"Si las personas están muy angustiadas y se sienten inseguras en lo económico, su rendimiento en el trabajo se ve afectado", dijo Isabel Sawhill, economista de la Brookings Institution de Washington.
Olivia Solís se hace las mismas dos preguntas todas las mañanas: "¿Cómo vamos a pagar el alquiler? ¿Qué comida vamos a preparar con los alimentos que tenemos?".
Esta madre de tres hijos desempleada dijo que las respuestas fueron más difíciles de encontrar este mes, cuando se recortó el programa de bonos para alimentos de los EE.UU. Estas inquietudes también preocuparon a su marido mecánico, Gumecindo, que enviaba mensajes de texto desde su trabajo con ideas de cómo podían ganar algo más de dinero, por ejemplo, limpiando casas o ayudando a la gente a mudarse.
"Cuando me manda mensajes como esos, sé que no deja de pensar", dijo Solís, de 34 años, que vive en Richland, Washington. "Sé que no está trabajando con todo su potencial porque todo el tiempo piensa '¿Qué más podemos hacer?'"
Las personas que están preocupadas por cubrir sus necesidades vitales son menos capaces de concentrarse en resolver problemas o ser más creativas. Ese estrés, que se ve exacerbado por los recientes recortes de los servicios sociales, limita la producción actual y potencial de los adultos y los niños, colándose en todo, desde las ganancias y los dividendos de las empresas, hasta la remuneración de los trabajadores y el espíritu emprendedor.
"Si las personas están muy angustiadas y se sienten inseguras en lo económico, su rendimiento en el trabajo se ve afectado", señaló Isabel Sawhill, miembro senior de estudios económicos de la Brookings Institution de Washington. "Y si a los hijos de familias de bajos ingresos no se les da la oportunidad de ascender en la escala social, vamos a seguir teniendo muchos problemas sociales y baja productividad. Esto afecta a todo el mundo".
Reducciones de presupuesto
El gasto en el Programa de Asistencial de Nutrición Complementaria, comúnmente conocido como bonos de alimentos, se redujo en US$ 5.000 millones este mes, cuando se permitió que venciera un aumento temporal del financiamiento. La reducción es una de muchas en medio de una ola de austeridad federal que eliminará 1,5 puntos porcentuales del producto interno bruto este año, según los cálculos de Jim O'Sullivan, economista estadounidense jefe de High Frequency Economics de Valhalla, Nueva York.
Los legisladores estadounidenses no se pusieron de acuerdo en un plan para reducir el déficit del presupuesto federal meses atrás, lo que hizo que el 1º de marzo comenzaran a aplicarse recortes automáticos de gastos en todos los rubros, algo que incide en toda la economía. Otra tanda de reducciones forzosas, o secuestro, comenzará el 15 de enero si los funcionarios tampoco logran ponerse de acuerdo esta vez.
El gasto federal en bonos para alimentos aumentó a más del doble en los últimos cinco años. El grueso de ellos se gasta en minoristas como Wal-Mart Stores Inc. y Kroger Co.
Los miembros de una comisión bicameral están analizando las normas que establecen los requisitos para recibir bonos de alimentos mientras concilian diferentes versiones de un proyecto de ley que fijaría la política agrícola de los próximos cinco años. Ambas iniciativas reducirían el gasto en bonos de alimentos, principalmente modificando quiénes pueden ser beneficiarios.
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