2012/12/01

Dos empresarios -uno peruano y otro chileno- abordan posibles impactos del litigio en La Haya

Raffo: "Angelini debió comprarse una pesquera en Perú y así pescar en ambas aguas sin problemas"

Es uno de los empresarios más importantes y mejor conectados de Perú. Juan Francisco Raffo es socio del grupo Portales -con participación en los negocios inmobiliarios, renta, estacionamientos y hoteles-, y encabeza el capitulo chileno del Consejo Empresarial Chile-Perú.

Sobre los riesgos que pueda conllevar la disputa que sostienen Chile y Perú en La Haya -cuyos alegatos comienzan la próxima semana-, Raffo es optimista y cree que, incluso, puede ser una oportunidad para terminar con las diferencias y comenzar una nueva relación entre ambos países.

"Si bien este es un litigio, representa una gran oportunidad para sellar y darles fin a todos los temas pendientes que puedan existir entre Chile y Perú, y, con eso, reforzar, reafirmar y relanzar más potentemente la relación entre ambos países para salir el mundo, y no sólo comerciar entre nosotros. Más de un millón de personas trabajan hoy en puestos dignos tanto en Perú como en Chile, gracias a las inversiones que se han realizado en ambos países por empresarios chilenos y peruanos", dijo.

-Pero todo proceso tiene riesgos, como, por ejemplo, que esto genere tensiones que afecten el clima de inversión.
-En el sector empresarial veo mucha tranquilidad y conciencia de que esto significará un sello permanente en la calidad de la relación. Siempre ha habido imperfecciones en la relación y creo que con esto se terminará. Ambos países somos socios de la Alianza del Pacífico y tenemos que mirar en conjunto las inversiones con Colombia y México. Hay un caso emblemático que es de Sigdo Koppers que en sociedad con un grupo peruano, Brescia, han entrado a Brasil. También hay agricultores chilenos y peruanos que están atacando en conjunto los mercados del Asia Pacífico.

-Eso con respecto a los empresarios, ¿pero cómo lo tomará el pueblo peruano?
-A nivel del pueblo peruano hay una amistosa rivalidad con el pueblo de Chile. Sería igual si hubiera un partido de fútbol, es una cosa mucho más superficial. Pero en el fondo, están esos miles de peruanos que están trabajando en inversiones que se han logrado gracias a la presencia de empresarios chilenos acá. Y viceversa.

-Pero si Perú no consigue nada, ¿no cree que eso generaría una sensación de derrota y un problema para las inversiones chilenas allá?
-Estoy seguro que no. Habrá probablemente algún tipo de rebufo, ambos países tenemos parlamentarios y políticos vociferantes, pero hemos vivido tantos años con eso que no le veo ningún efecto.

-¿Y en el caso de que a Chile le fuera mal?
-Creo lo mismo. Ha habido ciertas declaraciones un poco sonantes de Angelini, el pesquero, que ha declarado respecto de esa agua territorial. Bueno, yo le digo, los 10 principales pesqueros del Perú, probablemente del mismo tamaño que el señor Angelini, no son peruanos, son de Hong Kong, hay de todo, entonces el señor Angelini ha debido comprarse una pesquera en Perú y así pescar en aguas territoriales de Perú y de Chile. (...) Así pescar en ambas aguas sin problemas, si el agua está un poco más al norte o el sur, no pasa nada.

-Angelini dijo que esto podía afectar fuertemente a la industria pesquera, ¿qué le parece?
-Me parecen verdaderas, pero estoy seguro de que al día siguiente de La Haya habrá convenios de intercambio de aguas para poder pescar conjuntamente en los dos sectores. Tiene que haber un ambiente de siglo XXI y de armonía.

-¿Esas declaraciones le parecen imprudentes?
-Cada uno es dueño de decir lo quiera, pero no coincido con ello.

-¿En lo personal, qué espera del fallo de La Haya?
-Es un tribunal muy moderno, inteligente y que tiene que atender la argumentación de ambos países y llegar a una delimitación que defina las áreas. A nivel empresarial, esto no nos quita el sueño.

-¿Qué le parece el argumento de Chile, de que existen tratados que delimitan el territorio y que eso se respetó durante más de 50 años?
-No me voy a referir a quién tiene la razón, para eso se va a La Haya.
-¿Qué le pareció la reacción de Colombia?
-Muy inconveniente. Espero que se resuelva.

Swett: "Hoy no veo riesgos, pero si lo llevamos a nacionalismos extremos, podemos tener un problema"
La familia Swett está invirtiendo fuerte en Perú. Tienen presencia en el sector retail, con 23 tiendas de marcas de zapatos pertenecientes a su holding Forus; y también en el inmobiliario, a través de la empresa Arteco, con la cual venden unos 400 departamentos al año.

Por esto, Alfonso Swett Opazo viaja comúnmente a Lima, de hecho, estaba ahí cuando se conoció el fallo de La Haya que zanjó la disputa entre Colombia y Nicaragua.
"La relación Perú - Chile tiene que ser mucho más amplia, grande y profunda que lo que pase con La Haya, es importante que nos hagamos cargo y nos ocupemos de eso. Hoy Perú es un muy buen lugar para invertir, hay muy buena recepción para el empresariado chileno, es un país que está haciendo bien las cosas, veo muchos puntos de encuentro entre Perú y Chile", señala.

Si bien está confiado en la fuerza de los fundamentos de la posición chilena, es de los que cree que el fallo del caso Colombia - Nicaragua fortalece la posición peruana. "Estuve allá cuando salió el fallo de Colombia, y Perú lo recibió como una gran noticia. Chile tiene una posición sólida, pero ese fallo tiene tres elementos que fortalecen la posición peruana y perjudican la chilena. El primer elemento es que La Haya aplicó el principio de equidad, es decir, dijo que lo que le parezca justo tiene más valor que los tratados. El segundo es el principio de proporcionalidad que aplicó La Haya, también complejo, porque le entregó proporcionalidad de mar a Nicaragua. Y el tercer es que el fallo señala que el hecho de que un país haya ejercido la soberanía en este mar durante tanto tiempo, no vale".

-¿Y a la hora de invertir allá, se evalúa el riesgo de que el fallo afecte el clima de inversión?
-Creo que hoy día, y habiendo estado la semana pasada allá, cuando uno se sienta con los bancos y empresarios el tema central no es La Haya. Es relevante, pero creo que nuestras inversiones y proyecciones en el mercado peruano van más allá del fallo. En lo empresarial el fallo no va a marcar un antes y un después, es lo que siento y es lo que he conversado con la gente. Es un fallo tremendamente relevante para ambos países, con temas económicos porque en ese triángulo se produce pesca, pero no significará un quiebre.

-¿Pero hay un riesgo si se maneja mal?
-Si lo desordenamos comunicacionalmente y si lo llevamos a nacionalismos extremos, ahí podemos tener un problema. Por eso el rol que juegan las autoridades gubernamentales es tremendamente relevante. Si lo llevamos a extremos, a decir que esto es un desastre, ahí la cosa se puede complicar, pero hasta hoy día eso no lo he visto. Lo que ha pasado después del caso Colombia - Nicaragua es complejo.

-¿Pero existe un riesgo entonces?
-Hoy no veo riesgos. Pero si esto se nacionaliza, si se lleva a posiciones de no aceptarlo, ahí habría un riesgo.
Creo que el gobierno peruano hoy tiene otras prioridades. Si uno mira la historia, la gente tiende a unir a sus pueblos en torno a grandes objetivos comunes, y hoy los objetivos de Perú están en la superación de la pobreza, generar empleo, crecimiento. Cuando no tienes ese objetivo generas un enemigo común, y en los momentos más complicados internamente de Perú se buscaba ese enemigo común que éramos nosotros. Eso hoy no creo que pase porque hay otras prioridades.

-¿Qué le parece la posición colombiana?
-Yo soy de formación deportista, y creo que cuando uno entra a un juego y sigue ciertas reglas, hay que saber perder. Efectivamente aquí hay sorpresas para Colombia, pero tengo mis inquietudes respecto a las formas, la salida de Colombia del Pacto de Bogotá, por ejemplo. Esos son los elementos que espero que en esta situación Chile - Perú no se den.
Me parece muy responsable la postura chilena y peruana de decir que van a respetar el fallo, eso es fundamental.

-¿Qué le parece la posición chilena?
-Es sólida, hay tratados firmados y que se han implementado desde los años 50, la posición chilena es sólida en lo jurídico y en los hechos.

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