2005/11/05

Asesino de la productividad: "NO CUMPLIR LOS COMPROMISOS"

La falta de integridad en los compromisos es la incongruencia entre lo que se promete y lo que se hace, la deshonra de la pa­labra empeñada.

El “infectado” por este virus promete sin intención de cumplir, y rompe sus promesas sin aviso, sin disculpas, y sin cuidado al­guno por el damnificado.

En el mundo de hoy, cada uno de nosotros necesita la coopera­cion de un numero inimaginable de semejantes para sobrevivir.

Tome el café de su desayuno, por ejemplo, y considere cuantos con­tribuyeron a hacerlo posible: pro­ductores, transportistas, minoris­tas y prestadores de servicios se­cundarios, entre muchos otros. Todos ellos —individuos y empre­sas— forman una impresionante red de acciones coordinadas. Redes similares existen en el interior de cada una de esas organizacio­nes.

Como dijo Francis Fukuyama, “la vida economica depende de los la­zos morales de confianza social. Es­te es el acuerdo basico implicito en­tre los miembros de una comuni­dad que facilita las transacciones, alienta la creatividad individual y justifica la accion colectiva. El capi­tal social representado por la con­fianza es tan importante como el capital físico”. Por lo tanto, para pre­servarlo es fundamental que tome­mos conciencia de la importancia de nuestros compromisos.

El objetivo de todo compromiso es buscar cooperacion, infundir confianza y demostrar integridad. Su ingrediente esencial es la clari­dad. Cuando todos saben a que se comprometen, se sienten seguros y capaces de actuar en concierto. Cuando no, la productividad cae a pique y la confianza desaparece.

Un compromiso claro comienza con un pedido claro. “Para obtener (A), le pido que haga (B), para (C). (A) es una declaracion de objetivos, que puede ser tan general como uno desee. Por ejemplo: “Para re­ducir el sufrimiento en el mun­do…”. (B) es una accion o resulta­do concreto y observable, llamado tambien “condicion de satisfac­cion”. Por ejemplo: “le pido que do­ne 10 dolares por mes a la Cruz Ro­ja durante un afio”. (C) es una con­dicion de tiempo; por ejemplo, “a partir del mes que viene”.

Un pedido claro solo puede ser respondido con igual claridad de seis maneras:
Si, prometo. (El “si” implica una promesa cabal y completa.)
No, no me comprometo. (Aun­que la persona puede intentarlo, no
esta encondiciones de garantizarlo.) —Antes de comprometerme nece­sito tener claro su pedido.
Me comprometo a responder en un plazo determinado.
—No le prometo lo que pide, pero le ofrezco algo similar. (Contraoferta.)
Estoy dispuesto a comprometer­me si usted se compromete a “X”. (Promesa condicional.)

Muchos prefieren no pedir ex­plicitamente, ya que todo pedido revela una necesidad y expone a la frustracion. Muchos optan por comprometerse “a medias”. Ante un pedido, responden: “Hare lo po­sible”, “Lo intentare” o “Dejeme ver que puedo hacer al respecto”. Aun­que estas tecnicas sirven para evitar la responsabilidad de cumplir, des­truyen la eficiencia, la confianza y la integridad.

Existen dos condiciones mínimas de integridad con respecto a los compromisos: no prometer sin intención de cumplir, y honrar el compromiso, ya sea cumpliéndolo o mediante una renegociación. El mejor antídoto para el virus de no cumplir con la palabra empeñada es tomar estas dos reglas como ba­se de la ética personal y organiza­cional.

Fuente: revista Trends, Fred Kofman, presidente de Axialent, Inc.
Contribución de JHE

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