
Las claves
- La decisión del Ejecutivo de pasar a retiro a ocho gendarmes "es una represalia que no corresponde", insistió en declaraciones a una emisora local Raúl Mazza, uno de los afectados por la sanción del Gobierno.
- La insólita protesta de las fuerzas de seguridad estalló el pasado martes por la aplicación de recortes de entre el 30 y el 60 por ciento en los salarios de septiembre.
La decisión del Ejecutivo de pasar a retiro a ocho gendarmes “es una represalia que no corresponde”, insistió en declaraciones a una emisora local Raúl Mazza, uno de los afectados por la sanción del Gobierno.
“Somos ocho los sancionados, los que fuimos visibles y otros fueron amenazados”, dijo el portavoz de la protesta en Buenos Aires, donde decenas de efectivos se mantenían hoy acampados frente a la sede de Gendarmería protegidos con carpas de la lluvia y el frío.
No obstante, Mazza confió en que la medida disciplinaria no se traduzca en bajas definitivas y que el Gobierno cumpla su compromiso de dar mañana una respuesta a los planteamientos de los agentes.
El subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, confirmó a medios locales que el martes “va a haber una respuesta” del Gobierno.
Por primera vez, Gendarmería y Prefectura se han unido para reclamar un salario base de 7.000 pesos (unos 1.100 euros) y garantías de que no habría represalias contra los participantes en las concentraciones.
La insólita protesta de las fuerzas de seguridad estalló el pasado martes por la aplicación de recortes de entre el 30 y el 60 por ciento en los salarios de septiembre.
El Gobierno anunció la suspensión de los ajustes durante un mes, relevó a 20 generales de las cúpulas de ambos cuerpos e intervino el área jurídica de Gendarmería.
Desde entonces, las concentraciones se han mantenido frente las sedes de Gendarmería y Prefectura, en Buenos Aires, y en distintas ciudades del interior del país.
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