La ciudad costera de Recife, en el noreste de Brasil, dijo que no pagará la Fan Fest del organismo, un centro de transmisión al aire libre para aficionados sin boletos, en el evento de este año.
Los organizadores del Mundial de Fútbol, que ya consideran desechar un estadio brasileño debido a trabajos incompletos, sufrieron un nuevo revés en otra sede.
La ciudad costera de Recife, en el noreste de Brasil, dijo que no pagará la Fan Fest de la FIFA, un centro de transmisión al aire libre para aficionados sin boletos, en el evento de este año. Las zonas para aficionados se popularizaron durante el Mundial de 2006 de Alemania y atraen miles de visitantes, lo que brinda a los auspiciantes del organismo que rige el fútbol una oportunidad para promocionar sus marcas.
El secretario del Mundial de Fútbol de Recife, George Braga, dijo que la ciudad no puede gastar los 11 millones de reales (US$ 4,6 millones) –menos que la estimación inicial de 20 millones de reales- necesarios para el evento. La decisión se produce en momentos de gran indignación pública respecto de la cantidad de dinero que se gasta en eventos deportivos en un país que tiene malos servicios de salud y educación. Braga dijo que la Fan Fest podría realizarse si la financian inversores privados.
"Recife está a favor de la realización del Mundial de Fútbol y está dispuesta a contribuir de toda forma posible", declaró Braga a la prensa. "Pero hemos estado pensando en la Fan Fest y hemos llegado a la conclusión de que no podemos asumir los costos solos".
La FIFA dijo que había trabajado en estrecha relación con las ciudades sede para asegurar que los costos de organizar una Fan Fest no excedieran un mínimo.
"La FIFA proporciona un importante apoyo financiero en lo que respecta a todo el equipamiento de infraestructura para el evento, lo que comprende una pantalla de primera calidad, escenario, sonido e iluminación, y promociona cada ciudad sede ante el público internacional del Mundial de Fútbol de la FIFA", dijo el organismo deportivo en una declaración que difundió por correo electrónico.
Inicio el 12 de junio
La conflictiva preparación de Brasil para el Mundial aún podría sufrir su momento más incómodo: la FIFA dará a conocer mañana su decisión respecto de la capacidad de la ciudad de Curitiba, en el sur del país, para ser sede de partidos.
La construcción del estadio de la ciudad está retrasada, lo que llevó a la FIFA a crear una comisión especial para evaluar si puede estar preparado a tiempo para el 12 de junio, cuando comienza el torneo.
Reprogramar partidos
Un funcionario de Curitiba dijo la semana pasada que el estadio estaría listo para el 30 de abril, seis semanas antes del inicio del campeonato. Si se decide retirar la Arena da Baixada de Curitiba de la lista de 12 sedes, los organizadores tendrán que reprogramar los cuatro partidos de la ciudad y reasignar los boletos, varios miles de los cuales ya están vendidos.
El gasto de Brasil es de más de 8.000 millones de reales en estadios para el evento, que consta de 64 partidos, y 18.000 millones más en infraestructura relacionada, buena parte de la cual no estará lista a tiempo. Es probable que los aficionados que asistan a los partidos en la región agrícola de Cuiaba vean una zanja que comienza en el aeropuerto de la ciudad y se extiende varios kilómetros en la ciudad. Forma parte de un proyecto de ferrocarril ligero para el Mundial que no se completará hasta mucho después del evento.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, criticó en enero a Brasil por su retraso en los preparativos para el Mundial luego de que se lo designara sede en 2007.
"Brasil acaba de tomar conciencia de lo que significa organizar un Mundial de Fútbol", dijo Blatter al diario suizo 24 Heures. "Empezaron demasiado tarde. Es el país que más se ha retrasado desde que estoy en la FIFA, y el que más tiempo ha tenido –siete años– para prepararse".
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