
El grupo compuesto por los hermanos Marcelo y Alberto Calderón y el hijo de este, Lázaro, comenzó a forjarse en los ’60 con una tienda de 120 m2, distante de las multitiendas que hoy le permiten consolidar un conglomerado superior a los US$1.500 millones.
El desarrollo de los negocios de la familia Calderón tuvo tres etapas. Todo partió en los ‘60, cuando los sueños de Marcelo y Alberto Calderón comenzaron a tomar forma en el centro de Santiago, tiempo después que sus padres Lázaro Calderón y Vida Crispín llegaran al país, asentándose en San Felipe en los ‘40.
Primero fue un local de 120 metros cuadrados llamado Bond, en 1956, luego vino Harry. Finalmente, en 1964, surge Ripley, que se mantuvo y por el que hoy son conocidos los Calderón.
Los tres nombres provienen de grandes personajes del cine. “Bond, porque en ese minuto estaba de moda James Bond. Harry, por Harry el Sucio”, explicó Lázaro Calderón, hijo de Alberto y gerente general de Ripley Corp, durante la apertura bursátil de la compañía en 2005, con la que recaudó US$218 millones y consiguió 22.000 nuevos accionistas. Ripley, en tanto, proviene del caricaturista Robert L. Ripley, creador de la frase “Aunque usted no lo crea”.
Junto con salir a la bolsa, la familia debió dejar el anonimato que mantuvieron durante años, una de sus principales características.
¿El motivo? Al entrar a competir con los retailers presentes en el mercado accionario, Falabella, Cencosud, D&S, La Polar y Parque Arauco, se vieron obligados a ser visibles para ganar la preferencia de los inversionistas.
Aunque Cindy Crawford es conocida por el modelaje, también tuvo una incursión en el cine en la merecidamente olvidada Atracción Explosiva, que protagonizó con el hermano menor de los Baldwin. Como le gustan las cintas de acción, quizás la vio Marcelo Calderón. Tampoco era imprescindible para invitarla a la apertura bursátil y así garantizar la atención de todos. Los hombres que estuvieron ese día en la rueda todavía lo envidian por el beso que recibió de la modelo.
Pese al revuelo, aprendiron a exponerse lo justo y necesario, consolidándose no sólo en las tiendas por departamento, sino también en el mercado financiero, inmobiliario y de centros comerciales.
Estructura
La aventura de Marcelo y Alberto Calderón, a diferencia de la mayor parte de los soñadores, siempre tuvo los pies bien puestos en la tierra.
Quizás, gracias a esto, logró consolidar un conglomerado de más de US$1.500 millones, que cada día va por más. Además de Ripley Corp, controlan la Inmobiliaria Imagina, Johnson´s, Fes y participan en la propiedad de varios malls.
En 1985, surgió la primera multitienda de Ripley, en el Nº200 de San Diego, superando diez veces la superficie de los negocios iniciales de 120 m2. Al año siguiente, decidieron partir a regiones, instalándose con el mismo formato en Concepción. Sin embargo, el gran despegue se produjo en 1993, con la llegada de Ripley al Parque Arauco, siendo la primera tienda retail en instalarse en un mall.
Y, según ha expresado Lázaro, “fueron muchas horas de trabajo para ver cómo podíamos cautivar a este exigente consumidor”. El resultado gratificó a todos, pues, la mayoría de quienes comenzaron la iniciativa hoy ocupan los cargos cupulares. Actualmente cuentan con 34 tiendas en el país y más de 185 mil m2 construidos.
Peleando con París el segundo lugar del mercado tras Falabella, este año la estrategia encabezada por Lázaro, experimentado maratonista, apunta a consolidarse en los segmentos C3 y D, con la apertura de seis tiendas con un formato de menor tamaño que las tradicionales. Por ahora, la posibilidad de incursionar en el multiformato ingresando a supermercados o homecenters se estudia, pese a que existe conciencia sobre la ventaja de su competencia en esa materia. De hecho, Ripley fue uno de más interesados en adquirir SalcoBrand, pero desistió.
En 1997 los Calderón asumieron el desafío de instalarse fuera del país, escogiendo Perú como punto de partida, se ubicaron en el Jockey Plaza de Lima. Hoy, la familia posee nueve tiendas distribuidas en más de 87 mil m2, de las que seis se encuentran en Lima con el formato tradicional, una express en el balneario de Asia y dos bajo la marca Max, especializada en autoservicio.
Quizás pensando en el viejo refrán “la unión hace la fuerza” y dejando de lado las competencias internas, hace casi un mes los Calderón formaron una sociedad con los Solari-Del Río para la construcción de centros comerciales en Perú. Con la creación de una sociedad controlada en 40% por Ripley, 40% por Falabella y 20% por Mall Plaza –propiedad de Falabella–, invertirán US$138 millones.
No se trata de un nicho nuevo para esta familia de religión judía que, hasta hace un par de años, cerraba sus tiendas para celebrar el tradicional Yom Kippur, el 21 y 22 de septiembre. Indirectamente, son dueños de Mall Panorámico y Mall del Centro en Santiago y Rancagua. Se añade su participación, a través de otras sociedades, en Mall Calama, Marina Arauco y Mall Curicó. Como la alianza con Mall Plaza se extendió a los tres locales que levantará la cadena de aquí al 2009, manejando una opción preferente para ingresar con 22,5% de la propiedad, en el mercado se ha dicho que podría haber roces con Parque Arauco, algo que han descartado tajantemente, tal como entrar a la propiedad de los centros comerciales con los que ya cuenta Mall Plaza.
El 2006 fue un buen año para la familia Calderón. En todos sus negocios, incluido Banco Ripley, que, con operaciones desde 2002, aumentó en 1,6 punto porcentual su rentabilidad sobre capital y reservas, cerrando el año con utilidades sobre los $3.960 millones, US$7 millones, y colocaciones por más de $213.730 millones, US$410 millones.
También lo fue en la industria inmobiliaria, en la que son socios de Mario Kreutzberger, otra reconocida estrella, a través de Imagina con la que llevan cuatro años en el sector, en Chile, Perú y Miami, donde han construido cerca de 20 proyectos, con una inversión sobre los US$300 millones.
Como en toda familia, los hermanos tienen su pertenencia favorita. Una de las más preciadas de Marcelo Calderón es Johnson´s, en la que no participan ni Alvaro ni Lázaro. No por eso brilla menos que el resto de los negocios. De hecho, el segundo semestre de 2008 sería abierta a la bolsa, fruto de los buenos resultados que ha tenido en los últimos años.
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Menor Utilidad
El primer semestre no fue tan bueno para Ripley Corp. Aumentaron sus ventas en 8,2%, con ingresos por $426 mil millones –US$820 millones–, más que los $394 mil millones –US$751 millones– de igual periodo de 2006. Las utilidades, en tanto, disminuyeron 36% registrando $17 mil millones –US$32 millones– entre enero y junio de 2007, frente a los $26 mil millones –US$50 millones–, que obtuvo en idéntico periodo del año pasado.
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