área en petróleo submarino. Las regulaciones brasileñas son más severas que las estadounidenses.

A diferencia de muchas grandes petroleras, Petrobras tiene experiencia en aguas profundas. Pero muchos temen que el gobierno haya sobrecargado a Petrobras. Brasilia quiere reformar el actual régimen de concesiones y alquilar los bloques de exploración submarina.

DiarioFinanciero.com

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