2009/07/17

Los robots se quedan cesantes


Los de uso industrial y los domésticos; ambos están perdiendo su trabajo. Casi un 60% cayó el comercio global de robots industriales en el primer trimestre de 2009.  

Nicolás Luco Rojas 

Pueden ser eficientes, pero hoy les cuesta conseguir trabajo.


Los consumidores han suspendido la compra de autos y tecnología, provocando la mayor regresión sufrida por Japón en más de una generación. Los robots quedan inertes.


El japonés Hiroko Tabuchi cuenta en el diario "The New York Times" que vio en la Yaskawa Electric, fabricante de robots, a hileras e hileras de trabajadores-máquina esperando nuevas órdenes, muchos con sus brazos "congelados en el aire".


La industria japonesa ha caído un 40% y con ello, la demanda de robots. "Nos han dado muy duro", dice Koji Toshima, presidente de Yaskawa, el mayor productor de robots de Japón.


Sus utilidades cayeron en un 66%, perdieron el equivalente a 39 mil millones de pesos chilenos en el año que concluyó en marzo. Este año también predicen pérdidas.


La meta para 2025


El comercio global de robots industriales cayó un 59% en el primer trimestre de 2009. En 2005 había más de 370 mil robots en las fábricas japonesas, el 40% del total mundial. Por cada mil trabajadores, había 32 robots. El plan gubernamental consultaba el funcionamiento de un millón de robots para 2025.


A la larga, los robots resultan más baratos que los trabajadores humanos, aunque son una inversión alta, escribe Tabuchi.


Los robots domésticos también han sufrido la embestida.


Systec Akazawa se declaró en quiebra; justo en enero había presentado en Las Vegas su PLEN, un robot caminante.


En abril hubo que cerrar un programa de arriendo de Roborior, un vigilante hogareño con forma de sandía que detecta movimientos y transmite imágenes a las oficinas de los dueños de casa. "Una vergüenza", dice Mariko Ishawa, "con él se podía cuidar a los ancianos".


Más del 25% de los japoneses tiene más de 65. Se apostaba a los robots para atenderlos. Pero el robot My Spoon, que ayuda a comer a los mayores, cuesta el equivalente a 2,2 millones de pesos chilenos.


Mitsubishi fracasó con su robot Wakamaru, que lanzó en 2003. En los EE.UU., Ugobe que presentó Pleos, un dinosaurio del cual se vendieron 100 mil ejemplares, se declaró en quiebra en abril. En 2006 Sony paró la fabricación de su Aibo a los 7 años de presentarlo.


Robot Factory, de Osaka, cerró en abril. "Al fin de cuentas", dice Yoshitojo Mukai, cuya tienda, Jungle, compró parte del inventario de Robot Factory, "los robots son todavía costosos, y realmente no hacen tanto".


Las cosas cambiarán


El ingeniero Pablo Zegers, profesor de robótica de la Universidad de los Andes, cree que la crisis pasará y que el crecimiento económico repuntará.


Y con ello, la robótica. "Muchos de los trabajos manuales van a poder ser hechos por máquinas. Habrá cadenas de máquinas eficientes".


La sociedad humana estará más basada en el conocimiento. Chile mismo es una economía más y más de servicios. La minería hoy recurre a la robótica; El Teniente tiene robots que transportan mineral a oscuras, y herramientas telecomandadas, recuerda.


"Los trabajadores que más sufrirán con la robotización son los chinos, que llevan la carga manufacturera. Nosotros, tal vez roboticemos la agricultura, pero ésas son funciones estacionales", afirma.


¿Y cómo construir una economía que permita trabajar a los humanos y que no sean desplazados?


Hay que diseñarla, o los seres humanos "les van a pegar un chancacazo a los robots", dice. "Yo espero alcanzar a ver en mi vida que muchos de los trabajos manuales van a estar en manos de robots".


emol.com

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