La promesa de la eurozona de otorgar créditos estatales a Grecia en caso de emergencia marcó un posible paso adelante para la unión monetaria, pero no responde a la petición griega de una solución a su crisis de deuda.
El plan, anunciado la noche del lunes por ministros de la eurozona, carece de detalles, lo que evita el riesgo de que los mercados financieros quieran poner a prueba un compromiso de Francia o Alemania de entregar sumas específicas a tasas de interés establecidas.
Tras una reunión más amplia, de los 27 ministros de la Unión Europea, la ministra de Economía de España, Elena Salgado, manifestó que Grecia no necesita ayuda por el momento y no ha solicitado fondos, pero existe un acuerdo para proporcionar asistencia al país en caso de que resulte necesario. El titular de Hacienda de Suecia, Anders Borg, agregó que la situación es mejor que hace un mes y que "el gobierno griego ha dado pasos en la dirección correcta. Ha tomado decisiones acertadas en cuanto a los impuestos y ahora merece apoyo".
"Lo que están haciendo es lo mínimo que pueden hacer", dijo Phillippe Moreau, investigador del Instituto de Investigación de Relaciones Internacionales de París.
"Ciertamente el euro no está en peligro", aseguró Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo. "Pero no debemos ser complacientes", añadió.
En línea con lo expresado por Trichet, Wolfgang Scheubler, ministro de Finanzas de Alemania, dijo que su país estaría dispuesto a dar una ayuda a Grecia, pero sólo si eso es lo último que queda por hacer.
"Nosotros tenemos que reaccionar si la insolvencia es inminente", dijo Scheuble a los legisladores, llamando a la estrategia de ayuda como un conjunto de preparaciones "técnicas".
Y si bien Grecia pasó el mes con una venta de cinco millones de euros en bonos, entre abril y mayo se espera que venzan papeles de deuda por más de 20 mil millones de euros, lo que podría dejar al gobierno de George Papandreou en una situación mucho más incómoda que la actual. No obstante, la agencia calificadora de riesgos S&P señaló que las medidas anticrisis planteadas por Papandreou son positivas, lo que le valió a Grecia una confirmación de su calificación de deuda BBB+ en "estable". No obstante, S&P mantiene la perspectiva "negativa", ya que espera que el crecimiento del país sea más débil que el anunciado.
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