2014/06/20

El Parlamento proclama a Felipe de Borbón Rey de España

Reyes de España junio 2014El Parlamento proclamó el jueves a Felipe VI como nuevo rey de España en una ceremonia austera en la que el monarca defendió una monarquía renovada para los nuevos tiempos y declaró su fe en la unidad del país. Felipe VI, de 46 años, se convirtió en el nuevo monarca español poco más de dos semanas después de la repentina abdicación de su padre Juan Carlos I, tras 39 años al frente de la jefatura del Estado.

“Con los países iberoamericanos nos unen la historia y lazos muy intensos de afecto y hermandad” y “en las últimas décadas, también nos unen intereses económicos crecientes y visiones cada vez más cercanas sobre lo global” , señaló Felipe de Borbon. “Pero sobre todo, nos une nuestra lengua y nuestra cultura compartidas. Un activo de un inmenso valor que debemos potenciar con determinación y generosidad”, recalcó.

Felipe VI ha subrayado en su discurso de proclamación que desde hoy encarna “una Monarquía renovada para un tiempo nuevo”, se ha mostrado dispuesto a escuchar, a advertir y a aconsejar, y ha animado a mirar hacia el futuro de un país que los españoles deben “seguir construyendo todos juntos”.

En una histórica alocución de casi 3.000 palabras ante una sesión conjunta del Congreso y del Senado en el Palacio de las Cortes para proclamar al nuevo Rey, don Felipe ha recalcado: “En esa España unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos, caben todos los sentimientos y sensibilidades”.

“Caben las distintas formas de sentirse español -ha continuado-, porque los sentimientos, más aún en los tiempos de la construcción europea, no deben nunca enfrentar, dividir o excluir, sino comprender y respetar, convivir y compartir”.

El nuevo Rey, cuyas palabras han sido respaldadas en varias ocasiones con aplausos de las autoridades y representantes políticos presentes en la Cámara, ha abogado por una España en la que los ciudadanos “recuperen y mantengan la confianza en sus instituciones” y en la que “no se rompan nunca los puentes del entendimiento”.

En este contexto, se ha comprometido a buscar la cercanía de los ciudadanos, a “saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza”, para lo que, según ha destacado, la Corona debe “velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente”.

“El Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos”, ha proclamado.
“Encarno una monarquía renovada para un tiempo nuevo”, dijo Felipe VI en su discurso, tras prestar juramento en el Congreso de los Diputados en Madrid en una sesión ante diputados y senadores, miembros de la familia real y de la reina consorte Letizia, pero en la que no estuvo el padre del nuevo rey.

El monarca hereda una corona salpicada por varios escándalos que han afectado a una institución que fue muy popular en el país, y entre llamamientos de varias formaciones de izquierda a favor de la celebración de un referéndum que permita elegir entre monarquía y república.

Felipe VI, que dijo que la monarquía parlamentaria “constituye la estabilidad del sistema político”, defendió la legalidad de la Constitución como símbolo de unidad del Estado.
“Encontrarán en mí a un jefe del Estado leal y dispuesto a escuchar, a comprender, a advertir y a aconsejar y también a defender los intereses generales”, afirmó desde la tribuna de honor, donde lo acompañaban la reina Letizia y sus hijas, la princesa de Asturias y la infanta Sofía.

Felipe VI abordó indirectamente también en su intervención uno de los mayores retos que deberá abordar su reinado, el desafío soberanista de Cataluña, y defendió la unidad, “y no uniformidad”, de un país en el que dijo “caben todas las formas de sentirse español”.

“En esa España de unidad y diversa basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad de sus pueblos, cabemos todos”, afirmó el monarca, que terminó su discurso dando las gracias en las cuatro lenguas oficiales del Estado español.

Felipe VI tuvo también palabras de homenaje para su padre, Juan Carlos I y para su madre Sofía de Grecia, que siguió el discurso de su hijo junto a su hija mayor Elena, ambas visiblemente emocionadas. Cristina, la otra hermana de Felipe que está imputada en un escándalo de corrupción, no acudió a los actos de proclamación.

Antes del acto en el Congreso, Juan Carlos de Borbón impuso a su hijo el fajín de Capitán General de los tres Ejércitos en el Palacio de la Zarzuela.

Fuentes de la Casa Real justificaron la ausencia de Juan Carlos asegurando que éste no quería restar protagonismo a la proclamación de su hijo. La víspera tuvo lugar la ceremonia de sanción y promulgación de la ley orgánica sobre la sucesión, el último acto de Juan Carlos como rey.

Felipe y Letizia se convirtieron automáticamente en reyes de España a la medianoche y llegaron a la sede del Parlamento sobre las 10.30 hora local acompañados de sus hijas, Leonor, ya convertida en princesa de Asturias, y la infanta Sofía.

Desde horas antes de la ceremonia, cientos de personas se concentraron en las inmediaciones del Congreso para ser testigos de la llegada de los nuevos reyes de España, ondeando banderas de España y entre gritos de “viva el rey” o “viva la monarquía”.

Tras la ceremonia, los nuevos reyes subieron a un Rolls Royce descubierto para dirigirse al Palacio de Oriente. Un total de 4.300 policías nacionales, más de 2.600 guardias civiles y 120 francotiradores han sido desplegados en la capital española para garantizar la seguridad durante los actos.

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