Los negociadores del Senado y la Cámara de Representantes acordaron ayer la versión final del acuerdo del plan de estímulo económico por
US$ 789 mil millones que ayudará a sacar a Estados Unidos de su peor recesión desde la Gran Depresión de los años ‘30.
La cifra final del paquete, acordada luego de conversaciones que se extendieron hasta altas horas de la noche del martes y se retomaron en la mañana de ayer, es menor que el plan de US$ 838 mil millones aprobado por el Senado y que el paquete de US$ 819 mil millones aprobado por la Cámara.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, aseguró que con este plan se crearán 3,5 millones de empleos. Los principales componentes de la nueva medida son dineros para ayudar a las víctimas de la recesión,
US$ 44 mil millones en ayuda para los estados – que enfrentan menores ingresos – y la aplicación de recortes de impuestos para las personas que reciben medianos y bajos ingresos, lo que representaría un tercio del plan total.
La senadora Susan Collins, uno de los tres parlamentarios republicanos que votaron a favor de la iniciativa en el Senado, agregó que el paquete final incluye US$ 150 mil millones en gasto en infraestructura.
Menor gasto
En las reuniones a puertas cerradas participaron la vocera de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el senador Harry Reid, el presidente del Comité de Finanzas del Senado, Max Baucus, y otros parlamentarios. A ellos se sumaron autoridades de la Casa Blanca, como el jefe de gabinete, Rahm Emanuel.
Los tres senadores republicanos que votaron a favor de la iniciativa de la Cámara Alta habían insistido que mantendrían su apoyo sólo si el texto final se mantenía bajo US$ 800 mil millones. Este respaldo era fundamental, ya que los demócratas necesitan 60 votos para aprobar la legislación sin problemas, y tienen sólo 58 escaños.
La iniciativa debe ser aprobada ahora por el pleno de ambas cámaras. La Cámara de Representantes votaría el paquete hoy, mientras que el Senado lo haría el viernes, de modo que el presidente Barack Obama pueda cumplir su meta de firmarlo el fin de semana.
Obama sigue buscando apoyo
Mientras los legisladores se reunían en Washington, Obama dejó la Casa Blanca por tercer día consecutivo para conseguir apoyo a su plan de estímulo. “A través del país, los estados necesitan ayuda y con mi plan, ayuda es lo que obtendrán”, dijo el mandatario en Springfield, Virginia. Obama visitó la construcción de una carretera para subrayar su argumento de que el paquete creará o salvará hasta cuatro millones de empleos.
El presidente ha advertido en los últimos días que si el plan de estímulo no se aprueba, el país enfrentará una “catástrofe” económica.
Los legisladores trabajan contra el tiempo, tratando de dejar listo el texto final antes del 16 de febrero, que es feriado porque se celebra el Día del Presidente.
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