El empresario y la inmobiliaria estarían afinando los últimos detalles para cerrar su ingreso a la propiedad de la compañía y que es parte de la reorganización que vive Simonetti y que incluyen además el cese gradual de las funciones de la constructora y una próxima salida a bolsa.
Un profundo proceso de reordenamiento está llevando a cabo la Inmobiliaria Simonetti, que busca, a través de hechos concretos, fortalecerse y afrontar el futuro y el competitivo mercado inmobiliario de la mejor manera.
Inmobiliaria Simonetti invertirá US$ 100 millones este año – un 25% más de lo invertido en el ejercicio anterior- y desarrollará 10 proyectos de viviendas entre casas y departamento. Además, en la compañía prevén ingresos por alrededor de
US$ 68,5 millones para este año, lo que significará un crecimiento de un 60% con respecto al año anterior. Y son justamente estas cifras junto al reconocimiento que la marca ha logrado en seis años de funcionamiento, lo que ha hecho que sumado al interés de los propios controladores de la inmobiliaria por reorganizar y potenciar aún más la empresa, se haya presentado la posibilidad de que entre al juego un nuevo inversionista.
La llegada de Juan Cuneo
Ni más ni menos que Juan Cuneo -vicepresidente de Falabella -estaría en avanzadas conversaciones con la inmobiliaria para entrar a la propiedad. De hecho, estarían en pleno proceso de due dilligence y ya son muy pocos los detalles que falta por afinar. La última reunión se llevó a cabo ayer por la mañana y aunque no se ha llegado a puerto aún, su desembarco en la inmobiliaria es prácticamente un hecho.
Cuando el empresario del retail mostró su interés por ingresar a la empresa, en Simonetti decidieron hacer una valorización, la que finalmente arrojó que la compañía costaba entre US$ 40 y US$ 50 millones.
Luego, en una asamblea realizada en abril se convino hacer entre los accionistas -mayoritariamentemiembros de la familia- un aumento de capital y no suscribirlo para que de esta manera pudiera integrarse Juan Cuneo, a través de la sociedad de inversión Liguria, a la propiedad con el 20% (aproximadamente US$ 10 millones). Además, el empresario habría enviado una carta a los accionistas más pequeños de la inmobiliaria con el objetivo de comprar sus participaciones y llegar a tener el 25% del control de la inmobiliaria.
Y en el marco de las negociaciones, Cuneo ha dejado claro que su ingreso a Simonetti tiene que ver también con que se cumplan las condiciones que ha estipulado, principalmente dos: que durante tres años no se repartan utilidades, sino que sean utilizadas para reinvertirlas en la compañía y en segundo término, que en un plazo de cinco años Simonetti salga a bolsa. De esta manera el empresario demuestra que a pesar de que la fusión Falabella – D&S fue una negociación intensa, en ningún momento le impidió fijarse en otros oportunidades de negocio, como esta.
Adiós a la constructora
Desde fines del año pasado se ha estado afinando el cese de funciones gradual de la constructora de la empresa para dar mayor importancia al área inmobiliaria. Esto porque a pesar no tener malos resultados el directorio y la plana gerencial se dieron cuenta que era demasiado difícil competir con constructoras de la talla de Salfacorp y Socovesa, por ejemplo. Al final, el hecho de que la inmobiliaria y la constructora tuvieran que ir juntas en todos los proyectos significaba más un freno que un motor para el crecimiento de la empresa.
Además, se generaron conflictos pues surgieron distintas visiones por parte de los diversos integrantes de la familia. Dentro de éstos los más involucrados son los primos Alejandro a cargo de la arquitectura, Paolo a cargo de los cálculos y Felipe, en la gerencia general. Así, se fueron generando roces, según comentasn cercanos a la empresa, que hiceron cada vez más difícil consensuar las voluntades en torno a un proyecto único y que tuvo como consecuencia el paso de tres gerentes distintos por esta área de Simonetti.
Finalmente, el hecho que terminó por convencer a los socios de cerrar la constructora fue la muerte accidental de un obrero en la construcción de Dublé Almeyda, en marzo del año pasado, lo que provocó investigaciones e incluso una protesta de los vecinos de Ñuñoa.
Y una vez tomada la decisión, se comenzó a externalizar el área de construcción, trabajando con la constructora Icafal en el proyecto Barrio del Pilar en Huechuraba, que no sólo significa el inicio del trabajo de Simonetti con otras constructoras sino que también es la primera incursión en el desarrollo inmobiliario de casas, pues la inmobiliaria se ha caracterizado por desarrollar edificios tanto comerciales como de vivienda.
Además ya están realizando un proyecto con la constructora Ingevec. La idea es que el cambio sea lo más gradual y menos traumático posible y terminar las construcciones que ya están en marcha con la constructora Simonetti y en los nuevos externalizar la construcción. Y aunque ya están trabajando con Icafal e Ingevec, con ninguna de las dos se ha firmado una alianza estratégica para realizar otros proyectos.
Los inicios de la inmobiliaria
Los Simonetti tienen tradición inmobiliaria. Los primeros que llegaron a Chile desembarcaron en Valparaíso en la década del ’20. Pero fue hacia finales de la década del ’50 que los hermanos Alberto y Marcial Simonetti comenzaron con el negocio. El primer trabajo fue la construcción de la casa familiar en Viña del Mar, desde ese entonces no pararon más y sus hijos también fueron adquiriendo la pasión por este negocio.
El gran salto lo dieron finalmente hacia fines de los ’70 cuando crearon en conjunto con Renato Stewart y Francisco Reyes, la Constructora Almagro. La familia Simonetti llegó a manejar el 50% de la propiedad y Almagro a través del tiempo logró convertirse en una de las constructoras más reconocidas del país. Pero hacia mediados de la década de los ’90 comenzaron a surgir conflictos producto de que las visiones al interior de la empresa eran diversas y no lograban llegar a un punto de acuerdo con respecto a la hoja de ruta que debía adoptar Almagro en términos de crecimiento.
Así, en 1993 Paolo Simonetti dejó Almagro y creó la constructora Rialto; luego hizo lo mismo Alejandro quien creó la constructora Simco –aunque mantuvo una participación en Almagro de un 16,2% unos cuantos años más hasta que se la vendió a la familia Gálmez, ex –controladores de Almacenes Paris- y Felipe Simonetti creó la constructora Sicor.
De esta manera, los primos que siempre habían trabajado juntos comenzaron a competir y sus construcciones terminaban por enfrentarse unas a otras en diversos puntos de la capital, lo que los hizo entender que podrían tener más fuerzas si trabajaban juntos. La unión se concretó en 2001 cuando se creó Inmobiliaria Simonetti. En medio de la crisis económica y cuando la construcción se encontraba con tasas de crecimiento bajas, Simonetti desplegó un modelo de negocios que ponía mucho énfasis en el diseño y además concibió estar presente en toda la cadena del negocio partiendo desde el diseño, pasando por la construcción y la comercialización lo que provocó que se fueran ganando un espacio en el competitivo mercado inmobiliario.
Desde que comenzó la inmobiliaria se han concretado se han realizado 14 obras y uno de los más recordados han sido los realizados en el sector de Lo Gallo, en la comuna de Vitacura. En la actualidad, uno de los proyectos más atractivos es el que se desarrollará en la comuna de Ñuñoa, específicamente en Dublé Almeyda con Rafael Prado, en donde se levantará un edificio con 72 departamentos, de 140 metros cuadrados y cuyo valor será de 5000 UF cada uno, la inversión contemplada para esta obra es de US$12 millones.
Ahora, el escenario ha cambiado y la empresa busca replantearse para seguir creciendo y agregándole valor a la empresa, además de dotarla de una administración que logre proyectar en el tiempo a esta empresa familiar. Y una de las maneras de hacerlo podría ser el ingreso a la propiedad de Juan Cuneo, lo que rompería la mística familiar que tiene la empresa, aunque este cambio no sería tan radical pues los Simonetti y Cuneo tienen un punto en común y que ambos son descendientes de genoveses.
Los tentáculos de “los Falabella” en el negocio inmobiliario |
El ingreso de Juan Cuneo a la propiedad de la Inmobiliaria Simonetti significaría la entrada a este mercado de un miembro más del “clan Falabella” a este rubro. |
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