El empleo formal -que es el que cumple con todas las normas legales en un país con más de 40 por ciento de los trabajos en el sector informal o "en negro"- creció también un 1,3 por ciento en relación con el primer trimestre del año.
La industria manufacturera registró una mejora interanual del 4,9 por ciento, la construcción del 11,9 por ciento y el sector de comercio y servicios trepó 5,1 por ciento.
El informe oficial dijo que el 40 por ciento de las incorporaciones de personal correspondió a puestos sin calificación, el 39 por ciento a puestos que requieren calificación operativa, 17 por ciento a puestos técnicos y el 4 por ciento restante a puestos profesionales.
"Durante los últimos 4 años se ha verificado un cambio sustancial en el mercado de trabajo, en la estructura ocupacional del país," dijo en conferencia de prensa el ministro de Trabajo Carlos Tomada .
"Esto es, un mercado de trabajo con elevada creación de nuevos puestos de trabajo, reducción pronunciada del desempleo, crecimiento sostenido del empleo registrado y disminución progresiva del trabajo no registrado," agregó.
La creación de empleo es clave en Argentina para reducir los elevados niveles de pobreza e indigencia.
El desempleo en Argentina afecta al 9,8 por ciento de la población activa, pero la cifra trepa al 11,1 por ciento cuando se contabilizan como desocupados a quienes reciben un subsidio estatal de escasos 150 pesos mensuales (47 dólares) a cambio de algunas horas de trabajo por semana.
Según estadísticas oficiales, una familia de cuatro personas requiere 930 pesos (291 dólares) para no ser pobre.
La economía argentina consolidará en el 2007 su quinto año de expansión a tasas del orden del 8,0 por ciento, lo que permitió reducir la desocupación desde niveles superiores al 25 por ciento alcanzados en el momento más crítico de la crisis recesiva que atravesó el país entre 1999 y 2002.
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