2007/10/26

“Colombia apuesta por el modelo irlandés para atraer inversión extranjera”

Luis Guillermo Plata, ministro de Industria, Comercio y Turismo de la nación presidida por alvaro uribe

Para el ministro los aciertos de Uribe en el terreno económico también han sido palpables, como en el caso de la seguridad. Así lo demuestra el dato que este año el PIB colombiano crecerá a una tasa de 7,4%.


Luis Guillermo Plata sólo lleva al frente del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia desde enero de este año. Pero tiene una amplia experiencia en el tema. Fue consultor en la firma McKinsey y fundador de una empresa de e-commerce en Sillicon Valley, después en la Administración colombiana estuvo como director de la oficina comercial en Tokio y, con posterioridad, como presidente de Proexport, el instituto de promoción exportadora, de inversión y turística de su país, durante cuatro años.

Pero su trayectoria como experto en comercio no le impide reconocer que ha sido otro elemento -en principio ajeno a la economía, como la seguridad-, la clave del “éxito reciente” del mercado colombiano. Es lo que denomina el "efecto Uribe", en alusión a la gestión del presidente de la nación latinoamericana, que ha logrado rebajar las alarmantes cotas delictivas de unos de los territorios tradicionalmente más peligrosos del planeta.

Para Plata, sin embargo, los aciertos de Uribe en el terreno económico también han sido palpables. Como lo demuestra el dato que este año el PIB colombiano crecerá a una tasa de 7,4%, un vigor que “no sólo consolida la etapa de prosperidad posterior a la recesión de 1999”, sino que eleva el potencial de dinamismo a cifras desconocidas desde 1978. Además, con una “clara contención de la inflación”, que se sitúa en la actualidad en 4,7%, “lejos de los dobles dígitos del índice a finales de los noventa”.

Esta mejoría del ambiente de seguridad y del clima coyuntural ha propiciado beneficios constatables, afirma. Entre otros, la duplicidad del número de turistas, “desde el medio millón de 2002, hasta rebasar, el pasado ejercicio, la psicológica barrera del millón”. O la designación por parte del Banco Mundial, en su informe Doing Business, de que Colombia ha sido, en 2006, el segundo mercado, después de Egipto, en abordar mayores reformas estructurales para atraer inversiones.

Circunstancias que, a su juicio, confirman la coincidencia de las tres agencias de calificación de “elevar el rating de Colombia” y dejarlo “en la antesala de recuperar el grado de inversión perdido en 1989”.

En este renovado atractivo del gran mercado tiene parte de responsabilidad Plata, inspirador de los cambios normativos que pretenden convertir a Colombia en la Irlanda de América Latina. “La filosofía de estos cambios normativos es la de importar el exitoso modelo de incentivos fiscales irlandés para captar inversiones extranjeras”, explica.

“No hemos podido llegar a una rebaja del impuesto sobre la renta del 12,5%, como el Gobierno de Dublín, pero lo hemos logrado dejar en el 15%”. Eso sí, “sólo para zonas francas”, que abarcan un mapa territorial amplio de la nación; incorpora la figura de la “zona franca uniempresarial” por la que una compañía puede declararse como tal si asume una escala de requisitos de inversión y empleo, y permite exenciones de aranceles y del IVA. Pero, además, la economía colombiana ofrece a las empresas extranjeras “contratos de estabilidad jurídica”, pólizas de inversión suscritas por el Gobierno que garantizan la viabilidad de las condiciones de inversión “durante veinte años” para “evitar cambios en las reglas de juego”.

Esta visión estratégica contrasta, a su juicio, con el modelo productivo que Hugo Chávez trata de implantar en Venezuela, que considera “endógeno”, demasiado enfocado a sectores que califica de estratégicos como el agroindustrial y, sobre todo, el petróleo, pero que le hace “excesivamente dependiente de los ingresos de crudo”.

Aun así, Plata, que explica la táctica colombiana como favorable al “libre mercado” y a las ventajas de la globalización, respalda el plan de Caracas de construir un oleoducto “que permita la salida al Pacífico del crudo venezolano a través de Colombia y con finalización en Ecuador”. Y defiende la multiplicación de los tratados comerciales de su país con EE.UU., Europa y Asia.

Colombia “no es ni mucho menos, el paraíso de la seguridad”, reconoce el ministro de Industria. Pero “está iniciando la senda para ganar la batalla al terrorismo y el narcotráfico”.
Luis Guillermo Plata pone algunos datos sobre la mesa: “De los 28.837 homicidios de 2002, hemos pasado a 12.631 este año, menos de la mitad, aunque todavía haya mucho por hacer”.

Una porción sustancial de esta estrategia se basa en el esfuerzo presupuestario que el Gobierno de Uribe destina a este objetivo y que representó el 5% del PIB el pasado ejercicio, una factura que incluye tanto los gastos públicos del Ejército y las Fuerzas Policiales como de las firmas privadas de seguridad.

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