La disputa sobre el régimen cambiario de China ha comenzado a escalar rápidamente en los últimos días. El gobierno del gigante asiático insistió ayer en que mantendrá su tipo de cambio estable, luego que el Congreso de EE.UU. amenazara con imponer aranceles adicionales a los productos chinos a menos que aprecien el yuan.
Centrarse en el yuan no ayudará a resolver los problemas en la relación de comercio bilateral entre China y EE.UU., dijo a Reuters un funcionario del Ministerio de Comercio chino. "El tipo de cambio del yuan no es una pócima mágica para resolver los desequilibrios económicos globales", agregó. Estas palabras siguen a las declaraciones del primer ministro chino, Wen Jiabao, quien el domingo estimó que el yuan no está subvaluado.
En respuesta, el martes, cinco senadores estadounidenses presentaron un proyecto que apunta a presionar a Beijing para que permita que su moneda se aprecie. La propuesta pone en aprietos al gobierno de Barack Obama, cuya administración debe decidir si catalogar a China como un país manipulador de su divisa en un reporte del Departamento del Tesoro, el 15 de abril.
El yuan se apreció 21% contra el dólar desde julio de 2005 a julio de 2008, antes de que el gobierno frenara su avance para proteger a los exportadores durante la crisis global. Desde esa fecha, China estableció el tipo de cambio del yuan en cerca de 6,83 por dólar.
Pero la creciente inflación (que alcanzó un máximo de 16 meses en febrero) y la recuperación de las exportaciones han alimentado las expectativas del mercado de que China buscaría continuar el camino de apreciación comenzado a mediados de 2005.
Y pese a la lenta subida del yuan con respecto al dólar en los últimos años, China es acusada de mantener un nivel artificialmente bajo de su moneda para favorecer sus exportaciones y su crecimiento económico, el cual se aceleró a 10,7% en el cuarto trimestre, alimentando los temores a un recalentamiento, en momentos en que continúa acumulando reservas, dijo una fuente del Departamento del Tesoro a Bloomberg. Esta política es denunciada habitualmente por Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Multilaterales al debate
Desde el Fondo Monetario Internacional al Banco Mundial, instituciones y países están llamando a China a volver a permitir la apreciación de su divisa.
Economistas plantean que el yuan está subvalorado por lo menos en 25%, dando a las empresas chinas una ventaja comercial. Esta situación es vista con mayor preocupación ahora que EE.UU. busca recuperarse desde su peor recesión en siete décadas.
El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, se sumó ayer a la presión al afirmar que el yuan está subvaluado y que una apreciación de esa divisa ayudaría a eliminar los desequilibrios económicos globales. Además, dijo que los países con déficit, como EE.UU., deberían hacer que su crecimiento sea más dependiente de las exportaciones, mientras que naciones con superávit de cuenta corriente, como China y Alemania, deberían tratar de recortarlos mediante el impulso de la demanda local.
El Banco Mundial también entró al debate al recomendar un tipo de cambio más fuerte y una política monetaria más estricta para limitar las expectativas inflacionarias y burbujas de activos en China.
Ayer, el ex consejero general del famoso fondo Long-Term Capital Management, James Rickards, también advirtió sobre la formación de burbujas. "Es la burbuja más grande de la historia con la mayor asignación equivocada de riqueza", dijo en una conferencia en Hong Kong. China "es una burbuja a punto de estallar".
Fricciones por el déficit
La brecha comercial de EE.UU. con China se redujo a US$ 226 mil millones en 2009 desde un récord de
US$ 268 mil millones en 2008. Pero con la administración Obama buscando elevar las exportaciones y el empleo, el déficit sigue siendo un punto de fricción entre ambas potencias.
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