Gracias a superávit fiscal, menor deuda externa y bajo riesgo soberano
Chile se ubica entre los diez países más solventes del mundo. Indicadores como el superávit fiscal, deuda externa y riesgo soberano le permiten a los economistas asegurar que Chile se encuentra entre los “top ten” en términos de rentabilidad y confianza al momento de necesitar financiamiento externo.
De hecho, en cuanto al superávit fiscal, que este año se espera que sea en torno a 4% del Producto Interno Bruto (PIB) gracias a los elevados ingresos por el precio del cobre, sólo será superado por naciones como Rusia que tendrá un balance positivo de 7,3% y Singapur de 4,5%.
Mientras, la deuda externa de Chile que en 2004 se ubicaba cercana a 11% del PIB, este año incluso será cerca de un 10% y para 2006 estará en 8% que sería el mínimo histórico, según las estimaciones de la Dirección de Presupuestos.
En este ítem, sólo estarían mejor ubicados países como Australia cuya deuda asciende a sólo 1,8% del PIB este año, ya que incluso en Nueva Zelanda la deuda llega a 10%.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) en naciones que ostentan un mayor desarrollo económico y social, como Canadá y Alemania, su deuda pública se eleva a cerca de 70% del Producto.
Y en cuanto a la medición de riesgo país, Chile es el que tiene la menor evaluación de riesgo a nivel latinoamericano con 76 puntos base que, comparado con el resto de los países emergentes, es superado por Egipto que registra 44 puntos base y Polonia con 59 puntos.
El economista y socio de Gemines, Alejandro Fernández, explica que la solvencia de un país “es la capacidad de responder a los requerimientos de financiamiento que tiene con sus acreedores y la capacidad de endeudarse en caso de que sea necesario. Chile hoy no tiene ninguna dificultad para responder a sus acreedores internos o externos. De hecho, está prepagando deuda y desde luego tampoco tendría ninguna dificultad si quisiera endeudarse en el exterior, porque la posibilidad de que sus obligaciones sean pagadas es altísima”.
Bajo estos antecedentes, el economista jefe de Larraín Vial, Leonardo Suárez, comenta que “me ha costado encontrar países en mejor situación que Chile”. Incluso, señala que ser una nación solvente asegura estabilidad en el crecimiento económico en el mediano y largo plazo “porque permite enfrentar períodos de vacas flacas con esos ahorros. Alguien podrá decir que si uno se gasta la plata se puede estimular crecimiento fuerte en el corto plazo, pero sería a costa de arriesgar estabilidad financiera en el largo plazo”.
Fernández también afirma que la actual solvencia que muestra el país “es un blindaje que le da holguras al gobierno para enfrentar sin mucho drama una posible desaceleración de la economía mundial y una caída del precio del cobre. Esto es positivo porque indica que hay una estabilidad que se puede mantener hacia adelante de manera bastante certera. A diferencia de la historia tradicional de Chile o de otros países de América Latina que ante cualquier crisis surge la duda de si van a ser capaces de responder a sus obligaciones, Chile es un país que puede enfrentar shock con capacidad de acomodarlos y continuar creciendo”.
Deuda razonable
El decano de Economía de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, argumenta que “la deuda externa chilena del sector público en este momento es menos del 10% del PIB. En los países europeos ronda el 50% y Japón está en 100%. Y si se restan las reservas que tiene el Banco Central, que son más que ese 10%, Chile no tiene una deuda neta sino un superávit neto en cuanto a divisas como sector público. Adicionalmente, el sector privado también tiene un nivel de deuda razonable”.
De acuerdo a los datos de septiembre dados a conocer por el instituto emisor, la deuda externa bruta de Chile de corto y de largo plazo asciende a US$ 44.662 millones de los cuales US$ 9.603 millones corresponden al sector público y US$ 35.059 millones al privado.
En este contexto, el director de Presupuestos, Mario Marcel, indicó que hacia fines del próximo año el país tendrá una deuda pública “que estaría en un mínimo histórico algo inferior al 8% del Producto Interno Bruto (PIB)”.
La economista del Instituto Libertad y Desarrollo, Rosanna Costa, señala que “cuando uno compara a Chile es más frecuente encontrar países con deuda del 40% a 60% como porcentaje del PIB, pero aquí es relativamente baja, en torno a un 10% en términos netos. La deuda que queda con el sector externo es a tasas bastante razonables y la interna es con el Banco Central y se ha ido prepagando, este año se van a prepagar unos
US$ 500 a US$ 600 millones”.
Tentaciones
Ramos afirma que “en Estados Unidos o Europa los sectores públicos están con déficit del orden de 3% a 5% del PIB, lo que quiere decir es que el ahorro que hace el país de 3% a 5% va a financiar al fisco y se resta de la inversión posible en el sector privado. Pero en Chile el sector público no está consumiendo ahorro sino que contribuyendo al ahorro y posibilitando que el sector privado pueda invertir. Esto eleva la capacidad de inversión del sector privado y tiene efecto en las tasas de interés que son más bajas que de otro modo habrían sido”.
De hecho, destaca que “¿qué país del mundo a tres semanas de una elección presidencial entra ahorrando un 4% del PIB? La tentación es obviamente gastarlo, pero por el contrario, se le está dejando al gobierno que viene y ese un acto muy responsable que se valoriza desde el exterior”.
Pero no sólo el gobierno se vería beneficiado en caso de requerir financiamiento. Para el sector privado la actual situación de Chile también es un “colchón”, ya que, dice Fernández, “el costo del endeudamiento es muy bajo, y eso se refleja en el spread soberano y de las empresas que han colocado deuda en el exterior”.
El diario.cl
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