Familia Garnier también se querelló contra ejecutivos y asesores legales de Socofar en tribunales de ese país.
Un complejo momento es el que atraviesa el controlador de Socofar (matriz de Cruz Verde) Guillermo Harding junto a un grupo de ejecutivos y asesores legales del holding que encabeza. Ello luego de que la familia Garnier, sus socios en Costa Rica, los acusaran ante tribunales de ese país de extorsión simple y administración fraudulenta.
Querella que está en etapa de investigación y por la cual deberán ir a declarar los denunciados, entre los que se encuentran, además de Harding, Jorge Brenner (socio minoritario de Socofar), Miguel Celedón (asesor), Felipe Muñoz (asesor legal de Socofar en Chile), Joel Lobo (director financiero de Socofar) y Hernán Pacheco (asesor legal de Socofar en Costa Rica).
Según consta en la querella que se tramita en la Fiscalía Adjunta de Delitos Económicos y Tributarios de San José de Costa Rica -presentada en junio del año pasado- la familia Garnier acusa a este grupo de empresarios y ejecutivos de idear un plan “con la intención de llevar a cabo una serie de medidas que han comprometido severamente la liquidez y estabilidad económica de la compañía, tendientes a diluir al socio costarricense en el capital societario, con el fin de tomar el control absoluto en el manejo de la misma, echando mano para ello de todo tipo de maniobras empresariales, en claro ejercicio abusivo de sus derechos societarios”, consigna el documento.
Las maniobras
Los Garnier también acusan que tras el ingreso de Socofar a la propiedad del grupo CEFA en el año 2011 -cuando la chilena adquirió el 50% de la distribuidora de productos farmacéuticos en Costa Rica y Centroamérica- se generaron una serie de situaciones que evidenciaron “el plan fraguado por los querellados”.
Entre las medidas que acusan están la no renovación de créditos, el despido injustificado de gerentes de primera línea, la negativa a autorizar el pago de bonificaciones al equipo ejecutivo y múltiples demandas de capitalización“injustificadas” -a juicio de los querellados-, además de otros actos administrativos que habrían provocado “que el grupo CEFA-Fischel tuviera una baja sustancial en su liquidez y disponibilidad de efectivo”, dice la querella.
En el caso de la estrategia comercial -y por la cual el grupo fue acusado por competencia desleal en ese país- señalan que el objetivo del grupo chileno “era vender muchos más productos, pero aun precio mucho más bajo, con poco nivel de rentabilidad. Incluso, algunos productos clave tenían su precio final por debajo del costo. Así, se habían dado las condiciones propicias ideadas por el grupo delictivo conformado por los querellados, para justificar la existencia de capitalización que siempre tuvieron planeada”.
La familia Garnier, según menciona la demanda, se opuso a la estrategia comercial planteada por sus socios. Tras lo cual, recibieron la visita de Jorge Brenner, quien les habría señalado que si “ellos (Socofar) tomaban el control de la empresa, el crecimiento sería muy agresivo y todos se beneficiarían”.
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