2010/02/17

¿Un empresario Canciller de Chile?

Causó sorpresa en Chile la designación del conocido empresario Alfredo Moreno como Ministro de Relaciones Exteriores de Chile. Si allí causó sorpresa, más sorpresa ha debido de causar en los países vecinos, como Perú, Bolivia y Argentina, particularmente por el meticuloso manejo de la diplomacia chilena de sus relaciones con los tres vecinos, con los cuales ha tenido problemas limítrofes durante el siglo XX.

Sin duda que el Presidente electo Sebastián Piñera, uno de los empresarios más acaudalados de Chile (principal accionista de LAN, de la Clínica Las Condes, del equipo Colo Colo y otros emprendimientos), ha debido de consultar con diplomáticos de carrera, muchos de ellos afines a la línea del nuevo Presidente, antes de designar como cabeza de la Diplomacia Chilena (una de las más profesionales del continente, después de Itamaraty en Brasil y junto con Torre Tagle en Perú), a un también exitoso empresario, como Alfredo Moreno (accionista de las famosas galerías Falabella y otros).

Es posible que, por el pragmatismo que caracteriza a un empresario de éxito, Piñera quiera tener al mando de sus relaciones internacionales a otro hombre pragmático, que sin dejar de lado el asesoramiento de profesionales diplomáticos le imprima a esa cartera la tónica empresarial dirigida a abrir mercados para productos chilenos en el mundo, a la vez que atraer más inversiones extranjeras que se instalen en territorio chileno, con miras a vender a mercados con los que ya tiene suscritos acuerdos de libre comercio (TLC), como son los Estados Unidos y la Unión Europea y muy pronto la propia China.

Como bolivianos, ¿cómo afecta a nuestra relación bilateral con Chile la designación del empresario Moreno como cabeza de la diplomacia chilena en el nuevo Gobierno del país vecino?

Indudablemente que ante una personalidad de un empresario pragmático, que no por ello pasará por alto aquellas “Políticas de Estado” que han caracterizado a las relaciones del país del Mapocho con sus vecinos, independientemente del Gobierno de turno (sea de izquierda, derecha, democrático o dictatorial), resulta atractivo intentar un enfoque novedoso para el tratamiento de nuestra relación bilateral en general y del tema marítimo en particular.

En mi modesto criterio, creo que es necesario mostrar a los distintos estamentos de la sociedad chilena que, gracias al territorio arrebatado por ese país a Bolivia en la vergonzosa contienda de 1879, Chile ha podido construir su desarrollo, con la explotación del cobre de un sinnúmero de minas que hasta hoy siguen generando millonarios ingresos a las arcas del vecino país (sólo como ejemplo, la mina de Chuquicamata al norte chileno). Si hiciéramos un cálculo de los billones de dólares que recibió Chile por la venta de cobre extraído de las entrañas de territorio arrebatado en la guerra a Bolivia, nadie lo creería. Sólo como ejemplo, podemos mencionar el fondo de 32 billones de dólares generados como excedente en los años 2007 y 2008 por las altas cotizaciones del cobre en el mercado internacional y que con gran visión guardó la presidenta Bachelet para hacer frente a la crisis financiera que afectó a todo el mundo, pero en menor escala a los países que, como Chile, tomaron previsiones inteligentes.

Es pues un desafío interesante para la diplomacia boliviana el poder presentar un planteamiento imaginativo, en el marco del pragmatismo del nuevo responsable de la política exterior de Chile.

Ex ministro y ex parlamentario

http://www.laprensa.com.bo/

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