Desde
Buenos Aires, Argentina
A
lo largo de la historia, el mes de enero ha sido generalmente un buen
predictor de la performance de las bolsas en todo el año. Así, cuando el
primer mes del año finaliza con retornos positivos, en más del 70% de los
casos el mercado acumula alzas durante el transcurso de los 11 meses
posteriores.
La regla también es aplicable cuando el rendimiento de enero es negativo. Y
en 2014, las dos primeras sesiones bursátiles han terminado en rojo para el
índice de acciones estadounidenses S&P 500.
Todavía
es demasiado prematuro determinar una tendencia. Han pasado apenas dos días
de negociaciones, pero los inversores muestran mayor cautela al momento de
realizar operaciones bursátiles. En cierta medida es lógico este comportamiento
al considerar que las ganancias obtenidas en 2013 han sido superiores al
20%.
Una buena estrategia sería mantenerse al margen del mercado, esperar una
corrección y luego volver a ingresar a precios más baratos. Esto suena muy
atractivo, pero una cosa es pensarlo y otra muy distinta es poder
ejecutarlo correctamente, con el timing necesario y que efectivamente la
bolsa confirme en la realidad ese movimiento que imaginamos en la teoría.
Pero no sólo el inversor es el que exhibe menos confianza en el corto
plazo. También actúan en ese sentido los analistas y los estrategas del
mercado, según un relevamiento de la consultora financiera FactSet. El primer
grupo de profesionales espera, en promedio, que el S&P 500 muestre un
alza de apenas 4,8% durante los próximos doce meses. En contraste, los
estrategas esperan una caída de 2,3% del índice para el mismo período.
No podemos considerar estas proyecciones como verdades reveladas, pero está
claro que nos están indicando un deterioro en las expectativas de los
participantes del mercado de cara al futuro.
Hecha la introducción a este tema, a continuación le presentaré tres
señales claras de por qué, según mi opinión, una corrección del mercado de
acciones estadounidense parece irreversible:
Las acciones no
están baratas por sus ganancias
Uno de los ratios que con mayor frecuencia utilizo es el que surge de la
relación Precio / Ganancia (P/G) ya que tiene la bondad de ser simple de
calcular y, además, da una idea rápida de la sobre o subvaluación de una
empresa respecto a otras de una misma industria.
Cuando uno aplica el ratio P/G para el índice S&P 500, considerando las
500 empresas que lo confirman, observamos que el valor se sitúa en 19,4
veces que compara con el 15,5 veces promedio que operó el índice a lo largo
de su historia.
Esto indica que, en promedio, el inversor está pagando un prima de 25% por
las ganancias de una compañía, algo que no puede mantenerse por mucho
tiempo más.
¿Cómo se corrige esta situación?
Hay dos caminos. O las ganancias de las empresas suben fuertemente o los
precios de las acciones caen desde los niveles actuales.
En ambos casos, cualquiera de estos movimientos hará converger el ratio P/G
del índice a sus valores promedios históricos. Desde ya que la forma en que
se dé la convergencia tiene suma importancia para el inversor.
Si son las ganancias de las empresas las que operan, será positivo. Si, en
cambio, la convergencia proviene de la caída de precios, el inversor se
verá fuertemente golpeado. Y esto creo es lo que sucederá…
El retorno del
dividendo es pobre
Uno de los atractivos de invertir en acciones es que muchas de ellas
otorgan dividendos en efectivo, permitiendo a los inversores disponer de
una renta periódica adicional que funciona como una suerte de interés de un
bono.
A pesar de que las empresas han venido incrementando considerablemente el
monto destinado a la distribución de dividendos en efectivo, la tasa de
rendimiento de dichos dividendos ha venido cayendo.
El dividend yield, que es el ratio determinado por el cociente entre el
dividendo pagado y el precio del activo, se ha deteriorado por el ritmo de
apreciación de dichos activos. Esto ha provocado que la tasa de retorno del
dividendo del índice S&P 500 caiga a tan solo 1,88%, muy por debajo del
4,4% promedio histórico.
Nuevamente, en el tiempo, esta distorsión tenderá a corregirse. Con un
margen más limitado para seguir incrementando el monto distribuido en
dividendos por parte de las empresas, el camino más probable para un
incremento del dividend yield del S&P 500 es una caída en el precio de
las acciones.
La amenaza del
Treasury
Finalmente, el tercer riesgo que detecto para justificar una caída en el
precio de las acciones es la movida que hizo la Reserva Federal en
diciembre último.
La confirmación del retiro de los estímulos monetarios a partir de este mes
ha consolidado la tendencia alcista de la tasa de rendimiento del Tesoro de
10 años, la cual se ubica en torno al 3%.
Si bien no espero que haya una aceleración marcada en el corto plazo, la
mayor aversión al riesgo y una salida de fondos de los mercados accionarios
puede generar un ajuste aún mayor en las tasas de rendimiento.
Y si sube la tasa de rendimiento, la presión sobre las acciones se puede
acrecentar.
Entonces, la caída de las acciones, ¿implicará falta de oportunidades de
inversión para este 2014?
NO.
Hay dos caminos para beneficiarse de la volatilidad y la caída de precios.
El inversor puede actuar comprando puts
u opciones de venta de manera tal que con un pequeño desembolso
de dinero pueda proteger sus inversiones o ganar mucho dinero si la caída
del mercado es pronunciada.
Otra alternativa es la de las inversiones en ETFs inversos, que se
capitalizan a medida que un activo pierde valor.
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Un saludo cordial.
Diego
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