Después de una serie de vaivenes ayer se aprobó el acuerdo fiscal entre Estados Unidos y Suiza para poner fin al escándalo de fraude fiscal que involucró a la filial del banco UBS en el primer país, donde ayudó e incluso incitó a ciertos clientes a evadir impuestos.
Las informaciones de las cuentas bancarias de 4.450 clientes podrán ser transmitidas cumpliendo el plazo establecido (19 de agosto) a la autoridad fiscal estadounidense, que ha advertido que procesará a los responsables de delitos tributarios con los datos que obtenga.
EE.UU. emprendió en 2008 la persecución de sus ciudadanos con cuentas ocultas para evadir impuestos, práctica de la que UBS fue cómplice, según confesaron a la Justicia estadounidense gestores de riqueza involucrados.
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