Los conflictos geopolíticos han estallado con una frecuencia preocupante este año, erosionando la confianza económica y la de las empresas justo cuando estaban empezando a aparecer señales de un crecimiento sostenido. El último golpe vino de Irak, donde la crisis amenaza con elevar aún más el precio del petróleo. La violencia en Medio Oriente sigue a la crisis entre Rusia y Occidente por Ucrania y el golpe de Estado en Tailandia a fines de mayo.
Además de los riesgos geopolíticos, se ha visto una desaceleración fuerte en Brasil, la mayor economía de Latinoamérica, y en la zona euro, donde la recuperación se mantiene vacilante.
China, la segunda economía mundial y la responsable de tirar del carro de la recuperación cuando EEUU y Europa estaba sumidos en la crisis, sigue emanando señales de enfriamiento, lo que configura un escenario complicado para la economía global el segundo semestre. Por C. Morales y B. López-Palop
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