| Fürst defiende su metro cuadrado |
A sus 76 años,
Thomas Fürst no para. Dice estar feliz con su arribo a la industria cinematográfica de la mano de su amigo Heriberto Urzúa, mientras avanza su ingreso al rubro acuícola.
Esquía cinco horas seguidas, juega 18 hoyos de golf y no para de pensar en los negocios. Así es Thomas Fürst, un empresario de tomo y lomo que en sólo horas gestó uno de los acuerdos más bullados del último tiempo, la alianza entre Ripley, Falabella y Plaza Oeste para la construcción de centros comerciales en Perú.
Esta aproximación de uno de los socios del grupo Plaza con Ripley no es casualidad. Y es que a él lo une una larga amistad e historia de negocios con la familia Calderón, controladores de la segunda cadena de tiendas comerciales del país.
Cuenta que armar este acuerdo fue “sencillo”. “Nos encontramos hace pocos días y comentaron que también estaban mirando Perú y dijimos por qué no hacemos algo juntos, tan sencillo como esto”. Y así fue como, sin “mucho abogado, ni estudios”, aterrizaron el negocio.
“Me une mucha amistad con los hermanos Calderón y con los hijos de Alberto, especialmente Lázaro, a quien le tengo mucho cariño y creo que son grandes empresarios que han hecho de Ripley, en pocos años, un excelente negocio”, destacó.
La conexión Ripley
Tal como señala Fürst, ésta no es la primera vez que arman un acuerdo en conjunto. De hecho, de la mano de este empresario de origen austríaco, fue como Ripley cambió su enfoque comercial y se posicionó en el segmento alto de la población, cuando se instaló en Parque Arauco en el año ’93.
“Hace mucho tiempo, cuando participaba en Parque Arauco, los invité a instalarse con una tienda. Fue un salto que ellos no estaban muy seguros de dar y los tuve que convencer bastante, pero ellos reconocen que fue muy bueno y ya ve usted cómo han crecido”, señaló orgulloso.
Fürst no se equivoca. Fue este salto el que permitió a Ripley ingresar de lleno al mercado ABC1, aplicando una estrategia comercial que marcó una nueva era en el retail chileno. Más tarde, la historia se repitió y una vez más llevó a sus amigos, los Calderón, a participar de un nuevo centro comercial, esta vez sería el Plaza Vespucio. Negocio que se firmó en las oficinas de Inversiones Avenida Borgoño, el brazo financiero de Fürst, ubicadas en Apoquindo 3721.
En esa oportunidad, también el negocio se gestó sólo en un par de horas y es que para este empresario las operaciones que se prolongan por muchos años “no sirven”. “Si les interesa bien y si no nos entendemos, qué podemos hacer”, señaló.
Actualmente Ripley está presente en cinco de los ocho Mall Plaza en el país, de los cuales cuatro están ubicados en Santiago (Plaza Norte, Oeste, Tobalaba y Vespucio) y uno en regiones (Plaza El Trébol, en Concepción).
Aprovechar el momento
Su olfato para los centros comerciales es imbatible. Desde que se inició en este negocio hace ya varias décadas, no ha parado. Todo partió cuando a fines de los ’60 conoció a una pareja de viajeros en Europa que le contó de la existencia de los centros comerciales y “a penas volví a Chile en el año ‘69 preparé un viaje a Estados Unidos a conocerlos. Desde ese momento que a mi los malls me han fascinado y ahí partió mi aventura primero con Los Cobres de Vitacura, después con Parque Arauco, que hasta el día de hoy en el barrio alto es lejos el líder, y bueno después con Mall Plaza”, recordó.
-¿Por qué no siguió en Parque Arauco?
-Lo que pasa es que yo nunca estuve convencido de hacer negocios en Argentina. Por eso, cuando mi gran amigo José Said decidió asociarse con un grupo argentino yo le dije que a mí no me interesaba, porque hay ciertos principios que uno tiene... y a mí Argentina no me gusta.
-¿Por qué no?
-Yo fui 16 años vicepresidente de CCU Chile y me tocó como 10 años, en mi calidad de apoderado de un inversionista, ser director de CCU Argentina y era tan complicado, tan difícil trabajar allá, que definitivamente nunca estuve de acuerdo como se manejan allá.
-Con Perú la experiencia me imagino es absolutamente distinta, por algo usted está ahí.
-Me gusta mucho ese país y lo conozco hace mucho tiempo, desde los años ’50 y siempre lo he encontrado muy interesante, lamentablemente se produjeron varios episodios políticos complicados, pero de ahí en adelante siempre me gustó y creo que hoy es el momento de entrar.
-¿Por qué es el momento de Perú?
-Yo creo haber tenido, en parte suerte, de siempre ingresar en el momento adecuado, cuando yo me metí en Los Cobres de Vitacura, fue un éxito absoluto, cuando hicimos Parque Arauco, lo hicimos justo en el momento, cuando hicimos este mismo edificio (Apoquindo 3721) se pagó 48 UF el metro cuadrado, me dijeron: ¡estás loco!, sin embargo fue un espléndido negocio, entonces hay que aprovechar los momentos.
-Aprovechar el momento, tal como lo ha hecho acá en Chile.
-Eso siempre ha sido así, desde que empezamos con un solo mall, el Plaza Vespucio, que había gente que no daba un peso y que decía que estaba prácticamente en medio de la villa miseria, se equivocaron, porque rápidamente se convirtió en el número uno. Así, a través del tiempo nos fuimos a Concepción, Los Angeles, La Serena y Antofagasta. Siempre cuando los momentos están dados, este grupo está listo.
-¿Ahora su intención es ser el mayor operador de centros comerciales de Latinoamérica?
-Eso esperamos.
-¿Cuáles son los próximos pasos de esta expansión?
-Como le dije la veo en la región, en Latinoamérica y con el tiempo, en Europa, pero en los países del este. De hecho, ahora me voy por mi cuenta a visitar algunos países europeos que no están muy desarrollados y eso aún ni se lo comento a mis socios.
-Usted siempre listo...
-Yo siempre tengo un maletín de mano listo con mis documentos, y todo lo que necesito y en 5 minutos estoy listo en el aeropuerto.
La apertura bursátil
-Ya se ha hablado mucho de la expansión regional del grupo, ¿qué viene ahora para Chile, hay espacios para seguir creciendo?
-No hay muchos espacios, pero siempre van saliendo. Por ejemplo, el mall de Alameda será una cosa fabulosa, lo he ido a ver un par de veces y va a ser a lo menos muy parecido al Plaza Vespucio, y bueno los demás, siempre se puede crecer, en Antofagasta mes tras mes nos ha ido fantástico, y Plaza Norte un hit absoluto.
-¿Ahora la idea es ir a regiones?
-Sí, porque con lo que ya tenemos en Santiago, no hay mucho más que hacer acá.
-¿Qué ciudades, aparte de Valparaíso, son interesantes de abordar en regiones?
-No le puedo sugerir nada porque si le digo, ya mañana algunos otros estarán comprando terreno.
-¿Ustedes hablaron de una apertura bursátil para 2007, en qué va eso?
-Hay dos cosas: primero, cerramos las compañías para fusionarlas enteras, y luego de que las vamos a abrir las vamos a abrir, pero quien va a lanzarla al mercado un porcentaje, eso no lo sé. Yo por lo menos con mi porcentaje de ninguna manera, porque estoy muy cómodo y muy contento con eso.
-Y ¿quiénes estarían dispuestos?
-Todos tienen derecho a abrir, pero desprenderme de mi patrimonio no. En los pactos de accionistas se menciona esa posibilidad y cada uno verá el momento que le interesa vender, pero yo no, al menos hoy no.
¿Y el Banco de Chile?
-Usted como accionista del Banco de Chile ¿cómo observa esta operación que están haciendo sus socios los Luksic con el Citi?
-En principio yo no soy parte de los controladores, soy muy amigo de los Luksic, pero no sé el detalle. En todo caso veo que sería estupendo tener una AFP, yo siempre he sido partidario de eso pero no es tan fácil. También creo que Andrónico Luksic es un genio, yo estoy con él hace más de 20 años, y tiene un grupo de gente fantástica como Fernando Cañas, Pablo Granifo y Gonzalo Menéndez. Es un gran grupo y estoy seguro de que no sólo harán esto, sino en muchas otras cosas más, lo único que lamento es que no terminaron comprando Paris y que lo vendieron tan pronto, lo lamenté mucho y creo que ellos también debieran estar arrepentidos porque tuvieron una ganancia pequeña, usted ve ahora lo que vale esa empresa.
-Pero usted tiene varios otros emprendimientos, ¿en qué están?
-Formamos con Heriberto Urzúa y los hijos de José Antonio Garcés y mi hijo fundamentalmente, una productora de cine que se llama Jazz Film y ya filmamos una película que se llama All Inclusive. Hoy mi hijo partió con los productores a México, él ya la vio y creo que va a tener mucho éxito en el mercado.
-¿Cómo llegó a formar parte de este negocio?
-Soy muy amigo y tengo gran admiración por Heriberto Urzúa y siempre le he dicho: Heriberto, cuando tengas un negocio invítame. Me llamó hace como 10 ó 12 meses y me dijo: mira tengo un negocio que va a empezar ¿te gustaría entrar? Entonces, llamé a mi hijo, que es el que maneja todo eso, y le dije: metámonos y aquí estamos.
-Pero usted siempre tiene proyectos en carpeta ¿en qué otros temas está?
-Tengo un tema de exportaciones acuícolas, que no son salmones, pero que son muy importantes, pero aún no le puedo contar mucho más. Siempre estoy viendo temas nuevos, a mí me encantan los negocios, si usted me trae algo interesante yo siempre lo voy a estudiar.
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