No es casualidad que Taiwan en 2013 haya comercializado más de
US$ 570 mil millones con otros países, cifra que implica un crecimiento de 1,1%.
Su ubicación estratégica en Asia Pacífico, la economía dinámica y su apertura de mercado le permite alcanzar el puesto 17 en el Índice de Libertad Económica de 2014 a Taiwán, como se conoce a la República de China. Todo ello le permitió cerrar el año pasado con exportaciones e importaciones por sobre los US$ 304 mil millones y
US$ 270 mil millones, respectivamente.
Pero esta característica también implica desafíos. El director general del Comité de Cooperación Económica de China, Taipei y el Pacífico, Darson Chiu, advierte que “la ventaja de Taiwán es su punto más débil. El país ha puesto el foco en el comercio exterior, exportando demasiado. Si se produce una crisis global, Taiwán será más vulnerable que los países vecinos”.
Son las exportaciones de Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) las que destacan en el portafolio que ofrece Taiwán, fruto de los programas que han apuntado a fomentar el desarrollo de tecnología industrial. Sólo el sector de servicios aporta más de dos tercios del PIB, en tanto el negocio industrial poco menos de 30%.
Para continuar impulsando el crecimiento, y en respuesta a las condiciones y desafíos tanto internos como externos, es que Taiwán desarrolla planes como “Power-up” –que promueve industrias innovadoras, desarrollos de nuevos mercados de exportación y estimulos a las inversiones-; las Zonas Piloto de Libre Comercio (FEPZs) y potencia ocho ejes de políticas estratégicas en busca de un desarrollo sustentable.
Dentro de este contexto, Chile no sólo es el octavo país con más envíos a Taiwán sino que también es un miembro clave de organizaciones internacionales como la APEC y la OCDE. Es por esto que Chiu destaca que “el gobierno de Taiwán valora sus relaciones económicas y comerciales con Chile”.
No obstante, no existe ningún tratado comercial entre ambos países y es por esto que el famoso Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés) podría permitir mejorar el intercambio económico entre ambos.
Ser parte del TPP
El TPP tiene su origen en el P4 o Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica suscrito en 2005 por Chile, Brunei Darussalam, Nueva Zelanda y Singapur. Tras la ejecución de la cláusula evolutiva, hoy hay más de 12 países –cuyo líder es EEUU- que negocian un nuevo acuerdo que podría integrar a otros actores, entre ellos Taiwán.
Chiu explica que para la isla el mayor desafío será conseguir el apoyo de EEUU, un elemento vital para que pueda formar parte de este tratado: “El TTP ha cambiado desde el ingreso de EEUU, asumiendo el ritmo del progreso de las negociaciones. La idea de Washington es regular las actividades de comercio y disciplina en la región de Asia Pacifico. Eso significa que al país norteamericano le gustaría utilizar el TPP como un medio para hacer frente a los desequilibrios existentes en el Trans Pacifico. Por lo tanto, todos los países desequilibrantes en materia comercial de la región, como China, Japón, Corea y Taiwán, deben ser incluidos en este proceso”.
Para Taiwán, explica Chiu, esto no sólo tendría un impacto positivo porque ampliaría su cobertura de Tratados de Libre Comercio significativamente con EEUU y Japón, que ya son países miembros, sino que también ayudaría a mejorar las relaciones comerciales con los otros integrantes.
No obstante, el académico advierte que este proceso tendría potenciales impactos negativos, entre estos, el que la membresía de Taiwán podría poner en peligro el proceso de ECFA (Economic Cooperation Framework Agreement) con China continental que busca mejorar las relaciones de intercambio por el estrecho.
“Si Taiwán se une al TPP antes que China podría impactar en la cadena de intercambio y suministro del estrecho (…) Por esto, el ingreso sin una buena comprensión de China pondría en peligro las relaciones a través del estrecho”, dice Chiu.
Por esta razón, los TLC de la isla con países miembros del TTP, como Nueva Zelanda y Singapur, están firmados con luz verde de China. Es por eso que Chile aún no avanza en ese punto. Sin embargo, mientras tanto, Taiwán ha buscado potenciar los beneficios para la inversión extranjera.
¿Qué ofrece Taiwán?
Si bien el intercambio con Chile no ha mostrado mejorías -en 2013, según estadísticas taiwanesas, las exportaciones desde Chile disminuyeron 11% y las importaciones cedieron 12%- el gobierno de Taiwán está buscando atraer inversión extranjera.
Entre las medidas que se han adoptado, está la rebaja de impuestos a las ganancias de las empresas que disminuyó desde 20% al 17% en 2010, lo que permite tener una tasa impositiva más baja de Asia, como Hong Kong.
Además se encuentra el incentivo fiscal al crédito para I+D, en que el 15% de los gastos de este tipo en una empresa puede ser reclamado como un gasto deducible contra el impuesto a la renta, no obstante no podrá superar el 30% del impuesto a la renta empresarial.
Además, esta desarrollando los FEPZ donde se disminuyen las restricciones a circulación de bienes, personas, capitales, información y conocimientos, llevando a cabo la apertura del mercado. Este plan está focalizado para actividades industrial con fuerte potencial de crecimiento, principalmente industrias de servicios de alta gama y valor añadido, como la logística, servicios financieros, valor agregado para la agricultura, servicios para atención de salud internacional, entre otros.
Las empresas que participan de estos programas tienen incentivos fiscales como impuesto 0% si se exporta después del almacenamiento y procesamiento en FEPZ, entre otros.
También se crearon los Science Park. Hoy son tres, se ubican en el norte, centro y sur de la isla, y han atraído más de US$ 130 mil millones de inversión extranjera. El más importante es el Hsinchu (HSP), cuya producción anual por habitante es 2,5 veces el promedio del sector manufacturero del país.
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