2015/08/24

«Los problemas de fondo de la economía asturiana no se atacaron de forma conveniente»

  • «En España se hizo un esfuerzo por recapitalizar las entidades bancarias y eso, hoy, está superado. Lo que faltan son proyectos solventes, no crédito»

  • Francisco González Catedrático de Economía Financiera

  • Francisco González es catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Oviedo. Su amplio conocimiento sobre la crisis que desde 2007 hizo tambalearse al mundo le convierte en una de las voces autorizadas para analizar la profunda influencia de la recesión en todo el país, en general, y en Asturias, en particular.
    La crisis nació en Estados Unidos con el estallido de las hipotecas 'subprime', pero tardó en llegar a España y, aún más, a Asturias, donde no mostró todo su alcance hasta 2009, ¿por qué?
    Aunque hipotecas 'subprime' había en Estados Unidos y en Europa, la reserva federal americana llevó una política de tipos de interés más agresiva y volátil. Eso provocó que la burbuja inmobiliaria estallara primero en EE UU. Los créditos morosos vinculados a préstamos hipotecarios empezaron a notarse antes allí, pero también los había en Irlanda y en España. Aquí, los bancos tenían reservas de capital como consecuencia de las provisiones dinámicas a las que obligaba el Banco de España. En un primer momento, eso fue un buen colchón y retrasó lo que luego se reveló como un problema claro de insolvencia.
    ¿A qué se debe el retraso en el caso del Principado?
    En Asturias se tardó más en notar la crisis que en el resto de España por nuestro menor nivel de crecimiento económico en la fase expansiva del ciclo. Cuando las cosas van bien, Asturias, por las características de su economía, crece menos. Siempre estamos por debajo de la media, somos de las regiones que menos crecen del país. Por eso, nuestra caída fue más tardía y menor que en otras regiones, pero eso no hay que verlo como una noticia positiva. Solo es consecuencia de que nuestra economía va más despacio.
    Parece que la recesión en la región estuvo menos marcada por el estallido de la burbuja inmobiliaria y más relacionada con la industria.
    Todo es relativo. La burbuja inmobiliaria fue menor que en otras regiones con un mayor 'boom' urbanístico, pero también la hubo. Los precios de la vivienda en Asturias han caído de una manera sustancial, por encima del 30%, y eso es indicativo de que la había. Por otra parte, la contracción de la demanda internacional ha traído como consecuencia la crisis de la industria, pero no creo que la caída en el sector industrial asturiano sea mayor que en otras comunidades. De hecho, en relación con el PIB, hemos bajado menos que otras regiones. Tenemos un tejido industrial, en términos relativos, inferior al de otras regiones y eso provoca que al final la producción industrial baje, pero menos.
    En el aspecto financiero, la comunidad no presentó grandes particularidades... Las cajas tuvieron que fusionarse para sobrevivir y el crédito desapareció para todos.
    La actividad financiera está internacionalizada. Hubo una crisis en el sector financiero español, en las cajas de ahorros. Los bancos dijeron que había un problema de demanda solvente y era verdad, pero también era cierto que las entidades habían reducido sus ofertas de crédito. Ese problema ahora está superado. Se ha hecho un esfuerzo por recapitalizar las entidades financieras, aunque no se hizo de la manera más eficiente posible. Ahora, están en condiciones de prestar, pero hay un problema real de demanda. Faltan proyectos solventes, no crédito.
    ¿Cómo se ha visto dañado en estos años el tejido productivo de la región?
    Los periodos de crisis sirven para discriminar a las empresas más rentables de las menos rentables. Al final, las que han desaparecido eran las que tenían mayores debilidades. Durante el periodo previo a la crisis, no solo se formó una burbuja inmobiliaria, también era fácil tener crédito para cualquier cosa. Se acometían proyectos de inversión con tasas de rentabilidad muy pequeñas. El problema es que los tipos de interés eran anormalmente bajos, no eran mantenibles. Estos proyectos no eran viables a largo plazo, cuando los tipos de interés subieran. Cabe pensar que la crisis se ha llevado por delante a estas empresas poco sólidas y ha permitido sobrevivir a las más rentables y viables. En cierto aspecto es como la selección natural de los mejores.
    ¿Hasta qué punto la estructura de Asturias la convierte en una economía lenta?
    Esta pregunta se refiere a los problemas de fondo de la economía asturiana, que presenta debilidades en comparación con otras regiones españolas. La prueba es que en periodos normales también crece por debajo de la media nacional y las previsiones para 2015 siguen esta línea. Tenemos varias deficiencias, como un tejido industrial que debiéramos fortalecer, en mi opinión, potenciando de manera adecuada la I+D+i, de la que se habla mucho aunque igual no se actúa de la manera adecuada. También deberíamos mejorar en los temas fiscales, porque somos una de las regiones con tipos impositivos más elevados. Es una realidad que las comunidades compiten para ofrecer tipos atractivos para las empresas y Asturias no está bien situada. Hay otros aspectos a nivel nacional, como la reforma energética, que nos afectan mucho, pero también afectan a otras regiones.
    Sin motivos para el optimismo
    Si el Principado está tardando más en crecer que el resto de España, ¿cuándo saldrá de la crisis?
    No me atrevo a hacer previsiones. Creo que los problemas de fondo de la economía asturiana y española no se han atacado convenientemente durante estos años y, por lo tanto, nuestra posición relativa respecto a otros países no ha cambiado sustancialmente. Tenemos una tremenda dependencia de lo que ocurra en la economía mundial y, ahora mismo, hay muchas dudas sobre los países emergentes y sobre la propia Europa. Yo no veo muchos motivos para ser optimista. La crisis debería fomentar reformas para tratar de hacer las economías más productivas y tampoco se han hecho.
    Reformas ha habido...
    No se ha acometido una reforma en las administraciones públicas ni en los apartados institucionales de la economía... Se ha hecho una reforma de calado, la laboral, que ha tenido un aspecto positivo al reducir los costes laborales, pero también uno negativo al introducir una mayor volatilidad en el nivel de empleo.
    Aquí se ha vivido con gran intensidad el miedo a las deslocalizaciones de las grandes multinacionales, como Arcelor.
    Tenemos pocas multinacionales y cada vez que una de ellas se deslocaliza sufrimos las consecuencias. Deberíamos plantearnos por qué ocurre esto y tratar de dar respuestas para evitarlo. La economía internacional va hacia un tamaño de las empresas cada vez mayor. Una de las dolencias de la economía asturiana es que tenemos empresas de tamaño pequeño y deberíamos ser capaces de fomentar compañías mayores, para competir en los mercados globales. Hay que fijar condiciones favorables para atraer a las empresas grandes y evitar que las pocas que tenemos se vayan.
    ¿Cómo puede afectar a la industria asturiana la devaluación del yuan, que abarata las exportaciones chinas?
    La devaluación de la moneda china demuestra la debilidad o empeoramiento de sus condiciones económicas. Indica que hay una caída de la demanda internacional y eso es negativo. Además, encarece los productos en euros en relación con los productos en yuanes. En la medida en que China es exportadora de acero, la devaluación del yuan puede perjudicar a empresas como Arcelor.
    La región tiene 54.600 parados de larga duración, ¿cómo se reconduce eso?
    Es un problema. No hay soluciones a corto plazo y todas estas personas, lógicamente, esperan por ellas. Habría que cambiar algunas cosas para conseguir resultados a medio y largo plazo: quizá lo más inmediato sería mejorar las políticas fiscales, apostar por la I+D+i de manera adecuada, tratar de implicar a todos los agentes sociales a la hora de ofertar un clima laboral de paz social duradero en Asturias... Pero en el corto plazo, no hay varitas mágicas, tiene mala solución. Las medidas que se han aplicado hasta ahora no han funcionado.
    La demografía asturiana y el mayor peso de las pensiones es otro lastre. ¿Tiene éste solución?
    Es un aspecto muy problemático, derivado de la situación económica. Si hubiera crecimiento económico el problema de la demografía se podría revertir con la inmigración, con un aumento de la tasa de natalidad y con el hecho de que nuestros jóvenes ya no tendrían que irse en busca de trabajo cualificado.
    ¿Está al fin saneado el sistema financiero o habrá nuevos sustos?
    No hay que descartar nuevos sustos. En estos momentos estamos sembrando la semilla de la siguiente crisis financiera. Hay problemas estructurales en el sistema financiero y bancario que nuestras autoridades supervisoras no controlan adecuadamente y, de nuevo, estamos asumiendo riesgos, repitiendo prácticas que se habían abandonado durante la crisis... No sé cuándo volverá a producirse, pero no se puede descartar una nueva crisis financiera en el medio plazo. Además, estas crisis cada vez son más frecuentes y más graves.
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