2015/04/08

¿Hacia una crisis política terminal y sistémica en Chile?

SANTIAGO (CHILE), 08/09/2014.- EFE/Sebastián Silva
(Infolatam, por Rogelio Núñez)-. Los tres escándalos de corrupción (PentaCaval SQM) que golpean a Chile se han convertido en tres misiles que han herido en su base al sistema político chileno y al liderazgo de la presidenta Michelle Bachelet. Ha desencadenado una crisis que puede acabar siendo terminal y sistémica para el modelo de país construido desde 1990.

De enero a abril el panorama político chileno ha cambiado radicalmente. A comienzos de año con una oposición de centroderecha (la UDI, fundamentalmente) hundida por el caso Penta, el gobierno de Bacheletcosechaba sus mayores éxitos en cuanto a la agenda reformista que impulsa desde 2014: veía aprobadas sus reformas educativa, electoral y del acuerdo de vida en común.

Todo parecía indicar que 2015 sería el año de un nuevo paquete de reformas que incluyera el aborto e incluso la reforma constitucional.

El primer misil, el caso Penta
Sin embargo, los diferentes escándalos que han ido saliendo a la luz han tenido un efecto demoledor sobre el liderazgo y la credibilidad de la presidenta y sobre unos partidos que nadan entre el tradicional desapego y el actual descrédito.
Empresas PENTA
El caso Penta han golpeado a la oposición
El modelo político chileno, en el que se basó la prosperidad del país y su estabilidad desde 1990, está en cuestión.
El caso Penta fue como la puntilla para un centroderecha hundido tras la derrota de 2013 en las presidenciales.
Ese centroderecha chileno que se articula en torno a dos partidos (UDI y RN) ha visto como la formación más importante (UDI) queda atrapado en el escándalo Penta que como aguas movedizas no para de succionarlo y que pone en riesgo su continuidad como organización.
“En la UDI, precisamente por la cercanía de la mesa directiva actual al ex senador Jovino Novoa —y por la relación familiar del Presidente de la UDI con uno de los socios controladores de Penta—, el escándalo terminó por enlodar a todo el partido. Si bien hay muchos legisladores UDI en el Congreso, alcaldes, CORES y concejales que no tienen nada que ver con Penta, la forma en que la directiva abordó la crisis ha dejado instalada la idea de que la UDI era una empresa más del holding Penta… El caso Penta le pegó fuerte a la derecha (y) ha dificultado la reconstrucción política de la derecha. “, asegura el analista Patricio Navia en la publicación on line El Líbero.

El caso Penta creó una falsa situación de confort para la coalición de gobierno (Nueva Mayoría) y para su presidenta, Michelle Bachelet. Soñaban con gobernar sin oposición dada la crisis existente en la UDI y los problemas para rearticularse de RN.
Los misiles Caval y SQM alcanzan al oficialismo

Pero los casos Caval y SQM han tenido un efecto muy destructivo no solo para la legitimidad de los dirigentes de Nueva Mayoría sino, sobre todo, para la legitimidad y credibilidad de Bachelet.

En palabras de Patricio Navia en El Líbero: “El caso Caval no le pegaba directamente a la NM. Al golpear a Bachelet, golpeaba los cimientos de la coalición, pero no involucraba directamente a ninguno de sus partidos. Por eso, cuando la arista SQM volvió al primer plano y comenzaron a circular rumores —y filtraciones— sobre los pagos a políticos, la sensación de pánico se extendió por la NM. Si el caso Caval había golpeado la línea de flotación de la nave que aloja a la NM —la credibilidad de Bachelet—, el caso SQM amenazaba con convertir la preocupación política de la NM en nerviosismo por evitar las formalizaciones de la fiscalía”.
SANTIAGO (CHILE), 01/04/2015.- EFE/Alex Ibañez/Presidencia de Chile/SOLO USO EDITORIAL/NO VENTAS/NO ARCHIVO
El caso Caval y el SQM han golpeado al gobierno de Michelle Bachelet
El caso Caval ha dañado el mito de Bachelet como adalid de la igualdad y la imagen de ser una dirigente cercana a la ciudadanía y sus problemas, porque ella misma era una ciudadana más.
El hijo de la presidenta, Sebastian Dávalos, habría tenido acceso a información privilegiada y habría usado su influencia política para conseguir un crédito para la empresa donde participa su esposaNatalia Compagnon.
Navia apunta que “el escándalo Caval ha producido mayores estragos porque golpeó duramente a una coalición que venía volando alto… La tardía respuesta de Bachelet tampoco fue exitosa. La mayoría de los chilenos no le creyó a la Presidenta cuando ella dio su explicación e intentó buscar la simpatía popular en su rol de madre. 

Además, y esto el gobierno nunca pareció entenderlo, el escándalo Caval golpeaba a la líder más importante de la coalición en su dimensión más personal. El mensaje de lucha contra la desigualdad y el abuso se vio severamente cuestionado por la forma en que el hijo de la Presidenta lucró gracias a su posición de privilegio. Como Bachelet se resistió a pedirle la renuncia —pero después declaró que ella había tomado decisiones difíciles—, la propia Presidenta terminó infligiéndose una herida profunda en su credibilidad y cercanía”.

No por casualidad, la aprobación de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, experimentó durante marzo su máxima caída histórica, al alcanzar sólo un 31 %, ocho puntos menos que en la anterior medición de febrero, según una encuesta difundida por la consultora Adimark.

El manejo de la crisis por parte de Bachelet ha sido torpe y no ha tenido capacidad de convencimiento. Ha demorado llevar a cabo una crisis de gabinete para no aparentar que se estaba señalando como culpable a determinadas figuras.
Y sus propuestas, la creación de un Consejo Asesor para la lucha contra la corrupción, han sido superadas por los acontecimientos.
No por casualidad, en medio de los escándalos de corrupción, la aprobación de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, experimentó durante marzo su máxima caída histórica, al alcanzar sólo un 31 %, ocho puntos menos que en la anterior medición de febrero, según una encuesta difundida por la consultora Adimark.
Con la oposición enlodada y la presidente Bachelet en horas bajas, ha saltado un nuevo caso, el SQM, que afecta, por ahora, a los partidos oficialistas con lo que todo el sistema político ha quedado seriamente cuestionado.
La minera chilena SQM, sumida en un escándalo por presuntos desvíos de fondos a políticos, identificó unos 11 millones de dólares en pagos asignados por su ex gerente general que no cumplirían con los requerimientos de la autoridad tributaria, dijo el miércoles el jefe de la firma.
SANTIAGO DE CHILE (CHILE), 31/03/2015. EFE/XIMENA NAVARRO/PRESIDENCIA DE CHILE/USO EDITORIAL/NO VENTAS/NO ARCHIVO
La popularidad de Bachelet se ha hundido hasta el 31%
Soquimich es investigada por la fiscalía a partir de una denuncia del Servicio de Impuestos Internos (SII) por emisión de facturas y boletas de honorarios profesionales por servicios no prestados y que podrían haber ido a parar la financiación de campañas políticas de diversos sectores.
El caso SQM es un golpe en la línea de flotación de Nueva Mayoría, es decir en el sustento político de la presidenta.
La conjunción de esos tres casos de corrupción ponen en solfa y en cuestión al modelo político chileno.
El caso Caval maniata a la presidenta y su capacidad de manejar la agenda e impulsar nuevas reformas lo que en un país extremadamente presidencialista como el chileno es letal. El golpe a su credibilidad y liderazgo es muy fuerte y recuperar lo ganado en ese terreno va a llevar mucho tiempo, quizá más de los tres años que aún le restan en La Moneda.

Héctor Soto apunta en el diario La Tercera que “las tres grandes reformas que la administración ha sacado adelante hasta el momento tienen márgenes de rechazo que superan con creces lo de la aprobación. Esta es la dura realidad. Que después el caso Caval, en lo que tuvo de tributo al tráfico de influencias y a la moral del negociado, haya hecho trizas la confianza en la Presidenta y en su discurso igualitarista es sólo un dato adicional que, sin duda, deterioró su liderazgo. Pero la declinación venía de mucho antes y La Moneda la ignoró”.

Los casos Penta y SQM, por su parte, no hacen sino profundizar un mal de larga data, el de la crisis de legitimidad tanto de la élite política como de la élite económica. Esta situación ha desembocado en que la ciudadanía incremente su ya de por sí alto grado de escepticismo con respecto de quienes gobiernan.

Todo ello crea un cóctail difícil de gestionar y que puede arrastrar al final abrupto de un modelo, al menos el político, que dio gobernabilidad y sustentabilidad institucional a Chile durante un cuarto de siglo.

“Es cierto que esta crisis general fue gatillada por dos escándalos: uno de corrupción en el financiamiento de la política y otro que alude al uso particular de los recursos de poder. Ambos encerraron a la elite en una burbuja que proyecta abuso de poder, dejando al resto de la sociedad con rabia, decepción y ansias de venganza”, concluye José Miguel Izquierdo en el diario La Tercera.

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