2009/02/16

Frenan megaproyecto: la crisis tocó a Chile

En el barrio conocido popularmente como Sanhattan -por su intento de emular a Manhattan, en Santiago- se construía un complejo de edificios que prometía convertirse en el mayor centro comercial y financiero de Chile: el Costanera Center. En 700 mil metros cuadrados, se levantarían tres edificios de oficinas, un hotel cinco estrellas, un mega centro comercial y, en el corazón del complejo, la Gran Torre Costanera, un rascacielos de 70 pisos y 300 metros de altura, el más alto de Latinoamérica.

Carteles instalados en rededor de la obra la describían como: "Icono del desarrollo en Latinoamérica", "La ciudad que se proyecta al mundo", "Una gran visión de negocios". Sin embargo, sorpresivamente, el pasado 29 de enero, se anunció la suspensión indefinida de la construcción. En un comunicado público, la firma explicó: "No tiene sentido seguir avanzando al ritmo actual, si no se pueden rentabilizar las instalaciones del Costanera Center".

El propietario del proyecto es el holding Cencosud (Centros Comerciales Sudamericanos), uno de los tres grandes actores de la industria de la venta minorista en Chile.

El hombre detrás del negocio es el ciudadano de origen alemán Horst Paulmann, quien en una década transformó una empresa familiar, que operaba un puñado de supermercados, en el holding transnacional que actualmente posee la tienda de departamentos Almacenes París, los Supermercados Jumbo y la firma de refacción del hogar Easy, con inversiones en Perú (supermercados Wong), Argentina (Hipermercados Jumbo), Brasil (Gbarbosa) y Colombia (Easy).

En 2006 el Presidente Ricardo Lagos concedió la nacionalidad chilena por gracia especial a Paulmann. El mismo año y casi al término de su mandato, Lagos puso la primera piedra en el Costanera Center. En 2008, el conglomerado de empresas, que emplea a unas 100 mil personas en la región, tuvo ingresos de explotación cercanos a los 10 mil millones de dólares, casi un 50 por ciento más que en 2007.

Pero hoy, los poco más de 400 operarios que quedan en las faenas del Costanera Center -de un total de 2.800 que había a mediados del año pasado- trabajan en sellado y terminaciones con que se intenta prevenir el daño que provocará el medioambiente sobre obra cuando quede abandonada en dos meses.

Son los vientos de recesión que golpean a la economía chilena.

"La crisis en Chile es seria, y abarca al mercado financiero y a la economía real", afirma en entrevista con Terra Magazine Hernán Frigolett, master en Ciencias Económicas en la Universidad de Londres y gerente general de la consultora Aserta. "Se espera que Estados Unidos tenga una caída del orden de 3 a 4 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), y Europa pronostica una baja de entre 2 y 3%, por lo cual en Chile es altamente probable que también tengamos recesión".

"La suspensión del Costanera Center es prueba de ello, ya que grafica la situación de un grupo económico importante que sin duda ha sido afectado por la crisis financiera internacional, con pérdidas patrimoniales que están afectando sus flujos, y ello debe estar sucediendo con otros grupos económicos importantes", agrega.

El fantasma del desempleo

El año pasado, era lugar común afirmar que Chile estaba "blindado" frente a la crisis gracias a los suntuosos ahorros que dejó al fisco el precio extraordinariamente alto que tuvo el cobre por más de dos años. El ministro de Hacienda chileno, Andrés Velasco, llegó a afirmar que la "pulmonía" mundial provocaría en Chile "acaso un estornudo".

Sin embargo, los cientos de trabajadores que perdieron sus empleos este verano en el Costanera Center, se suman a una ola de despidos que recorre el país. La Dirección del Trabajo informó que en enero de 2009 se cursaron 150 mil cartas de despido, un alza de 20 por ciento respecto del mismo periodo anterior.

Hace dos años, Segundo Marín dejó a su esposa y cuatro hijos en Traiguén, en la Región de la Araucaría y se presentó en el Costanera Center. No tuvo problemas en ser contratado como jornalero y poco después ascendió a maestro albañil. Mensualmente recibía un salario de 540 mil pesos (unos US$870), todo un récord en el área de la construcción. Hace dos semanas fue despedido y aún sigue en el cuarto que arrendó en una zona obrera en Santiago, con la esperanza de encontrar un nuevo trabajo. No quiere volver al sur, porque allá la cesantía es peor.

"Estoy muy mal, muy preocupado. Esta es la época en que hay que comprar útiles, ropa para el colegio de los niños. La cosa se ve mal y parece que vendrán días peores", dijo a Terra Magazine. "Estamos arruinados, decaídos, destruidos".

Efecto boomerang

Según Frigolett, 2009 "se presenta con alta probabilidad como un año recesivo, en el que el PIB tendrá una caída en torno al 2-3%, con un desempleo que podría llegar a superar el 12 o 13%, y con problemas asociados a la cadena de pagos producto de procesos restrictivos del consumo, de aplazamientos de más de un año de proyectos de inversión y de caída del valor y del volumen de las exportaciones, por la recesión mundial".

Miguel Nazal, Iván Montenegro y Cristián Salinas, dirigentes sindicales de los trabajadores de Costanera Center, recuerdan, en entrevista con Terra Magazine, que hasta hace poco se consideraban parte de una elite entre los obreros de la construcción. "Decir que uno trabajaba en La Torre te subía el pelo", afirma Montenegro. Sin embargo, hoy viven tiempos de máxima incertidumbre.

"En todo el sector de la construcción se están paralizando obras. A los viejos que trabajaban en La Torre les va a costar encontrar pega. Van a terminar haciendo pololos (obras caseras, eventuales y mal pagadas)", dice Nasal.

Salinas agrega que la mayoría de los trabajadores de La Torre están sumidos en las deudas. "Aquí, a la faena venían las promotoras de la grandes tiendas, de las Isapres (seguros de salud privados) y de los seguros a ofrecernos sus servicios", afirma.

Frigolett advierte que la crisis que comienza a golpear el país ha dejado al descubierto problemas "estructurales" derivados de la creciente concentración que opera en determinados ámbitos de la economía.

En el sector financiero, tres bancos concentran 70% o más de las colocaciones y las regulaciones son pobres. "Se ha insistido con majadería en que la banca no presenta problemas de liquidez, pero cuando la cadena de pagos se interrumpe, la crisis bancaria irrumpe de manera abrupta y violenta, y comienzan a surgir carteras vencidas por doquier", añade.

"La distribución minorista está en manos de tres grupos, que dominan cadenas de tiendas y supermercados, con claras señales de colusión y prácticas poco transparentes y competitivas con sus proveedores", afirma. Uno de esos grupos es Cencosud.

Según cifras de la Superintendencia de Bancos entregadas en 2008, el 80% de los trabajadores chilenos realizan compras a crédito y cada chileno debe en promedio 7,5 meses de sueldo sólo en créditos de consumo. El desempleo, sin embargo, puede reventar esa burbuja.

"La restricción del empleo, se transferirá a los modelos financieros de casas comerciales y también al sistema bancario, y veremos entonces problemas en la cadena de pagos que serán adicionales a los que provengan de empresas con problemas de liquidez y otras de solvencia", augura Frigolett.

Los mecanismos de protección social tampoco serán suficientes, según Frigolett, para aliviar la cesantía. "Sin duda que la dimensión social de la crisis emergerá con mucha fuerza en el tercer trimestre de este año, ad portas de la elección presidencial".

Víctor Sepúlveda, uno de los primeros obreros contratados en el Costanera Center, fue despedido el 23 de enero. "Lo que me tiene más afligido es la deuda que tengo con Almacenes París", dice. La tarjeta de la tienda de Paulmann se la ofrecieron en la misma faena. Ahora no sabe cómo ni cuándo va a pagar.

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