En conversación con ESTRATEGIA, el decano de la facultad de economía y negocios de la U. del Desarrollo, señaló que casos como La Polar, Cascadas o las triangulaciones de SMU, nos recuerdan que los estándares de nuestro país deben ser muy superiores.
—¿Cuánto afectan a nuestra economía casos como el de las “cascadas”?
—La SVS ha investigado de manera profunda y en un oficio de más 300 páginas logra analizar cuáles han sido los mecanismos por parte de las cascadas y otros actores para incumplir cierto marco legal. Esa es una buena señal. Pero es un caso complejo, y hay que expresar con el máximo énfasis que no podemos esperar que nuestro sector empresarial sólo cumpla el marco legal.
—¿Cómo se puede avanzar al respecto?
—Chile está en una segunda etapa de desarrollo, somos un país de ingreso medio y aspiramos a ser desarrollados, y por tanto la auto imposición del sector empresarial respecto a normas éticas hoy se hace aún más necesario. Es evidente lo que digo, pero no es tan claro dado lo que hemos visto en la investigación de la SVS respecto al cuadro que se dio y la vulneración de derechos de accionistas minoritarios que se podría estar generando. Entonces, es un caso complejo, pero como corolario yo diría que en este tema y otros, como La polar, se hace necesario enfatizar por parte del empresario una mayor autocritica...
—¿Incluyendo las triangulaciones de SMU?
— También. Se requiere que todos los estándares sean muy superiores desde el punto de su autocontrol o autorregulación. Y evidentemente, fortalecer los mecanismos de fiscalización que tiene Chile, en superintendencias, etc.
Un 2014 Más Moderado
—¿Cómo ve a la economía del país?
— Es una economía bastante sólida, tiene pilares fundamentales en la parte macro que nos permiten estar con algún tipo de blindaje a los ciclos económicos internacionales, sobre todo economías emergentes, que para el próximo año se ven con algunas dificultades. Y la esperanza es que haya un enroque hacia las desarrolladas.
—¿Cómo ve las usuales especulaciones frente a China?
— China como modelo de desarrollo ha estado muy anclado al ahorro nacional y a una inversión muy fuerte en infraestructura, equipamientos, porque habían brechas muy importantes, y queda un horizonte muy largo para seguir cerrando esas brechas. Va a ir de a poco transitando desde la demanda agregada a un mayor balance, pero va a ser paulatino. Yo no veo peligro respecto a China, porque su pilar de desarrollo va a seguir siendo la inversión, pero se va a ir sustituyendo por un mayor consumo. Vamos a empezar a ver cifras más cercanas a entre 7% y 8,5%, no creo que vaya a bajar de eso.
—¿Hacia dónde ve el precio del cobre?
— Gradualmente debería tender a la baja, porque hay ciertos proyectos mineros en el mundo que se van a empezar a ejecutar y producir, y por tanto hay un efecto oferta que puede tener consecuencias en el mediano y largo plazo. En términos fiscales hay efectos también por las utilidades, pues los costos asociados al factor energético están llevando a que los márgenes sean cada vez menores.
—¿Cuánto espera que crezca el país este y el próximo año?
—Para este año 4,1% y en 2014 más cerca de 3,2% Esto está muy vinculado a la desaceleración de economías directamente relacionadas a Chile, como Brasil, China, EE.UU. y Europa. La volatilidad de esos mercados nos va a afectar.
—¿Por qué una estimación tan pesimista?
— Porque no veo grandes cambios en los factores del crecimiento. En la productividad, más allá de que el último año haya habido un cambio de tendencia, no volveremos a la época entre el 88 y 98. En 4 años tampoco veo grandes cambios en mano de obra; esperamos una tasa de desempleo para el próximo año más cerca del 9%, muy vinculado a que ciertos sectores se van a desacelerar, como construcción e industria. Hay pesimismo en los índices de confianza empresarial. El IPSA tampoco debería ser muy positivo, visualizamos una caída de 5 puntos en 2014.
—¿Qué evitaría este hipotético escenario?
— Acá hay una gran oportunidad para tener un consenso en la inversión de capital humano. Si uno mira los países exitosos blindados a la volatilidad y crisis financieras, como Alemania, ve a sociedades que han confiado fuertemente en la educación técnica, profesional y en la inversión de capacitación y entrenamiento en el trabajo. Tenemos tasas de participación laboral muy bajas. Ahí hay un espacio muy relevante. Con todo, no creo que vayamos a tener una maldición desde el punto de vista de caer en nuestros ingresos. Somos un país de ingreso medio ad portas de ser desarrollado, pero ese salto es el más complejo.
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