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Las ventas minoristas británicas registraron su mejor trimestre desde finales de 2014 en los tres meses hasta septiembre, pero las cálidas temperaturas y los precios más altos redujeron la demanda de ropa nueva hacia el final del periodo.
La agencia de estadísticas británica dijo que la confianza del consumidor se había mantenido firme desde la votación de junio a favor de abandonar la Unión Europea y que el sector haría una robusta contribución al crecimiento económico durante el tercer trimestre.
"La tendencia subyacente es de fuerza, lo que sugiere que la confianza del consumidor se ha mantenido estable desde el referéndum de junio", dijo la analista Kate Davies de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés).
En los tres meses hasta septiembre, los volúmenes de ventas minoristas crecieron un 1,8%, la tasa más alta desde el último trimestre de 2014 y un 1,1% más que en el segundo trimestre de 2016.
Comparado con el año anterior, las ventas del tercer trimestre fueron un 5,4% más altas, de nuevo la mayor alza desde el cuarto trimestre de 2014.
Sin embargo, los registros del mes de septiembre decepcionaron las previsiones de los economistas que según un sondeo de Reuters esperaban un aumento del 0,4%, frente al crecimiento cero registrado. Esto, en cambio, llega después de una revisión al alza de las cifras de agosto que muestra que las ventas se mantuvieron estables en vez de caer.
La ONS dijo que las mayores caídas mensuales en ventas fueron para la ropa y el calzado, que también habían bajado con fuerza en agosto. Los precios más altos y las temperaturas inusualmente elevadas en septiembre que recortaron la demanda para indumentaria para el otoño boreal, estuvieron detrás de la caída, añadió.
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