Unas 15.000 viviendas nuevas ya terminadas no han logrado encontrar dueños en la Región Metropolitana. Ello, debido a los efectos de la crisis que afecta al sector inmobiliario y que ha visto caer sus ventas en los últimos meses -ante la incertidumbre económica global- por lo que las empresas del sector optaron por paralizar los nuevos proyectos, viéndose así amenazada la continuidad de miles de puestos laborales, principalmente obreros.
Según la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), el stock de viviendas terminadas -listas para entrega- en el Gran Santiago ha subido fuertemente y llega al 30%, que correspondería a unas 15.000 unidades del inventario total del rubro (terminadas y en construcción) que concluirá este año en una cifra levemente inferior a las 48.000 unidades.
Esta situación está afectando seriamente las finanzas de las empresas, ya que la mantención del stock ya construido es costoso para sus propietarios, en este caso las firmas inmobiliarias. “Por ejemplo, si en un edificio de departamentos de 100 unidades, se han vendido 40, la inmobiliaria debe pagar los gastos comunes de los 60 restantes, ese es un costo alto”, comentó el director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, Vicente Domínguez.
Impacto y fantasma de crisis asiática
El ejecutivo sostuvo que este stock ha subido fuertemente desde el 6% a 8% que exhibió en 2006 y 2007. A inicios de este año ya se había situado en el 10%, mientras que al cierre del tercer trimestre de 2008 saltó al 22% o 23%, añadió.
Si bien dicho stock de 30% aún está a distancia de las cifras registradas en la crisis asiática, cuando el inventario de viviendas para entrega inmediata superó el 50% (en 1999), Domínguez señaló que si no operan las medidas reactivadoras anunciadas por el gobierno -subsidios- y “la economía no se recupera, eventualmente podría llegarse a esa cantidad”.
A su vez, el presidente del Comité Inmobiliario de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Orlando Sillano, afirmó que el 30% de stock “no es tan serio aún, el efecto serio de la crisis probablemente llegará en los próximos meses si se agrava y si sigue bajando la velocidad de venta”. Sin embargo, el representante gremial confía en que se tomarán medidas paliativas para evitar esa situación, especialmente desde el punto de vista de las tasas de interés, dijo.
Junto al mayor costo que significa para las inmobiliarias la mantención de dicho inventario, Domínguez indicó que se agrega a ello el que las firmas continúan pagando los intereses del endeudamiento bancario si construyeron el proyecto con algún porcentaje de crédito, además de capital propio, fórmula que usualmente se utiliza en el rubro.
El director del Informe de Coyuntura Inmobiliaria de la consultora Tinsa, Felipe Parra, afirmó que el elevado inventario de viviendas implicará, además, que seguirá el fuerte ajuste en el ingreso de nuevos proyectos al mercado.
En este sentido, Sillano sostuvo que “si no parten obras nuevas, la gente que trabaja hoy en ellas se quedará sin trabajo”. La CChC estima que el sector construcción perdería 90.000 empleos en 2009, correspondiendo la mitad al rubro inmobiliario.
Parra indicó que las comunas de Ñuñoa y Santiago Centro son las que exhiben un mayor sobrestock.
En cuanto a precios, el stock de viviendas terminadas afecta a los productos que van de los 1.500 a 3.500 UF, sostienen en la ADI.
Subsidios parciales
Vicente Domínguez agregó, en tanto, que el impacto de los subsidios anunciados por el gobierno solo se está sintiendo en las viviendas bajo las 1.000 UF (subsidio de 200 UF), ya que en los niveles superiores, hasta las 2.000 UF, aún no entran en operación debido a que se cubrirán con el Presupuesto 2009.
Domínguez y Sillano manifestaron su inquietud por la exigencia de un seguro de de-
sempleo a los postulantes a los subsidios, lo que encarece los dividendos. Los inmobiliarios prevén que a inicios de marzo tendrían una evaluación del impacto de los subsidios en las ventas.
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