Perfil de riesgo y personalidad: no es lo mismo

La vida y la inversiones, parecidas pero distintas

José Santomingo
	Si bien el interés y conocimiento sobre materias financieras ha ido en aumento, invariablemente las personas confunden  personalidad con perfil de riesgo. Acá tratamos de separar la paja del trigo.

Es común que muchos piensen que es lo mismo, pero es algo significativamente diferente.  La personalidad se vincula con la diferencia individual que constituye a cada persona y que la distingue del resto gracias a un conjunto de características o cualidades originales que la destacan. En cambio, el perfil de riesgo busca determinar la "tolerancia" de cada uno al enfrentar la decisión de en qué invertir sus ahorros.

El comportamiento de la mayoría de las personas al momento de invertir se aleja de lo que ellos pensaban de sí mismos, creyendo que una personalidad propensa a realizar actividades consideradas riesgosas también tendría una vocación similar al decidir sobre sus inversiones financieras.

Por ejemplo, un domador de leones o una persona que practica deportes extremos no es necesariamente igual de arriesgado a la hora de invertir.

Es entonces de gran importancia saber cuál es nuestra "tolerancia al riesgo", definida como el grado de variabilidad de los retornos de la inversión (pérdidas y ganancias) que cada individuo está dispuesto a soportar. En otras palabras: qué porcentaje máximo de nuestros ahorros estaríamos dispuestos a perder, o podemos soportar perder, si nuestras inversiones atraviesan por uno o más años de pérdidas. Nos pueden gustar las montañas rusas, pero no por eso estamos dispuestos a que nuestras inversiones se comporten de igual forma.

Esta tolerancia al riesgo varía de persona a persona independientemente de su personalidad, la que tiene más que ver con las actividades que practicamos, en especial en nuestro tiempo de ocio, en donde ejercemos nuestra libertad de elegir entre múltiples actividades que podemos realizar.

Ahora, ¿qué factores influyen en el "perfil de riesgo"?

Si bien cada persona es diferente, en términos generales los factores más  determinantes son:

Plazo de la inversión: Se trata del periodo más probable en el que mantendremos nuestra inversión sin necesidad de usar estos ahorros para otros fines. A mayor plazo, mayor es el riesgo que deberíamos estar dispuestos a tolerar en nuestras inversiones.

Estabilidad de sus ingresos: Son los recursos monetarios de los que disponemos periódicamente (sueldos, honorarios, pensiones, arriendos de propiedades u otras fuentes de ingresos) que nos permiten cubrir nuestras necesidades sin tener que recurrir a nuestros ahorros. Cuanto más estables y previsibles son nuestros ingresos, mayor es el riesgo que deberíamos estar dispuestos a asumir en nuestras inversiones

Edad al momento de invertir: Cuanto más jóvenes, mayor es el riesgo que deberíamos asumir con nuestros ahorros.

Grado de conocimiento y experiencia en materias financieras: A mayor conocimiento y experiencia en materia de inversión y del mercado de capitales, mayor debería ser el nivel de riesgo que deberíamos soportar en nuestras inversiones

Objetivo de su ahorro: Todos ahorramos con un propósito. La pregunta es cómo nos impactará no cumplir con este objetivo que nos hemos impuesto. Mientras menores consecuencias personales negativas tuviera el hecho de no alcanzar la meta propuesta, mayor será el riesgo que deberíamos asumir.

Porcentaje del patrimonio: Debemos saber sobre qué parte de nuestro patrimonio total estamos tomando la decisión de invertir. Cuanto mayor sea el porcentaje de nuestro patrimonio que estamos invirtiendo, menor es el riesgo de deberíamos asumir.

PARTICULARIDADES

Sin embargo, estos factores no pretenden ser los únicos y dependen de la situación particular de cada persona. A su vez su ponderación, es decir, la importancia relativa de uno respecto de otro, no es idéntica para cada persona.

Conocer nuestro perfil de riesgo es esencial y fundamental a la hora de invertir nuestros ahorros para saber cuál es nuestra tolerancia al riesgo. Esta auto-evaluación nos permitirá distribuir nuestra inversión en una adecuada proporción entre las distintas clases de activos financieros y nos impedirá pasar muy malos ratos, sobre todo si sobre-invertimos, dentro de nuestro portafolio, en activos de mayor riesgo que nuestra propia tolerancia.

Es por ello que la diversificación es el factor más importante en materia de inversiones, la que debe ser consistente con nuestro perfil de riesgo.

Saludos,

José.

NdR: José Santomingo es Director de Fondos Online y columnista de la revista Inversor Global.