Los jugadores del fútbol español, acostumbrados a los lujos, están sintiendo los efectos de la crisis financiera global. El Valencia, por ejemplo, no pagó los sueldos a sus jugadores en los primeros días de este mes. Se esperaba que recién el viernes los 25 jugadores recibieran los 15 millones de euros
(US$ 19,2 millones) adeudados. El Valencia no ha podido vender su estadio, y en diciembre un banco le negó un crédito. Pero la situación de los futbolistas españoles no es única.
En Estados Unidos, la caída en los ingresos por avisaje, ha signficado recortes de empleos en las ligas de fútbol americano y básquetbol, mientras la liga de béisbol congeló sus presupuestos.
Frenan los motores
Las competencias automovilísticas también están sufriendo por la crisis del crédito, y mucho. El director de marketing de NASCAR, Steve Phelps, aseguró la semana pasada que espera una caída en la asistencia a la carrera, que comenzó ayer en Florida con la prueba de Daytona 500. “La competencia en la pista es lo que va a dominar el día en lo que se refiere a los fans. En el lado empresarial, es un año de agachar la cabeza por la necesidad”, afirmó.
El gasto de las compañías estadounidenses en el automovilismo caerá por primera vez en casi 25 años. Las empresas invertirán cerca de
US$ 3.300 millones en auspicios en 2009, una caída de 5,7% frente al presupuesto del año pasado, según la firma de investigación IEG.
Esto afectará entre otras carreras a la IndyCar y a NASCAR, fue golpeada este año por la salida de dos importantes auspiciadores:la cadena Domino’s Pizza y Kodak. El presidente de la Federación Automovilística Internacional (FIA), Max Mosley, advirtió recientemente que la Fórmula 1 enfrenta su peor crisis en 40 años y que debe actuar de forma inmediata para reducir costos. La automotriz Honda ya se retiró de la competencia.
Oportunidades únicas
La insolvencia de algunos, sin embargo, se ha transformado en una oportunidad para las firmas que aún se mantienen a flote.
La cadena de restaurantes Denny’s y la empresa de comida para perros Pedigree se dieron el lujo este año de publicitar sus productos en el Super Bowl, el evento deportivo del año en EE.UU.
Ante la salida de gigantes como General Motors -que sin ayuda federal estaría al borde de la quiebra- y FedEx, empresas de menor tamaño aprovecharon de alcanzar la cima de la vitrina publicitaria. Por primera vez en una década, ninguna automotriz de Estados Unidos publicitó sus vehículos en la transmisión del 1 de febrero.
En tanto, Chicago, que está postulando para ser sede de los Juegos Olímpicos en 2016, ha recurrido a fundaciones de caridad y a millonarios -como el fundador del fondo de cobertura Citadel, Kenneth Griffin- para ayudar económicamente a la campaña, luego de que la recesión erosionara las ganancias de firmas locales, como Boeing.
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