2007/08/31

El adiós al hombre más rico de Chile

Comenzó a las 11:00 horas con alrededor de mil personas en la misa y culminó frente a la laguna que acompañará su tumba.
Con vista a una laguna, cercado por arbustos, un magnolio y varios pinos y vecino de un riachuelo. Así es desde ayer la morada del que fue el hombre más rico de Chile.

Casi sin lágrimas fue la ceremonia religiosa. No porque le faltara emoción, al contrario.

Cerca de mil personas despidieron ayer a "don Cleto". Empresarios -como Guillermo Luksic, Juan Cúneo, Ricardo Claro, Eliodoro y Bernardo Matte, entre otros-, políticos -como Eduardo Frei y Adolfo Zaldívar- o familiares, todos tratando de contenerse. Pero no fue posible.

Con un cuarteto de cuerdas de fondo y ocho sacerdotes, presididos por el obispo auxiliar de Santiago, monseñor Andrés Arteaga, muchos de ellos se dieron la paz con los ojos rojos. A la salida y al ser consultado por el legado de Anacleto Angelini, el empresario Andrónico Luksic simplemente dijo: "Mucho", con lágrimas en los ojos. El momento era doblemente emotivo para el empresario, ya que por un lado su padre había sido amigo de Angelini. Ambos compartían una historia de inmigrantes que a punta de esfuerzo forjaron fortunas trascendentales para el país.

Lo segundo, "don Cleto" era despedido en la misma Iglesia que Andrónico padre, justo dos años después. Pero Andrónico hijo no pudo estar presente en 2005.

Iglesia atestada
No se podía pasar. Hasta la mitad del patio principal de la Iglesia San Francisco de Sales estaba la gente agolpada en la ceremonia. Adentro, dos estandartes custodiaban el altar. Eran de los colegios "Constitución" y "Cholguán", establecimientos del holding de los Angelini. Una delegación de 17 alumnos vino a despedir al benefactor.

Tras la comunión, el mayor de los sobrinos nietos, Mauricio, tomó la palabra. "Su carácter era conocido por todos, pero con sus (sobrinos) nietos era todo lo contrario", dijo.

Fue él, junto a Roberto, José Tomás Guzmán y los otros sobrinos nietos quienes cargaron el féretro a la salida de la Iglesia.

Rumbo a la laguna
La primera parada fue frente al templo del cementerio, donde José Tomás Guzmán procedió al último discurso. De ahí, la despedida. Sin cámaras, comenzó el último camino de "don Cleto" custodiado por los hombres del clan. Entre ellos se distinguía un pequeño hombre de apariencia desconocida. "Alejandro" era el nombre del único extraño a la familia que acompañaba el féretro hasta la tumba. El junior personal y uno de los que más compartió el último período del empresario acompañaba al clan en la partida. Tras ellos, la viuda, María Noseda, flanqueada por su sobrina Patricia y una de las sobrinas nietas.

Al final del cementerio, de frente a la laguna, Renato Poblete pronunciaba la última oración para el empresario. Y mientras el féretro descendía, el clan Angelini se quebraba y lloraba a uno de los principales hombres de la economía chilena.

Guzmán: "Pudo cumplir su sueño y transformar a Copec"
"Después de una tarea agotadora, don Cleto pudo finalmente cumplir su sueño y transformar a Copec en una empresa de un gran valor estratégico y económico", recordó el brazo derecho de Angelini, José Tomás Guzmán, en su discurso de despedida.

El presidente de Celulosa Arauco dijo que "no hay duda de que la labor más valiosa e interesante de Anacleto Angelini fue su operación de salvataje y fortalecimiento de la Compañía de Petróleos de Chile Copec S.A. y sus inversiones en el área forestal y energética".

Guzmán conoció a Angelini a principios de los años cincuenta, cuando tras haber vendido a sus socios chilenos la empresa Pinturas Tajamar -"que había formado con las maquinarias que había traído de Italia", explicó- adquiere la Empresa Pesquera Eperva.

"(Angelini) Siempre había pensado que el futuro de Chile se encaminaba hacia las industrias de exportación, dado lo poco significativo del mercado chileno en esa época, tal como se demostró años después en Copec", dijo.

También destacó su aporte en el desarrollo de compañías de seguros, administradora de fondos de pensiones; servicios de computación, agricultura y ganadería; oleoductos, plantas de almacenamiento de combustibles y gas, "y muchos otros" negocios.

Además, el directivo destacó la "gran modestia y sencillez de vida" que tuvo Angelini, "y que pese a los grandes éxitos obtenidos, nunca varió su forma de vivir".

"Tenía una amplia convicción de que el grupo Angelini debía ser reconocido y apreciado por el pleno respeto a la palabra empeñada, aun cuando ello significare pérdidas económicas", aseguró Guzmán, quien dijo que el holding -según él- debía siempre mantener en sus actuaciones un bajo perfil, de reconocida modestia, tanto en lo interno de las compañías como en su imagen pública.

"Don Cleto, puede usted estar tranquilo porque sus normas y principios de acción han quedado escritos en forma indeleble en las mentes y corazones de todos los que trabajan con usted", dijo.

EN CITA

"Fue un hombre absolutamente extraordinario, como he conocido pocos en este país, ojalá hubiera muchos más como él. Don Anacleto fue, por sobre todas las cosas, un gran emprendedor, de gran decisión, un líder". Guillermo Luksic

"Él fue un grande en la vida y en los negocios. Hizo las cosas bien, con mucho tesón, trabajo y honestidad. Nos enseñó a todos mucho y nos dejó el legado de que hay que trabajar seriamente y hacerlo bien, con sentido y conciencia social". Felipe Lamarca

"Todo el empresariado chileno está muy acongojado con esta muerte. Él fue un hombre excepcional, yo diría un visionario, al que le debemos haber creado mayores y mejores empleos en el país". Alfredo Ovalle

"Todo el mundo conoció a Don Anacleto como un hombre emprendedor que contribuyó enormemente al desarrollo de Chile. Pero quizás sus virtudes principales eran la humildad, la vida austera, la sencillez, y su enorme calidad humana". Hernán Larraín

"Yo creo que don Anacleto fue un empresario ejemplar porque siempre se atrevió a apostar a largo plazo. Él nos dejó a todos un legado de confianza y modestia, porque si hay un empresario que ha tenido un perfil bajo, incluso en su vida privada, fue él". Carlos Cardoen

"No fue un empresario que sólo se distinga por la cantidad inmensa de trabajo que dio, sino también por sus relevantes condiciones humanas, era un hombre muy universal, que tenía inquietudes de todo tipo y eso lo canalizó para ir construyendo alrededor de él un mundo de gran armonía y compromiso social". Adolfo Zaldívar

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