El camino a la perdición es más simple de lo
que parece
![]() Felipe Ramírez |
|
|
Las decisiones
de cada país y sus habitantes fueron marcando a fuego el tránsito actual de
hispanos y germanos. Cómo caer en la trampa del dinero fácil que después pasa
la cuenta.
|
Si hay algo que no me gusta en este mundo es hacer filas.
Entonces, para evitar a los turistas, el domingo me levanté temprano y llegué, a la hora de la apertura, al Museo d'Orsay, donde se encuentra una de las mayores colecciones de pintura impresionista del mundo.
Ahí estaban todos. Monet, Degas, Gauguin...
Y ahí estaba yo, dándome un baño de cultura, contemplando con mis propios ojos lo que hasta hace un par de días sólo había visto en fotografías, cuando escucho el inconfundible acento de la patria.
Una pareja ya en sus sesentas, comentando sobre el diseño de unas sillas de la sección de arte decorativo.
"¿Chilenos? ¿Celebrando el 18 en París?", pregunto.
"¿Chileno?", me responden. "Sí, acá estamos, con la familia". Y en cuanto terminan de decirlo, aparecen su hija y sus dos nietas.
¿Qué me llamó la atención? Básicamente, que no se trataba de la típica familia de clase alta que se viene de vacaciones todos los años a Europa, con historia de colegio bilingüe y casa de verano en Cachagua. No, en este caso, era una familia que, creo que sin riesgo de perder la apuesta, podría encajar perfectamente en comunas como Maipú, La Florida o San Miguel. Que la pelearon. Y la pelean.
"A mil cuotas lo sacamos", me dijeron en un momento, "así no duele tanto". Yo no les dije nada, claro, pero para mis adentros pensé en lo peligroso que era lo que estaban haciendo.
Una experiencia que, pienso, sirve muy bien para explicar buena parte del Chile de hoy...
La noche anterior había cenado en casa de una amiga. Habíamos varios chilenos, donde casi todos eran estudiantes de maestría o doctorado producto del programa de Becas Chile. También había franceses, y una pareja de españoles. Unas diez o doce personas en total. Estuvimos varias horas en la mesa, hablando de lo humano y lo divino.
Aunque más de lo humano que de lo divino, la verdad.
Entonces, cuando escuché la frase de las "mil cuotas" en el museo, se me vinieron rápidamente a la cabeza algunas de las historias que me había contado el español la noche anterior, que a diferencia de casi toda la mesa -becada-, se había venido buscando mejores oportunidades laborales.
"El problema de España fue creer que las cosas iban a durar para siempre, y apalancarse sin control", me había dicho el español, un ingeniero que se había venido, solo, para hacerse cargo de la oficina unipersonal que su empresa tenía en París. Había salido, en el fondo, a buscar a los inversionistas que hace rato habían dejado de llegar por sus propios medios a Barcelona en busca de oportunidades de desarrollos inmobiliarios.
Con eso en mente, la alegría de la familia chilena -que por primera vez había salido en un viaje como éste- se fue deformando hasta hacerse, incluso, macabra.
Como el autorretrato de Van Gogh que acababa de ver hace unos minutos, me dio la sensación de que una extraña tormenta se cernía sobre ellos...

¿Qué va a pasar cuando la fiesta se acabe?
LA TENTACIÓN DE LOS EXTREMOS
La noticia que acaparó las portadas de ayer lunes fue, sin dudas, el triunfo de la Democracia Cristiana alemana en las elecciones legislativas del domingo. Y más que un análisis profundo que usted, lector, puede revisar en otro lugar, me gustaría hacer un pequeño comentario sobre el enfoque que le dio el diario francés Le Monde al asunto:
Angela Merkel o el triunfo del centrismo en la política
Prudente, pragmática, sin detenerse en la conquista de los consensos, la Canciller encarna a su país, Alemania, frente a la tentación de los extremismos.
Es tan simple como eso. No se trata de una austeridad total, como proponen algunos, sino de encontrar el equilibrio entre el ahorro y el gasto. Porque la expresión "no vivir más allá de las propias posibilidades" no significa no pedir un peso de crédito, sino que pedirlo de forma consciente, estudiando si pagarlo está dentro de nuestras posibilidades.
Según una encuesta del Centro de Estudios Públicos citada este domingo por Vittorio Corbo en su columna semanal en El Mercurio, sólo el 8% de los chilenos cree que el país está en decadencia, contra un 42% que piensa que vamos "pum, para arriba".
Entonces, repito, de lo que se trata es de no dejarse llevar. Los alemanes han demostrado que, siendo ordenados con sus cuentas, son el país europeo que mejor parado está enfrentando la crisis. Y el pueblo alemán está dando un voto de confianza a la líder que mejor ha sabido navegar en las aguas turbulentas.
Y los resultados del otro lado están a la vista. La fiesta española terminó en desastre, con desempleo récord y una fuerte fuga de cerebros que está saliendo al mundo a buscar mejores oportunidades. Sin ir más lejos, las calles de Santiago son testigo de esa migración...
En España, hasta hace poco, no había ningún newsletter de inversiones de Agora Financial, la casa editorial socia de Inversor Global. Ahora, tal vez un poco demasiado tarde, existe IG España. En Alemania, en cambio, Investor Verlag cuenta con una larga historia y miles de seguidores en el país teutón. Miles de personas que dijeron, hace mucho tiempo, "yo me haré cargo de mi futuro".
Hoy, en Chile, usted tiene esta posibilidad.
La decisión es suya.
Para profundizar en estos temas sólo debe ser miembro de la Comunidad IG. Es muy sencillo. Para saber de qué se trata, lo invito a hacer click acá.
Saludos,
Felipe.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario