La directora gerente de la entidad, Christine Lagarde, subrayó que la segunda economía mundial tiene un papel vital en esta materia.
China se ha aupado como principal fuerza de estabilización en medio de la crisis internacional, pero para aumentar ese papel el régimen comunista debe emprender mayores reformas financieras, destacó hoy en Beijing la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
En un discurso pronunciado en el Foro de Desarrollo de China, Lagarde subrayó que el país asiático, segunda economía mundial, ha conseguido un tercio del crecimiento mundial total en los últimos cinco años y su papel en la recuperación económica es vital.
"Sin embargo, para mejorar ese papel, debe dar mayores pasos políticos", afirmó Lagarde, quien cito tres líneas en las que Beijing debe actuar con especial énfasis: desarrollo del sector servicios, construcción de un sector financiero "integrado globalmente" y fortalecer la igualdad social además del respeto al medio ambiente.
Respecto al desarrollo del sector terciario, una ardua tarea para una nación históricamente campesina y que en las últimas décadas ha basado su crecimiento en la industria de productos exportables, Lagarde señaló que más servicios en China "promoverán el empleo, el consumo y la calidad de vida".
Para esta reforma, "retirar barreras que bloquean el desarrollo del sector privado será clave", subrayó Lagarde en el foro, que anualmente reúne a líderes comunistas chinos y autoridades mundiales en el sector económico.
Respecto a las finanzas chinas, la directora gerente del FMI destacó los recientes avances de Beijing, que hace una semana aumentó la banda de fluctuación yuan-dólar del 1 al 2%, pero también pidió pasos más decididos, especialmente en la liberalización del sector bancario.
"Las instituciones financieras chinas se beneficiarían de una mayor competición y transferencia de conocimientos, lo que podría ayudar a gestionar mejor la gran reserva de ahorros domésticos para darle usos más productivos", aseguró la líder francesa.
Además, añadió, "una apertura gradual de las cuentas de capitales ayudará a facilitar este proceso" y "fortalecerá el papel potencial del yuan como una moneda global".
Sobre el tercer punto destacado, las mejoras sociales y medioambientales, la economista subrayó que el rápido desarrollo de China en las últimas décadas ha tenido como efectos negativos una mayor desigualdad y graves deterioros ecológicos.
"La desigualdad perjudica el crecimiento sostenido, y aumentar las oportunidades en educación, cuidado de la salud y servicios financieros ayuda a reducirla", afirmó, antes de destacar también que un mayor papel de la mujer en el tejido productivo puede contribuir en la misma dirección.
Lagarde también dio en su alocución una visión de la situación económica global, que en su opinión "se recupera lentamente, aunque el crecimiento continúa siendo demasiado débil y desequilibrado".
El FMI predijo que en 2014 la economía mundial crecerá un 3,7%, frente al 3 por ciento de 2013, una leve mejoría influida por la recuperación de economías más desarrolladas como EE.UU., "apoyada en una robusta demanda privada", Japón y su "Abenomics" (reformas monetarias para el estímulo de la exportación) o la Unión Europea.
En Europa, aseguró, se vive una modesta recuperación, "más fuerte en los países centrales que en el sur", mientras que a nivel global siguen existiendo riesgos derivados de "viejos problemas" como una reforma incompleta del sector financiero, grandes endeudamientos de Estados, alto desempleo y creciente desigualdad.
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