2014/12/28

Fundador de American Apparel: de multimillonario a dormir en sofá de un amigo

Flickr_Dov-Charney
Con el apoyo de nuevos socios, ahora busca recuperar su empresa a través de una oferta hostil.

Dov Charney fundó American Apparel como un fabricante de vestuario en Canadá en 1989. Tras un modesto inicio, en 1997 decidió expandirse a Estados Unidos y en 2000 utilizó su experiencia en el negocio para ampliarse a la distribución minorista.
Su éxito fue rotundo. Gracias a sus diseños llamativos y una publicidad provocadora que se han convertido en su sello, la compañía protagonizó la expansión al retail más acelerada en la historia de EEUU.
Todavía hoy son recordados los gigantescos afiches que instaló en Nueva York y Los Angeles con la imagen de Woody Allen y que le valieron una millonaria demanda del director de cine.
En 2005 se ubicó como una de las compañías de crecimiento más rápido del país, con un incremento de 440% en sus ingresos en tres años. Y para 2008 ya contaba con más de 200 tiendas en todo el mundo.
Su política de no tercerizar su producción a países de mano de obra barata y de no contratar sweatshops era alabada por los consumidores y apoyada por los políticos.

Perdiendo el control
Pero la magia de Charney comenzó a fallar y su estilo polémico empezó a salirse de control. En 2010 los resultados de la cadena comenzaron a declinar y Deloitte & Touche renunció como su auditora tras señalar que sus balances no eran confiables, lo que derivó en una investigación del regulador.
Desde ese año acumula pérdidas por más de US$ 300 millones, lo que la obligó a una serie de aumentos de capital para sobrevivir. Su más reciente inyección fue en julio, cuando recibió US$ 25 millones del fondo Standard General.
El propio Charney se vio involucrado en varios escándalos de acoso sexual. Las relaciones entre el fundador y el directorio comenzó a tensarse, y los representantes de los accionistas iniciaron una campaña para sacarlo del cargo argumentando que sus problemas judiciales lo distraían de sus funciones.
Tras una suspensión temporal de seis meses, en junio, el directorio finalmente se impuso y logró sacarlo este mes del control. En una entrevista con Bloomberg Television Charney dijo la semana pasada que, tras haber amasado una extensa fortuna, le quedaban los últimos US$ 100 mil y que literalmente estaba durmiendo en el sillón de un amigo. Charney dijo además que fue traicionado por Standard General, que se había comprometido a ayudarlo a restaurar su posición en la empresa, pero en lugar de eso colaboró para expulsarlo. "Les di el trabajo y ellos me traicionaron", aseguró el ex director ejecutivo, de 45 años.
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