2014/02/14

Rabié supera los $ 4.000 millones en ingresos y en marzo lanzará licitación para venta

La firma ya estaría en búsqueda de un banco de inversión que lidere el proceso. Mientras, la distribuidora ya tiene una base de clientes cercana a los 16 mil.


Por Miguel Bermeo T.

Poco a poco la distribuidora Rabié comienza a salir adelante, dentro del proceso de quiebra en el que está sumida. Según cercanos, aunque los resultados al cierre de 2013 fueron magros, debido a que la operación se estaba retomando, en enero las ventas ya sumaron sobre $ 4.000 millones, anticipando el cumplimiento de las metas que se impuso el síndico, Herman Chadwick.

De hecho, el próximo mes ya se anticipa que Rabié alcance un Ebitda de equilibrio en torno a 
$ 4.600 millones, con lo que la venta de la distribuidora se enfrentará con números más auspiciosos. Esto, según el plan de negocios trazado por Chadwick en la junta de acreedores de octubre.

Por lo mismo, de acuerdo con conocedores del proceso, el síndico habría cambiado de parecer respecto del proceso de venta de la distribuidora. Si antes anticipaba que esto se realizaría durante marzo o abril, ahora que tiene varios interesados, los planes son lanzar un proceso de licitación por Rabié a mediados del próximo mes.

Para esto, ya estarían en conversaciones para contratar un banco de inversión que lidere el proceso. Respecto de cuáles serían las fechas en que se presentarían las ofertas, aún no está definido, puesto que el síndico está confiado en los números que está comenzado a dar la firma, porque Rabié tendría continuidad de giro hasta octubre, dejando varios meses para el proceso.

En todo caso, Chadwick seguiría apostando a recibir más de US$ 40 millones por la distribuidora, sobre todo con los resultados que están comenzando a ver. Una vez que eso ocurra, Rabié estará en condiciones de pagar sus acreencias, dicen entendidos.

Mejoras en la operación


Por lo pronto, la distribuidora sigue en su plan de mejoras operacionales. Así, además de achicar la zona geográfica en la que opera, quedando sólo entre Vallenar y Chiloé, se han asegurado de que en el día a día cada pieza del engranaje funcione. Por lo mismo, ahora funcionan mayormente con el centro de distribución de Santiago; mientras que el de Chillán lo hace a menor escala, a la espera de que sea regresado al Banco de Chile.

Entre otras de las medidas que han tomado, cuentan cercanos, está pagar a transportistas a tiempo, mismo caso de los sueldos de los trabajadores y proveedores.

Sumado a eso, en Rabié aseguran que como una forma de mejorar los indicadores, se ha ajustado el número de pedidos por camión, se han rediseñado sus rutas para ser más rentables, mientras que se ordenaron los incentivos variables de los trabajadores.

Producto de todo de lo anterior, se ha elevado el monto promedio de los tickets, el que ya se encuentra en $ 75 mil; mientras que la base de clientes ya está en unos 16 mil –acercándose a la meta a la que aspiran de 21 mil-, y los proveedores superan la treintena.

En lo único que hubo algo más de trabajo fue en el sistema de financiamiento, aunque eso ya está resuelto. Los factoring se estarían pagando a sesenta días y las líneas de crédito ya están aumentando.

Por lo mismo, reconocen cercanos a la empresa, hoy las cosas están funcionando bien en la distribuidora, lejos de la situación que se vivió el año pasado, cuando la operación se detuvo por dos meses y había incertidumbre respecto del futuro de la compañía.

Otro aspecto que se ha resuelto durante el tiempo en que Chadwick se ha hecho cargo de la operación, es que se llegó a acuerdo con las compañías de seguro por el incendio que afectó a las bodegas de la compañía tras el terremoto de 2010. De acuerdo con entendidos, la distribuidora recibió 153 mil UF, unos $ 3.500 millones, los que fueron destinados en su totalidad a pagar a los trabajadores.

La quiebra


Más de un año estuvieron los dueños de Rabié, la familia del mismo nombre, en distintas conversaciones para el ingreso de un socio, pero, finalmente, a inicios de octubre de 2013, la distribuidora inició el proceso para declararse en quiebra, luego de que la última negociación que mantenían no llegó a puerto. 

Desde que fracasó el intento de asociación con la familia Said Handal, tanto la operación como encontrar un nuevo inversionista se hicieron cuesta arriba. Y a pesar de que hubo conversaciones con otros interesados, el precio fue la principal piedra de tope en el proceso. Todas las razones que sostuvieron la solicitud tienen como origen el terremoto de 2010. “(Tras él) se produjo el incendio y destrucción de las bodegas de Rabié, ubicadas en Chillán Viejo, además de producirse cuantiosos daños en las oficinas de la administración central, lo que produjo su inhabilidad por un periodo muy relevante de tiempo”, señala el escrito de solicitud de quiebra.

“Los efectos de estos daños fueron millonarios, ya que generaron gastos extraordinarios, pérdidas y un importante aumento del nivel de endeudamiento de Rabié, (...) todo lo cual se tradujo en un deterioro progresivo y cada vez más profundo de la situación financiera y económica”, agrega.

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