2009/02/09

Crece temor a que medidas contra la crisis lleven a un nuevo proteccionismo

Huelgas contra la contratación de empleados extranjeros en Inglaterra; automotrices francesas a las que se les dice que compren componentes nacionales y que no cierren sus fábricas en Francia; un ministro en España pidiendo a los consumidores que compren productos españoles: el proteccionismo en Europa parece estar aumentando.

Advertencias sobre el riesgo latente también está en aumento. “El proteccionismo será un forma segura de lograr convertir la recesión en una depresión” dijo el secretario de negocios de Inglaterra, Peter Mandelson.

El paralelo histórico es muy claro. Hace ocho décadas Estados Unidos, seguido por gobiernos en Europa y otras partes del mundo, comenzaron una oleada de medidas proteccionistas que aumentaron la tensión y agravaron la crisis económica. ¿Podría esto volver a pasar?

La disposición de Europa para afrontar a los Estados Unidos por la disposición del plan de estímulos de “Buy American” demuestra que los tiempos han cambiado. Barack Obama incluso recibe una lección de Francia cuando su ministro de comercio dijo que el plan de Estados Unidos para comprar acero estadounidense es “claramente proteccionista”.

Los gobiernos de toda Europa realizan un acto de malabarismo cuando tratan de proteger a sus ciudadanos de la fuerza completa de la recesión. Hasta ahora, las señales apuntan a que es poco probable que el proteccionismo vuelva, debido en gran parte a las reglas de la Organización Mundial de Comercio y de la Unión Europea que limitan el alcance de las alzas tarifarias.

En cambio, otras formas de nacionalismo económico están pasando a primer plano, desde la demanda por mantener “empleos británicos para trabajadores británicos” hasta los llamados a un consumo patriótico. Aunque la amenaza más alarmante de todas, para algunos analistas, es la del proteccionismo financiero.

Los bancos se están retirando a sus mercados de origen mientras el rescate estatal los fuerza a seguir líneas nacionales. Eso, a su vez, aumenta la presión política para que se rescate a otras industrias.

Las consecuencias de este proteccionismo probablemente pongan a prueba a Europa, política, económica y legalmente. “Deshacer la integración del mercado bancario causará muchos daños. Retrasará las cosas diez años”, dijo Daniel Gros, del Centro para Estudios de Políticas Europeas.

Las presiones proteccionistas en Europa han surgido como una preocupación seria en el Banco Central Europeo y Jean-Claude Trichet, su presidente, podría intensificar las advertencias sobre su potencial impacto en el crecimiento. El mes pasado, Trichet describió al “surgimiento e intensificación de las presiones proteccionistas” como uno de los principales riesgos que enfrenta la economía de la eurozona.

Parte de la integración financiera que se promovió durante los buenos tiempos ya ha sido golpeado por medidas como la división según líneas nacionales de Fortis, el grupo financiero belgo-holandés. Los rescates bancarios, además, han generado presiones en otras jurisdicciones. Francia ha ofrecido inyectar US$ 27 mil millones en los seis bancos más grandes de ese país para asegurar que no queden en desventaja frente a sus rivales ingleses y estadounidenses.

Es preocupante que muchos bancos dejen de prestar al exterior y se encuentren bajo fuerte presión de sus gobiernos por concentrarse en su mercado de origen. Pero existen algunas dudas sobre si se está viendo realmente un proteccionismo financiero o si sólo se trata de que los bancos se están endeudando menos.

Irónicamente, algunas de las advertencias más fuertes las hizo Gordon Brown, el primer ministro británico, quien supervisó el rescate bancario y ha tratado de convencer a los bancos ingleses de prestar más en casa.


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