2012/08/23

Conga post mortem

Por Augusto Alvarez Rodrich

“La encuesta de Ipsos-Apoyo sobre el amplio rechazo a Conga en Cajamarca –cuatro de cada cinco ciudadanos– fue en general interpretada como la conclusión de ayer de esta columna: el proyecto debe ser postergado por un buen tiempo debido a la inviabilidad de ir contra la gente.

¿Cómo quedan los principales actores en esta etapa de la batalla política por el destino de Conga?
Gregorio Santos sale políticamente fortalecido por su férrea oposición a Conga pues los hechos terminaron demostrando que no es que él fuera el principal obstáculo para este proyecto minero, sino que él supo liderar una ola social.

Quedó claro, además, la pobre lectura que se ha tenido en Lima sobre lo que pasa en Cajamarca al igual que en muchas otras zonas del interior. Los políticos instalados en la capital han perdido la capacidad de interpretar lo que ocurre más allá de Ancón, Chaclacayo y Pucusana.

Este triunfo del presidente regional de Cajamarca lo apuntala bien para seguir en la ruta de encabezar una candidatura de izquierda en el 2016, pero mal haría en creer que lo favorecerá el seguir presentándose como radical. Eso sirve para causas puntuales como Conga pero la gente no quiere extremistas en Palacio. Falta, además, mucho tiempo. Las principales zancadillas vendrán de Cajamarca. Vean, nomás, la actitud actual de Wilfredo Saavedra.

El presidente Ollanta Humala, por su parte, no sale bien parado pero queda mejor de lo que pudo haber terminado si hubiera seguido en la ruta que le ponía Óscar Valdés de sacar adelante Conga como sea.

El año pasado el presidente se tiró a una piscina sin agua y, desde entonces, su gobierno exhibió una elevada improvisación para poner en marcha una estrategia para resolver –por cualquier lado– el conflicto. En el camino, perdió dos gabinetes. Lo bueno es que demostró compromiso con la inversión privada. Y, además, la convocatoria a los facilitadores le permitió salvar la cara.

De otro lado, el trance de los últimos ocho meses permitió constatar la pésima reputación y la alta desconfianza de Yanacocha en Cajamarca, lo cual ha sido el obstáculo principal que no se pudo remontar. Esto ha sido reconocido por el propio CEO de Newmont, Richard O’Brien. Confianza y credibilidad es lo que la empresa tiene que construir para el relanzamiento del proyecto posiblemente dentro, en el mejor de los casos, un par de años.

Finalmente, los facilitadores, monseñor Miguel Cabrejos y el padre Gastón Garatea, jugaron un papel valioso en el tramo final de la batalla para intentar un diálogo pacífico que no se concretó pero que evitó más muertes. Su trabajo aún no ha terminado, pues en Cajamarca aún hay mucho por hacer y dialogar”.

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