2013/05/15

Holanda podría convertirse en la mayor amenaza para la estabilidad del euro

El colapso del sector inmobiliario amenaza con arrastrar al sistema financiero y por esta vía a toda la economía.

Por Ignacia Saavedra D.


Holanda, una nación tradicionalmente considerada como una de las más prósperas y estables de Europa, está ahora en riesgo de repetir los mismos tropiezos económicos que han sufrido Grecia, Irlanda y Portugal, convirtiéndose así en una amenaza para la estabilidad de la eurozona.

Reconocido como un socio responsable y miembro fundador de la Unión Europea, es una pieza clave dentro de su composición y un activo defensor de la integración basada en el euro. Hasta hace algunos meses era, además, el gran aliado de Alemania en la imposición de la austeridad como respuesta a los problemas que afectan al continente.

Sin embargo, el panorama ha cambiado drásticamente, a medida que la recesión se prolonga y profundiza. 

Holanda es el primer país del centro de la zona euro en verse arrastrado por una crisis que hasta ahora había impactado mayoritariamente a las economías de la periferia europea, aunque muchos analistas apostaban que Francia sería más vulnerable debido al su alto desempleo y los recortes fiscales. 

Holanda es además un ejemplo de una economía en crisis que siguió todas las reglas impuestas por la Unión Europa, a diferencia de los colapsos en países como Grecia, que mintió sobre sus cuentas fiscales, Italia, que arrastraba un elevado nivel de deuda desde antes de integrarse al euro, e Irlanda, que dejó que su mercado inmobiliario creciera sin control.

El gobierno holandés enfrenta ahora su tercera recesión desde 2009 y no ha sido capaz de cumplir el límite de déficit de la Unión Europea del 3% del Producto Interno Bruto desde entonces, pese a los recortes y medidas de austeridad impuestas por el gobierno desde octubre.

El país está sufriendo un círculo vicioso difícil de romper, con un aumento constante del desempleo y los ingresos fiscales en descenso, que conducen a planes aún más austeros y medidas de recorte que provocan mayor pérdida de puestos laborales.

Burbuja inmobiliaria


Los tipos de interés bajos, que respondían sobre todo a las necesidades de la economía alemana, y mucho capital barato generaron una burbuja inmobiliaria y una explosión de la deuda.

Desde el lanzamiento de la moneda única los precios de las viviendas en Holanda se duplicaron, transformándose en uno de los mercados más sobrecalentados del mundo. Pero tras el estallido de la burbuja los valores se han desplomado con la misma velocidad que se vio en Florida, cuando el auge inmobiliario estadounidense colapsó.

Actualmente los precios están 16,6% más bajos que en el peak de la burbuja en 2008 y la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios predijo que aún caerán 7% más hacia fines de año.

Contagio al resto de la economía


Altamente expuestos a la crisis inmobiliaria, la deuda de los hogares asciende a 250% de la renta disponible, más que en Irlanda y 2,5 veces el nivel de Grecia. En España, por ejemplo, este índice nunca ha superado el 125%.

Y esto, en momentos en que el desempleo va en ascenso. Con 643 mil personas sin trabajo, la desocupación se duplicó en los últimos dos años a 8,1%, su mayor nivel en 18 años. Y aunque todavía no está entre las mayores de Europa, la tasa está aumentando más rápido que en Chipre, la pequeña economía que tuvo que ser rescatada.

Y los bancos holandeses también están expuestos a la debacle inmobiliaria, con más de 650 mil millones de euros vinculados al sector.

El colapso del sector inmobiliario amenaza así arrastrar al sistema financiero y por esta vía a toda la economía.

La caída de los precios de las viviendas, el aumento de la deuda estatal y la vulnerabilidad del sistema bancario fueron factores clave para que la agencia de calificación crediticia Fitch rebajara en febrero su perspectiva de estable a negativa, aunque mantuvo su nota triple.

La Comisión Europea proyecta que la inflación no disminuiría este año, aunque se estabilizará en torno a 2,8%, antes de retroceder a más de 1,5% en 2014.

¿El final del euro?


En medio de la crisis griega, no fueron pocos los economistas y autoridades que advirtieron que Atenas podría verse forzada a abandonar la moneda única. El peligro, que fue advertido en su momento por la propia canciller alemana Angela Merkel, es que esto provocaría un efecto dominó, y que a medida que otros países buscaran escapar, el bloque terminaría por colapsar.

Aunque estos temores hasta ahora no se han cumplido, los riesgos son mucho más elevados en el caso de Holanda. Según algunos expertos, si uno de los principales miembros fundadores termina por colapsar, las probabilidades para la subsistencia y la mantención de la estabilidad financiera de toda la eurozona se verán amenazas.

Francia, España e Italia se mantendrán al igual que Holanda en un período de recesión durante 2013, mientras que sólo Alemania (mayor economía de la zona euro) crecerá durante el año, según informó la Comisión Europea.


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