Hace casi un año, cuando se anunció la compra de D&S por parte de Wal-Mart, las expectativas sobre los cambios que realizaría la transnacional eran grandes.Diez meses después, parte de estas transformaciones han comenzado a tomar cuerpo, pero no han resultado económicas para Wal-Mart.
En lo que va de año el gigante supermercadista ha desembolsado US$ 630 millones por concepto de préstamos entre empresas relacionadas.
El motivo de este monto -compuesto de un préstamo realizado el segundo trimestre por US$ 80 millones y un segundo (esta semana) por US$ 550 millones- es la recompra de los bonos con covenants que mantenía D&S con los bancos e instituciones financieras, y que le impedían a Wal-Mart reformular las finanzas de Lider, dejándolas bajo el mismo estándar que una filial de la estadounidense.
Según el gerente corporativo de Finanzas de D&S, Mario Medina, quien llegó de la mano de los nuevos accionistas, el haber pedido este capital a Wal-Mart permitió dejar en buen pie a la compañía para los desafíos que vienen. Es por ello que, reflejados estos ajustes internos en la última entrega de resultados, la supermercadista arrojó pérdidas por $ 92.049 millones, situación que no se traspasaría a la FECU el cuarto trimestre, cuando todo vuelva a la normalidad, según el ejecutivo.
“Son cambios internos por un monto no menor, de $ 124.837 millones (US$ 227 millones), cargados a resultados. Eso explica el resultado negativo, no pérdida, en la FECU de septiembre. Es la forma en la cual queremos contabilizar el riesgo de nuestro portafolio de cuentas a cobrar, de cómo queremos contabilizar provisiones”, dijo Medina.Para dar curso a este proceso, el road show con los bancos e instituciones financieras fue intenso.
En dos semanas el equipo de finanzas sostuvo 27 reuniones, en las cuales se ofrecieron dos condiciones: los bonos tendrán la garantía de Wal-Mart Stores Inc -y no la de D&S-, y además se ofreció la recompra de los papeles, por US$ 550 millones.
“Viendo que íbamos a tener estos cargos extraordinarios, sabíamos que íbamos a tener dificultad en el pago, por lo cual fuimos a negociar con los bancos y todos nos dieron la aprobación a nuestro plan. Todo se hizo para no caer en un default técnico”, explicó el gerente.Agresivo plan de crecimientoToda la reestructuración, la cual debiera culminar esta semana, tiene como fin -como asegura Medina- “afinar y aceitar el motor”. Es decir, dar pie al plan de crecimiento programado entre 2010 y 2014.
El plan, el cual aún no es aprobado por el directorio, considera diversas aperturas y, aunque sin revelar detalles, el gerente de finanzas explica que será más agresivo que el que actualmente está vigente en D&S, el que operó entre 2006 y el cierre de 2009 y cuyo monto bordeó los US$ 800 millones.“Todo lo que se ha hecho y lo que estamos haciendo es para posicionar el negocio a futuro.
Es la mirada de cómo queremos reflejar nuestros activos y pasivos en los estados financieros, de frente a los accionistas, y porque tenemos un plan de negocios –en etapa de planificación- súper agresivo y el punto de partida es súper importante”, acotó Medina.Sobre el financiamiento de este programa de aperturas, el ejecutivo sostuvo que podría quedar caja de los US$ 550 millones si es que no todos aceptan la recompra.
De todas maneras, aseguró Medina, la empresa lo hará con capital propio o irá al mercado. “Pero no más con covenants”, dijo Medina.
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