Ayer juraron los nuevos parlamentarios, entre ellos, la “bancada estudiantil”
por t. baeza y v. fuentes
Tras el juramento de ayer de los nuevos parlamentarios, la nueva conformación de la Cámara de Diputados destacó por su mayoría oficialista y la participación de los ex dirigentes estudiantiles.
En la Cámara Baja, cuatro ex líderes de los movimientos que se iniciaron en 2011 se integraron al parlamento en medio de la incertidumbre por su eventual apoyo a reformas educacionales de Bachelet. Ellos son Giorgio Jackson, Gabriel Boric, Camila Vallejo, y Karol Cariola, quienes conforman la llamada “bancada estudiantil”. Los independientes de Revolución Democrática (Jackson) y la Izquierda Autónoma (Boric), junto con las dos diputadas PC, serán votos claves para llevar adelante u obstaculizar, las reformas emblemáticas que promete Michelle Bachelet, especialmente en materia educacional. El programa de la nueva administración ya ha sido criticado por los ex líderes por su ambigüedad en torno al lucro y a la fórmula para avanzar hacia la gratuidad.
En total, fueron 41 los nuevos diputados que asumieron ayer en el Congreso.
Por otro lado, en el Senado destacó que la presidencia será ocupada por primera vez en la historia por una mujer, en este caso la socialista Isabel Allende. Ella afirmó que como Nueva Mayoría se debe lograr un compromiso para sacar adelante el programa comprometido por Michelle Bachelet, por lo que indicó que el Senado “es un espacio articulador, de diálogo y por lo tanto, siempre trabajaremos mayorías y minorías, que por algo también han sido elegidas y están representando la soberanía popular”.
Pese a esta disposición de la nueva titular de la Cámara Alta, aún hay temas pendientes como la definición de la presidencia de las diversas comisiones de la Cámara. Mientras la Alianza exige tener la presidencia de 25 comisiones, la Nueva Mayoría le ofreció 14. Si bien el número es bastante menor al que busca la Alianza, la Nueva Mayoría, a pesar de tener la facultad de imponerse, entregaría estas comisiones como acto “democrático” y para mantener buenas relaciones.
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