La agencia ratificó a inicios de mes la nota soberana del país, asignándole una perspectiva “estable” y ubicándola a tres escalones de la máxima clasificación.
La fuerte caída del precio del cobre en lo que va del año, con una merma superior al 20% que ha llevado al metal rojo a cotizarse incluso por debajo de US$ 2,3 la unidad, no sólo tiene en alerta al gobierno y al sector privado en Chile, sino también a las clasificadoras de riesgo, para quienes la sustentabilidad en las cuentas fiscales es uno de los principales ítem que analizan a la hora de poner nota a la deuda soberana del país.
En Standard & Poor´s están al tanto de que el escenario macro se ha deteriorado de manera relevante para Chile en los últimos tres meses. De hecho, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, asumió a inicios de julio un escenario macroeconómico adverso, proyectando un crecimiento de apenas 2,5% para este año, con un precio promedio del cobre de US$ 2,75 y un déficit fiscal efectivo de 3% del PIB.
Todas cifras que están por debajo de lo que espera la clasificadora de riesgo para este año. Así, anticipan que la actividad crecerá un 2,3% el actual ejercicio y 3% el siguiente, con un producto de tendencia ubicado entre 3,5% y 4%. A inicios de mes ratificaron en AA- la nota del país, a tres escalones del rating máximo, con perspectiva "estable".
"Obviamente, como el resto de las economías emergentes, Chile está sufriendo el impacto de menores perspectivas económicas, menores precios de commodities, lo que -en cierto modo- se está reflejando en el nivel del tipo de cambio. Pero no vemos esto como suficiente para poner en riesgo la estabilidad crediticia de Chile", señala el senior director de Calificaciones Soberanas de la agencia, Sebastián Briozzo.
- Pero desde entonces las condiciones han cambiado bastante para Chile.
- O sea, obviamente como siempre la coyuntura presenta desafíos para Chile y para los demás países también. Pero consideramos que Chile ha desarrollado durante años espacios de maniobra para -como quizás ningún otro país de la región- enfrentar estos desafíos.
Sebastián Briozzo
- El gobierno, en medio de esta coyuntura, ha mostrado señales de gradualidad en la implementación de su programa de reformas. ¿Es aquello coherente con el rating del país?
- La coyuntura actual chilena y el nuevo escenario internacional tuvo como efecto que el programa tan ambicioso en el ámbito de reformas sociales quizás avance más lentamente.
Me parece que esto es adecuado, algunas de estas reformas fueron pensadas para una economía que crecía al 5%, y hoy no es el escenario. No está como para que Chile crezca al 5% claramente.
- ¿Qué peligro se corría de no aplicar gradualidad en el programa?
- De algún modo, se han reafirmado las credenciales de prudencia macroeconómica que Chile por tantos años ha tenido.
- ¿Cómo ven el hecho que el gobierno se haya abierto a hacer cambios legales a la reforma tributaria? ¿Era esperable?
- Me parece acertado. Toda implementación de reformas, a veces, con el tiempo, lleva a modificaciones para mejorar su implementación.
- Ustedes ven el PIB de tendencia en niveles en torno a 3,5% y 4%. ¿Cuándo Chile podría volver a esos niveles de crecimiento?
- Alcanzar ese crecimiento de largo plazo va a llevar más tiempo. Hoy el crecimiento es menor porque hay un tema de confianza interna que también está reflejada en la baja popularidad de la presidenta Bachelet. Ha costado alcanzar mejores niveles de clima de negocios en Chile.
- A esto hay que agregar la caída del cobre y un déficit fiscal alto, en torno a 3% del PIB para este año.
- Hoy es un momento de incertidumbre a nivel global y, obviamente, hay gran volatilidad. Por eso, es un momento de precaución, de medidas preventivas, de ser cautos en la aplicación de las políticas y, por eso, es bien visto el redimensionamiento de las políticas de reformas que tiene Chile.
Me parece que es importante que se reduzca el déficit estructural y se siga convergiendo hacia el equilibrio estructural, pero también el espacio que Chile ha desarrollado a lo largo del tiempo para aplicar políticas contracíclicas no está mal que se use.
- ¿No ven tan terrible que no se alcance la meta de balance estructural al 2018?
- Lo importante es que se converja hacia ella. Que no se alcance a nivel exacto no nos parece tan preocupante.
- ¿Qué tanto puede impactar la clasificación el debate de las reformas o los escándalos de financiamiento a la política?
- Impacto en la economía siempre genera, eso está claro, y el clima de negocios en Chile y la popularidad de la presidenta impactan en las expectativas y en la actividad económica. De ahí a decir que es el factor dominante en la desaceleración del crecimiento o va a hacer la recuperación un poco más lenta, me parece que no.
Hay muchos factores y la cuestión internacional es muy determinante. Pero si la pregunta es que si esto cambia nuestra visión sobre las fortalezas institucionales que tiene Chile, me parece que no. Son momentos. Chile ha sido un ejemplo para la región en términos de prudencia macroeconómica en casi tres décadas. Es el único país que ha desarrollado poder de política contracíclica que es fundamental y que básicamente lo que diferencia calificaciones muy altas de calificaciones muy bajas.
En Standard & Poor´s están al tanto de que el escenario macro se ha deteriorado de manera relevante para Chile en los últimos tres meses. De hecho, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, asumió a inicios de julio un escenario macroeconómico adverso, proyectando un crecimiento de apenas 2,5% para este año, con un precio promedio del cobre de US$ 2,75 y un déficit fiscal efectivo de 3% del PIB.
Todas cifras que están por debajo de lo que espera la clasificadora de riesgo para este año. Así, anticipan que la actividad crecerá un 2,3% el actual ejercicio y 3% el siguiente, con un producto de tendencia ubicado entre 3,5% y 4%. A inicios de mes ratificaron en AA- la nota del país, a tres escalones del rating máximo, con perspectiva "estable".
"Obviamente, como el resto de las economías emergentes, Chile está sufriendo el impacto de menores perspectivas económicas, menores precios de commodities, lo que -en cierto modo- se está reflejando en el nivel del tipo de cambio. Pero no vemos esto como suficiente para poner en riesgo la estabilidad crediticia de Chile", señala el senior director de Calificaciones Soberanas de la agencia, Sebastián Briozzo.
- Pero desde entonces las condiciones han cambiado bastante para Chile.
- O sea, obviamente como siempre la coyuntura presenta desafíos para Chile y para los demás países también. Pero consideramos que Chile ha desarrollado durante años espacios de maniobra para -como quizás ningún otro país de la región- enfrentar estos desafíos.
Sebastián Briozzo
- El gobierno, en medio de esta coyuntura, ha mostrado señales de gradualidad en la implementación de su programa de reformas. ¿Es aquello coherente con el rating del país?
- La coyuntura actual chilena y el nuevo escenario internacional tuvo como efecto que el programa tan ambicioso en el ámbito de reformas sociales quizás avance más lentamente.
Me parece que esto es adecuado, algunas de estas reformas fueron pensadas para una economía que crecía al 5%, y hoy no es el escenario. No está como para que Chile crezca al 5% claramente.
- ¿Qué peligro se corría de no aplicar gradualidad en el programa?
- De algún modo, se han reafirmado las credenciales de prudencia macroeconómica que Chile por tantos años ha tenido.
- ¿Cómo ven el hecho que el gobierno se haya abierto a hacer cambios legales a la reforma tributaria? ¿Era esperable?
- Me parece acertado. Toda implementación de reformas, a veces, con el tiempo, lleva a modificaciones para mejorar su implementación.
- Ustedes ven el PIB de tendencia en niveles en torno a 3,5% y 4%. ¿Cuándo Chile podría volver a esos niveles de crecimiento?
- Alcanzar ese crecimiento de largo plazo va a llevar más tiempo. Hoy el crecimiento es menor porque hay un tema de confianza interna que también está reflejada en la baja popularidad de la presidenta Bachelet. Ha costado alcanzar mejores niveles de clima de negocios en Chile.
- A esto hay que agregar la caída del cobre y un déficit fiscal alto, en torno a 3% del PIB para este año.
- Hoy es un momento de incertidumbre a nivel global y, obviamente, hay gran volatilidad. Por eso, es un momento de precaución, de medidas preventivas, de ser cautos en la aplicación de las políticas y, por eso, es bien visto el redimensionamiento de las políticas de reformas que tiene Chile.
Me parece que es importante que se reduzca el déficit estructural y se siga convergiendo hacia el equilibrio estructural, pero también el espacio que Chile ha desarrollado a lo largo del tiempo para aplicar políticas contracíclicas no está mal que se use.
- ¿No ven tan terrible que no se alcance la meta de balance estructural al 2018?
- Lo importante es que se converja hacia ella. Que no se alcance a nivel exacto no nos parece tan preocupante.
- ¿Qué tanto puede impactar la clasificación el debate de las reformas o los escándalos de financiamiento a la política?
- Impacto en la economía siempre genera, eso está claro, y el clima de negocios en Chile y la popularidad de la presidenta impactan en las expectativas y en la actividad económica. De ahí a decir que es el factor dominante en la desaceleración del crecimiento o va a hacer la recuperación un poco más lenta, me parece que no.
Hay muchos factores y la cuestión internacional es muy determinante. Pero si la pregunta es que si esto cambia nuestra visión sobre las fortalezas institucionales que tiene Chile, me parece que no. Son momentos. Chile ha sido un ejemplo para la región en términos de prudencia macroeconómica en casi tres décadas. Es el único país que ha desarrollado poder de política contracíclica que es fundamental y que básicamente lo que diferencia calificaciones muy altas de calificaciones muy bajas.
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