La baja en la producción de salmones que se registró el primer trimestre, que se explica por planificación de las compañías, pero además por factores como el florecimiento de algas nocivas, se hizo sentir con mayor fuerza en los envíos de este producto a los tres principales mercados: Estados Unidos, Japón y Brasil.
Según datos publicados ayer por el Banco Central, las exportaciones a esos mercados alcanzaron
US$ 611 millones el primer trimestre, en contraste con los US$ 688 millones del mismo período del año anterior, un retroceso de 11,2%, caída que fue más pronunciada que el desempeño general de los envíos, los que retrocedieron 6,9%, totalizando US$ 889 millones.
Estados Unidos fue el que menos resentido se vio, porque registró una disminución de solo 3%, totalizando US$ 301 millones. Por el contrario, Japón fue el que más bajó, con 18,4%, mientras Brasil retrocedió 16,4%, influido por el mayor deterioro en el envío de productos frescos.
Esta situación ha sido compensada en parte por los precios, los que en el trimestre tuvieron un promedio más alto en 2,4%, situación que se amplía al medir las primeras 19 semanas del año (desde enero hasta la primera semana de mayo). Según datos de SalmonEx, una unidad de negocios de la Bolsa de Productos, el precio escaló desde US$ 3,50 la libra a US$ 5,58, en circunstancias que en el mismo período del año anterior pasó de US$ 4,07 la libra a US$ 3,72, para el indicador en Miami.
Arturo Clement, de SalmonEx, explica que era esperable que las exportaciones de este producto cayeran, aunque aún no reflejan por completo el fenómeno del bloom de algas, que se desató con fuerza hacia fines de marzo. Por eso, es esperable que venga una nueva reducción cuando se conozcan las cifras del segundo trimestre, el que además del bloom, tendrá que contabilizar la paralización de más de dos semanas en Chiloé, período en el que parte importante de los salmones no pudieron ser enviados a sus mercados.
Clement explica que esto se verá en parte compensado por los precios, los que seguirán altos por al menos 2016 y 2017, dado que no solo hay una reducción de la producción en Chile, sino que también en Noruega, el principal país productor.
De este modo, espera que los envíos de salmón no bajen al medirlos en dólares, cerrando en torno a US$ 3.000 millones o US$ 3.500 millones. El año pasado se concretaron envíos de salmón por US$ 3.081 millones, a lo que se suman US$ 436 millones de trucha.
Respecto de la caída en Japón, Estados Unidos y Brasil, Clement dice que la caída es mayor porque son los mercados más relevantes, ya que el resto tiene muy poco peso específico. Esto, agrega, se ve agravado por la situación en el gigante sudamericano, que además de los problemas por el tipo de cambio, atraviesa una crisis política. De todos modos, destaca que el consumo en ese país, aunque dejó de crecer, se mantiene estable y no cae.
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